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Así dice el Señor:
Gritad de alegría por Jacob,
de gozo por la primera de las naciones;
que se deje oír vuestra alabanza:
“El Señor ha salvado a su pueblo,
al resto de Israel”.
Voy a traeros de un país del norte,
a reuniros de los rincones de la tierra:
vendrán hasta ciegos y cojos,
junto con preñadas y paridas;
volverá una enorme muchedumbre.
Vendrán todos llorando
y yo los guiaré entre consuelos;
los llevaré a la vera de arroyos,
por senda recta, sin tropiezos.
Soy como un padre para Israel,
Efraín es mi hijo primogénito.

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