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10 He escuchado a muchos que susurran burlonamente:
    «¡El terror lo tiene rodeado!
¡Anunciemos el terror,
    anunciémoslo!»
Incluso mis amigos me observan
    para ver si me equivoco, y dicen:
«Esperemos a que se equivoque
    y así podremos derrotarlo para poder vengarnos de él».

11 Pero el SEÑOR está conmigo
    como un poderoso guerrero.
Por eso los que me persiguen
    tropezarán y no podrán ganar;
    fracasarán y quedarán avergonzados.
Su deshonor será permanente,
    nunca se olvidará.
12 SEÑOR Todopoderoso,
    que juzgas lo que está bien,
    que ves nuestros deseos y pensamientos,
déjame ver tu venganza en contra de ellos.
    Te lo pido porque he puesto mi caso en tus manos.

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