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Bildad

¿Hasta cuándo vas a seguir hablando así,
hablando como un viento huracanado?
Dios, el Todopoderoso,
nunca tuerce la justicia ni el derecho.
Seguramente tus hijos pecaron contra Dios,
y él les dio el castigo merecido.
Busca a Dios, al Todopoderoso,
y pídele que tenga compasión de ti.
Si tú actúas con pureza y rectitud,
él velará por ti, y te dará
el hogar que justamente mereces.
La riqueza que tenías no será nada
comparada con lo que tendrás después.

Consulta a las generaciones pasadas,
aprende de la experiencia de los antiguos.
Nosotros somos apenas de ayer, y nada sabemos;
nuestros días en esta tierra pasan como una sombra.
10 Pero los antiguos podrán hablarte
y enseñarte muchas cosas.
11 El junco y el papiro
crecen sólo donde abunda el agua;
12 sin embargo, estando aún verdes y sin cortar,
se secan antes que otras hierbas.
13 Lo mismo pasa con los malvados,
con los que se olvidan de Dios:
sus esperanzas quedan frustradas.
14 Su confianza y su seguridad
son como el hilo de una telaraña.
15 Querrán agarrarse al hilo, y no resistirá;
o apoyarse en la telaraña, y no los soportará.
16 Los malvados son como verdes hierbas al sol,
que se extienden por todo el jardín;
17 enredan sus raíces entre las rocas
y se adhieren a las piedras,
18 pero si alguien las arranca de su sitio
nadie podrá saber que estuvieron allí.
19 Así termina su prosperidad,
y en su lugar brotan otras hierbas.

20 Dios no abandona al hombre intachable,
ni brinda su apoyo a los malvados.
21 Él hará que vuelvas a reír
y que grites de alegría;
22 en cambio, tus enemigos se cubrirán de vergüenza
y la casa de los malvados será destruida.

Job

Yo sé muy bien que esto es así,
y que ante Dios el hombre no puede alegar inocencia.
Si alguno quisiera discutir con él,
de mil argumentos no podría rebatirle uno solo.
Dios es grande en poder y sabiduría,
¿quién podrá hacerle frente y salir bien librado?
Dios, en su furor, remueve las montañas;
las derrumba, y nadie se da cuenta.
Él hace que la tierra se sacuda
y que sus bases se estremezcan.
Él ordena al sol que no salga,
y a las estrellas, que no brillen.
Sin ayuda de nadie extendió el cielo
y aplastó al monstruo del mar.
Él creó las constelaciones:
la Osa Mayor, el Orión y las Pléyades,
y el grupo de estrellas del sur.
10 ¡Él hace tantas y tan grandes maravillas,
cosas que nadie es capaz de comprender!
11 Si Dios pasa junto a mí, no lo podré ver;
pasará y no me daré cuenta.
12 Si de algo se adueña, ¿quién podrá reclamárselo?
¿Quién podrá pedirle cuentas de lo que hace?
13 Si Dios se enoja, no se calma fácilmente;
a sus pies quedan humillados los aliados de Rahab.
14 ¿Cómo, pues, encontraré palabras
para contradecir a Dios?
15 Por muy inocente que yo sea, no puedo responderle;
él es mi juez, y sólo puedo pedirle compasión.
16 Si yo lo llamara a juicio, y él se presentara,
no creo que hiciera caso a mis palabras.
17 Haría que me azotara una tempestad,
y aumentaría mis heridas sin motivo;
18 me llenaría de amargura
y no me dejaría tomar aliento.
19 ¿Acudir a la fuerza? Él es más poderoso.
¿Citarlo a juicio? ¿Y quién lo hará presentarse?
20 Por más recto e intachable que yo fuera,
él me declararía culpable y malo.
21 Yo soy inocente, pero poco importa;
ya estoy cansado de vivir.
22 Todo es lo mismo. Y esto es lo que pienso:
que él destruye lo mismo a culpables que a inocentes.
23 Si en un desastre muere gente inocente,
Dios se ríe de su desesperación.
24 Deja el mundo en manos de los malvados
y a los jueces les venda los ojos.
Y si no ha sido Dios, ¿quién, entonces?
25 Mis días huyen en veloz carrera,
sin haber visto la felicidad.
26 Se van como barcos ligeros,
como águila que se lanza tras la presa.
27 Si trato de olvidar mis penas
y de parecer alegre,
28 todo mi dolor vuelve a asustarme,
pues sé que Dios no me cree inocente.
29 Y si él me tiene por culpable,
de nada sirve que yo me esfuerce.
30 Aunque me lave las manos con jabón
y me las frote con lejía,
31 Dios me hundirá en el fango,
y hasta mi ropa sentirá asco de mí.
32 Yo no puedo encararme con Dios como con otro hombre,
ni decirle que vayamos los dos a un tribunal.
33 ¡Ojalá entre nosotros hubiera un juez
que tuviera autoridad sobre los dos,
34 que impidiera que Dios me siga castigando
y me siga llenando de terror!
35 Entonces yo hablaría sin tenerle miedo,
pues no creo haberle faltado.

10 ¡Ya estoy cansado de vivir!
Voy a desahogarme con mis quejas,
voy a dar rienda suelta a mi amargura.
¡Oh Dios, no me declares culpable!
¡Dime de qué me acusas!
Siendo así que tú mismo me creaste,
¿te parece bien maltratarme y despreciarme,
y mostrarte favorable a los planes de los malos?
¿Acaso ves las cosas como las ven los hombres?
¿Acaso es tu vida tan corta como la de un mortal?
Entonces, ¿por qué andas
buscándome faltas y pecados,
aun cuando sabes que yo no soy culpable
y que nadie me puede salvar de tu poder?
Tú me formaste con tus propias manos,
¡y ahora me quieres destruir!
Recuerda que me hiciste de barro:
¿vas ahora a convertirme otra vez en polvo?
10 Hiciste que mi cuerpo se formara
como se forma el queso al cuajarse la leche;
11 me revestiste de carne y de piel,
entrelazaste mis huesos y tendones;
12 me diste vida, me brindaste amor,
y con tus cuidados me has mantenido con vida.
13 Pero ahora veo que allá en tu corazón
tenías una intención secreta:
14 me estabas observando para ver si yo pecaba,
y así poder condenarme por mi falta.
15 Si soy culpable, estoy perdido;
si soy inocente, de poco puedo alegrarme,
pues me tienes humillado y afligido.
16 Si me muestro arrogante, tú, como un león, me persigues
y hasta haces milagros para destruirme.
17 Nunca te faltan testigos contra mí;
tu ira contra mí va en aumento;
¡como un ejército, me atacas sin cesar!

18 ¿Por qué me dejaste nacer?
Debí morir antes que nadie pudiera verme.
19 Habría pasado del seno de mi madre a la tumba;
sería como si nunca hubiera existido.
20 Ya que mi vida es corta, ¡déjame en paz!
Déjame tener un poco de alegría
21 antes de irme al viaje sin regreso,
al país de la oscuridad y las tinieblas,
22 al país de las sombras y la confusión,
donde la luz misma es igual a las tinieblas.

Bildad proclama la justicia de Dios

Respondió Bildad suhita, y dijo:

¿Hasta cuándo hablarás tales cosas,

Y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso?

¿Acaso torcerá Dios el derecho,

O pervertirá el Todopoderoso la justicia?

Si tus hijos pecaron contra él,

Él los echó en el lugar de su pecado.

Si tú de mañana buscares a Dios,

Y rogares al Todopoderoso;

Si fueres limpio y recto,

Ciertamente luego se despertará por ti,

Y hará próspera la morada de tu justicia.

Y aunque tu principio haya sido pequeño,

Tu postrer estado será muy grande.

Porque pregunta ahora a las generaciones pasadas,

Y disponte para inquirir a los padres de ellas;

Pues nosotros somos de ayer, y nada sabemos,

Siendo nuestros días sobre la tierra como sombra.

10 ¿No te enseñarán ellos, te hablarán,

Y de su corazón sacarán palabras?

11 ¿Crece el junco sin lodo?

¿Crece el prado sin agua?

12 Aun en su verdor, y sin haber sido cortado,

Con todo, se seca primero que toda hierba.

13 Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios;

Y la esperanza del impío perecerá;

14 Porque su esperanza será cortada,

Y su confianza es tela de araña.

15 Se apoyará él en su casa, mas no permanecerá ella en pie;

Se asirá de ella, mas no resistirá.

16 A manera de un árbol está verde delante del sol,

Y sus renuevos salen sobre su huerto;

17 Se van entretejiendo sus raíces junto a una fuente,

Y enlazándose hasta un lugar pedregoso.

18 Si le arrancaren de su lugar,

Este le negará entonces, diciendo: Nunca te vi.

19 Ciertamente este será el gozo de su camino;

Y del polvo mismo nacerán otros.

20 He aquí, Dios no aborrece al perfecto,

Ni apoya la mano de los malignos.

21 Aún llenará tu boca de risa,

Y tus labios de júbilo.

22 Los que te aborrecen serán vestidos de confusión;

Y la habitación de los impíos perecerá.

Incapacidad de Job para responder a Dios

Respondió Job, y dijo:

Ciertamente yo sé que es así;

¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?

Si quisiere contender con él,

No le podrá responder a una cosa entre mil.

Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas;

¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?

Él arranca los montes con su furor,

Y no saben quién los trastornó;

Él remueve la tierra de su lugar,

Y hace temblar sus columnas;

Él manda al sol, y no sale;

Y sella las estrellas;

Él solo extendió los cielos,

Y anda sobre las olas del mar;

Él hizo la Osa, el Orión y las Pléyades,(A)

Y los lugares secretos del sur;

10 Él hace cosas grandes e incomprensibles,

Y maravillosas, sin número.

11 He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré;

Pasará, y no lo entenderé.

12 He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir?

¿Quién le dirá: Qué haces?

13 Dios no volverá atrás su ira,

Y debajo de él se abaten los que ayudan a los soberbios.

14 ¿Cuánto menos le responderé yo,

Y hablaré con él palabras escogidas?

15 Aunque fuese yo justo, no respondería;

Antes habría de rogar a mi juez.

16 Si yo le invocara, y él me respondiese,

Aún no creeré que haya escuchado mi voz.

17 Porque me ha quebrantado con tempestad,

Y ha aumentado mis heridas sin causa.

18 No me ha concedido que tome aliento,

Sino que me ha llenado de amarguras.

19 Si habláremos de su potencia, por cierto es fuerte;

Si de juicio, ¿quién me emplazará?

20 Si yo me justificare, me condenaría mi boca;

Si me dijere perfecto, esto me haría inicuo.

21 Si fuese íntegro, no haría caso de mí mismo;

Despreciaría mi vida.

22 Una cosa resta que yo diga:

Al perfecto y al impío él los consume.

23 Si azote mata de repente,

Se ríe del sufrimiento de los inocentes.

24 La tierra es entregada en manos de los impíos,

Y él cubre el rostro de sus jueces.

Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está?

25 Mis días han sido más ligeros que un correo;

Huyeron, y no vieron el bien.

26 Pasaron cual naves veloces;

Como el águila que se arroja sobre la presa.

27 Si yo dijere: Olvidaré mi queja,

Dejaré mi triste semblante, y me esforzaré,

28 Me turban todos mis dolores;

Sé que no me tendrás por inocente.

29 Yo soy impío;

¿Para qué trabajaré en vano?

30 Aunque me lave con aguas de nieve,

Y limpie mis manos con la limpieza misma,

31 Aún me hundirás en el hoyo,

Y mis propios vestidos me abominarán.

32 Porque no es hombre como yo, para que yo le responda,

Y vengamos juntamente a juicio.

33 No hay entre nosotros árbitro

Que ponga su mano sobre nosotros dos.

34 Quite de sobre mí su vara,

Y su terror no me espante.

35 Entonces hablaré, y no le temeré;

Porque en este estado no estoy en mí.

Job lamenta su condición

10 Está mi alma hastiada de mi vida;

Daré libre curso a mi queja,

Hablaré con amargura de mi alma.

Diré a Dios: No me condenes;

Hazme entender por qué contiendes conmigo.

¿Te parece bien que oprimas,

Que deseches la obra de tus manos,

Y que favorezcas los designios de los impíos?

¿Tienes tú acaso ojos de carne?

¿Ves tú como ve el hombre?

¿Son tus días como los días del hombre,

O tus años como los tiempos humanos,

Para que inquieras mi iniquidad,

Y busques mi pecado,

Aunque tú sabes que no soy impío,

Y que no hay quien de tu mano me libre?

Tus manos me hicieron y me formaron;

¿Y luego te vuelves y me deshaces?

Acuérdate que como a barro me diste forma;

¿Y en polvo me has de volver?

10 ¿No me vaciaste como leche,

Y como queso me cuajaste?

11 Me vestiste de piel y carne,

Y me tejiste con huesos y nervios.

12 Vida y misericordia me concediste,

Y tu cuidado guardó mi espíritu.

13 Estas cosas tienes guardadas en tu corazón;

Yo sé que están cerca de ti.

14 Si pequé, tú me has observado,

Y no me tendrás por limpio de mi iniquidad.

15 Si fuere malo, ¡ay de mí!

Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza,

Estando hastiado de deshonra, y de verme afligido.

16 Si mi cabeza se alzare, cual león tú me cazas;

Y vuelves a hacer en mí maravillas.

17 Renuevas contra mí tus pruebas,

Y aumentas conmigo tu furor como tropas de relevo.

18 ¿Por qué me sacaste de la matriz?

Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto.

19 Fuera como si nunca hubiera existido,

Llevado del vientre a la sepultura.

20 ¿No son pocos mis días?

Cesa, pues, y déjame, para que me consuele un poco,

21 Antes que vaya para no volver,

A la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;

22 Tierra de oscuridad, lóbrega,

Como sombra de muerte y sin orden,

Y cuya luz es como densas tinieblas.

Primer discurso de Bildad

A esto respondió Bildad de Súah:

«¿Hasta cuándo seguirás hablando así?
    ¡Tus palabras son un viento huracanado!
¿Acaso Dios pervierte la justicia?
    ¿Acaso tuerce el derecho el Todopoderoso?
Si tus hijos pecaron contra Dios,
    él les dio lo que su pecado merecía.
Pero si tú buscas a Dios,
    si diriges tu súplica al Todopoderoso,
y si eres puro e intachable,
    él saldrá en tu defensa[a]
    y te restablecerá en el lugar que te corresponde.
Modestas parecerán tus primeras riquezas,
    comparadas con tu prosperidad futura.

»Pregunta a las generaciones pasadas;
    averigua lo que descubrieron sus antepasados.
Nosotros nacimos ayer y nada sabemos;
    nuestros días en este mundo son como una sombra.
10 Pero ellos te instruirán, te lo harán saber;
    compartirán contigo su experiencia.
11 ¿Puede crecer el papiro donde no hay pantano?
    ¿Pueden crecer los juncos donde no hay agua?
12 Aunque estén floreciendo y nadie los haya cortado,
    se marchitan antes que otra hierba.
13 Tal es el destino de los que se olvidan de Dios;
    así termina la esperanza de los impíos.
14 Muy frágiles[b] son sus esperanzas;
    han puesto su confianza en una telaraña.
15 No podrán sostenerse cuando se apoyen en ella;
    no quedarán en pie cuando se prendan de sus hilos.
16 Son como plantas frondosas expuestas al sol,
    que extienden sus ramas por todo el jardín:
17 hunden sus raíces en torno a un montón de piedras
    y buscan arraigarse entre ellas.
18 Pero si las arrancan de su sitio,
    ese lugar negará haberlas visto.
19 ¡Así termina su alegría de vivir
    y del suelo brotan otras plantas!

20 »Dios no rechaza a quien es íntegro
    ni brinda su apoyo a quien hace el mal.
21 Pondrá de nuevo risas en tu boca
    y gritos de alegría en tus labios.
22 Tus enemigos se cubrirán de vergüenza
    y desaparecerán las moradas de los malvados».

Tercer discurso de Job

Job entonces respondió:

«Aunque sé muy bien que esto es cierto,
    ¿cómo puede un mortal justificarse ante Dios?
Si uno quisiera disputar con él,
    de mil cosas no podría responderle una sola.
Profunda es su sabiduría, vasto su poder.
    ¿Quién puede desafiarlo y salir bien librado?
Él mueve montañas sin que estas lo sepan,
    y en su enojo las trastorna.
Él remueve los cimientos de la tierra
    y hace que se estremezcan sus columnas.
Reprende al sol y su brillo se apaga;
    eclipsa la luz de las estrellas.
Él se basta para extender los cielos;
    somete a su dominio las olas del mar.
Él creó la Osa Mayor y el Orión,
    las Pléyades y las constelaciones del sur.
10 Él realiza maravillas insondables,
    portentos que no pueden contarse.
11 Si pasara junto a mí, no podría verlo;
    si se alejara, no alcanzaría a percibirlo.
12 Si de algo se adueñara, ¿quién lo haría desistir?
    ¿Quién puede cuestionar sus actos?
13 Dios no contiene su enojo;
    aun Rahab y sus secuaces se postran a sus pies.

14 »¿Cómo entonces podré yo responderle?
    ¿Dónde hallar palabras para contradecirle?
15 Aunque fuera yo inocente, no puedo defenderme;
    de mi Juez solo puedo pedir misericordia.
16 Y aunque lo llamara y me respondiera,
    no creo que me concedería audiencia.
17 Me despedazaría con una tormenta
    y por la menor cosa multiplicaría mis heridas.
18 No me dejaría recobrar el aliento;
    más bien, me saturaría de amargura.
19 Si de fuerza se trata, ¡él es más poderoso!
    Si es cuestión de juicio, ¿quién lo[c] hará comparecer?
20 Aun siendo inocente, me condenará mi boca;
    aun siendo íntegro, resultaré culpable.

21 »Soy íntegro, pero ya no me importa;
    tengo en poco mi propia vida.
22 Todo es lo mismo; por eso digo:
    “Al íntegro y al malvado destruye por igual”.
23 Si alguna plaga acarrea la muerte repentina,
    él se burla de la angustia del inocente.
24 Si algún malvado se apodera de un terreno,
    él tapa los ojos a los jueces.
    Si no lo hace él, ¿entonces quién?

25 »Transcurren mis días con más rapidez que un corredor;
    vuelan sin que hayan conocido la dicha.
26 Se deslizan como barcas de papiro,
    como veloces águilas al caer sobre su presa.
27 Si acaso digo: “Olvidaré mi queja,
    cambiaré de expresión, esbozaré una sonrisa”,
28 me queda el miedo de tanto sufrimiento,
    pues bien sé que no me consideran inocente.
29 Y ya que me tienen por culpable,
    ¿para qué voy a luchar en vano?
30 Aunque me bañe con jabón[d]
    y me limpie las manos con lejía,
31 tú me lanzarás al muladar,
    ¡y hasta mis ropas me aborrecerán!

32 »Dios no es hombre como yo,
    para que le responda y juntos comparezcamos ante un tribunal.
33 ¡No hay un mediador aquí
    que decida el caso entre nosotros dos!
34 ¡No hay quien aleje de mí la vara de Dios
    para que ya no me asuste su terror!
35 Quisiera hablar sin temor,
    pero no puedo hacerlo.

10 »¡Ya estoy harto de esta vida!
    Por eso doy rienda suelta a mi queja;
    desahogo la amargura de mi alma.
Le he dicho a Dios: No me condenes.
    Dime qué es lo que tienes contra mí.
¿Te parece bien el oprimirme
    y despreciar la obra de tus manos
    mientras te muestras complaciente ante los planes del malvado?
¿Son tus ojos los de un simple mortal?
    ¿Ves las cosas como las vemos nosotros?
¿Son tus días como los nuestros,
    tus años como los de un mortal,
para que andes investigando mis faltas
    y averiguándolo todo acerca de mi pecado?
¡Tú bien sabes que no soy culpable
    y que de tus manos no tengo escapatoria!

»Tú me hiciste con tus propias manos;
    tú me diste forma.
¿Vas ahora a cambiar de parecer
    y a ponerle fin a mi vida?
Recuerda que tú me hiciste del barro;
    ¿vas ahora a devolverme al polvo?
10 ¿No fuiste tú quien me derramó como leche,
    quien me hizo cuajar como queso?
11 Fuiste tú quien me vistió de carne y piel,
    quien me tejió con huesos y tendones.
12 Me diste vida, me favoreciste con tu amor
    y tu cuidado ha guardado mi espíritu.

13 »Pero una cosa guardaste en tu corazón,[e]
    y sé muy bien que la tuviste en mente:
14 Que si yo peco, tú me vigilas
    y no pasas por alto mi pecado.
15 Si soy culpable, ¡ay de mí!
    Si soy inocente, no puedo levantar mi cabeza.
¡Lleno estoy de vergüenza,
    y consciente de mi aflicción!
16 Si me levanto, me acechas como un león
    y despliegas contra mí tu gran poder.
17 Contra mí presentas nuevos testigos,
    contra mí acrecientas tu enojo.
    ¡Una tras otra, tus tropas me atacan!

18 »¿Por qué me hiciste salir del vientre?
    ¡Quisiera haber muerto sin que nadie me viera!
19 ¡Preferiría no haber existido
    y haber pasado del vientre a la tumba!
20 ¿Acaso mis contados días no llegan ya a su fin?
    ¡Déjame disfrutar de un momento de alegría
21 antes de mi partida sin regreso
    a la tierra de las sombras y de la densa oscuridad,
22 al país de la más profunda de las noches,
    al país de las sombras y del caos,
    donde aun la luz se asemeja a las tinieblas!».

Notas al pie

  1. 8:6 saldrá en tu defensa. Alt. velará por ti.
  2. 8:14 frágiles. Palabra de difícil traducción.
  3. 9:19 lo (LXX); me (TM).
  4. 9:30 jabón. Alt. nieve.
  5. 10:13 corazón. En la Biblia se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.

Primera participación de Bildad

Entonces Bildad le dijo a Job:

«¡Hablas con la violencia
de un fuerte huracán!
¿Cuándo te vas a callar?
El Dios todopoderoso
nunca hace nada injusto.
Si tus hijos pecaron contra Dios,
él les ha dado su merecido.
5-6 Pero si tú eres inocente,
habla con él y pídele perdón;
él te protegerá y te recompensará
devolviéndote todo lo que tenías.
Tus primeras riquezas no serán nada,
comparadas con las que tendrás después.

8-10 »Pregúntales a nuestros abuelos,
y verás cuántas cosas descubrieron.
Ellos te lo harán saber todo
y compartirán contigo su experiencia.
Nosotros hemos vivido muy poco,
y poco o nada sabemos;
nuestra vida pasa como una sombra.

11 »Los juncos crecen en el agua,
pero si el agua les llega a faltar
12 se secan más pronto
que cualquier otra planta.
13 Lo mismo les pasa a los malvados,
a los que se olvidan de Dios:
al morir nada bueno les espera.
14 Su confianza es tan frágil
como una telaraña:
15 no les brinda ningún apoyo.
16 Los malvados son como esas hierbas
que cuando les pega el sol
se extienden por todo el jardín,
17 y hunden sus raíces en las piedras.
18 Pero si alguien las arranca,
nadie podrá saber dónde estaban.
19 ¡Así termina su alegría de vivir,
y en su lugar nacen otras hierbas!

20 »Dios acepta al honrado,
y rechaza al malvado.
21 Dios hará que vuelvas a reír
y a lanzar gritos de alegría.
22 Tus enemigos quedarán avergonzados,
y sus casas serán destruidas».

Segunda respuesta de Job

Al oír esto, Job respondió:

«¡Ese cuento ya lo conozco!
Yo sé bien que ante Dios
nadie puede alegar inocencia,
ni puede tampoco discutir con él.
Dios puede hacer mil preguntas,
y nadie puede responderle.
¿Quién puede desafiar a Dios
y esperar salir victorioso?
Su sabiduría es muy profunda,
y su poder es muy grande.
Cuando Dios se enoja,
cambia de lugar las montañas
sin que nadie se dé cuenta;
también cambia de lugar a la tierra,
y la hace temblar hasta sus bases.
Reprende al sol, y el sol no sale;
también apaga la luz de las estrellas.
Con su poder extiende el cielo
y calma las olas del mar.
Dios creó todas las estrellas,
y las agrupó en constelaciones:
la Osa Mayor, la Cruz del Sur,
Orión y las Siete Cabritas.

10 »Dios hace cosas tan maravillosas
que es muy difícil comprenderlas,
y más aún, hablar de ellas.
11 Si Dios pasara junto a mí,
me sería imposible verlo;
si se alejara de mí,
no me daría cuenta.
12 Si quisiera tomar algo,
¿quién podría ordenarle no hacerlo?
13 Cuando Dios se enoja,
hasta el mar y sus olas
se rinden ante él.

14 »Si esto es así,
¿cómo voy a poder responderle?
15 A pesar de que soy inocente,
ante Dios no me puedo defender;
sólo puedo suplicarle
que me tenga compasión.
16 Si lo llamara, y él me respondiera,
no creo que me prestaría atención.
17-18 ¡Al contrario!
¡Por la cosa más simple
aumentaría mis heridas
y no me dejaría ni respirar!
¡Me llenaría de amargura
y con una tormenta me despedazaría!
19 Si de comparar fuerzas se trata,
¡Dios es más poderoso!
Y si le abriera un juicio,
¿quién podría obligarlo a presentarse?
20 ¡Aunque no he hecho nada malo,
mi boca me condena y resulto culpable!

21 »No tengo nada de qué arrepentirme,
pero eso ya no importa;
¡estoy cansado de esta vida!
22 En todo caso, da lo mismo.
Por eso puedo afirmar
que Dios destruye por igual
a los buenos y a los malos.
23 Y si alguna enfermedad provoca
que la gente muera de pronto,
Dios se burla de la angustia
de los que nada malo hicieron.
24 Cuando algún malvado
se apodera de un terreno,
es Dios mismo quien les tapa
los ojos a los jueces.

25-26 »La vida se me escapa
con la rapidez del rayo.
Mis días pasan como el águila
cuando se lanza sobre su presa.
El tiempo es como un barco
que se pierde en la distancia,
y yo aquí estoy,
sin saber lo que es la felicidad.
27 A veces pienso en olvidarlo todo,
en cambiar de actitud y sonreír;
28 pero me asusto de tanto sufrimiento,
pues sé bien que ante Dios,
no resulto inocente.
29 Y si él me considera culpable,
¿qué caso tiene seguir luchando?
30 Aunque me lave con jabón
las manos y todo el cuerpo,
31 Dios me arrojará al basurero,
¡y no habrá ropa que me cubra!

32 »¿Cómo puedo atreverme
a citar a Dios ante un tribunal,
si soy un simple mortal?
33 ¿Qué juez en este mundo
podría dictar sentencia entre nosotros?
34 Si alguien pudiera quitarme el miedo
de sufrir el castigo divino,
35 podría hablar sin temor;
pero en verdad, tengo miedo.
10 »Si doy rienda suelta a mi queja
y a la amargura que llevo dentro,
es porque estoy cansado de la vida.
Por eso le he dicho a Dios:

“Dios mío, no seas injusto conmigo;
¡dime qué mal he cometido!
Tú eres mi creador,
y no está bien que me maltrates
ni que permitas que los malvados
hagan planes contra mí.
Tú no ves las cosas
como nosotros las vemos,
ni vives los pocos años
que nos toca vivir;
¿por qué, entonces, quieres saber
qué pecados he cometido?
¡Tú sabes que no soy culpable,
y yo bien sé que no es posible
que me libre de tu poder!

8-10 ”Tú, con tus propias manos,
me fuiste dando forma,
como quien hace una olla de barro,
como quien derrama crema
para hacer queso;
¿por qué quieres quitarme la vida
y hacerme volver al polvo?
11 Tú recubriste mis huesos
con carne y con piel;
12 tú me diste vida
y me trataste con bondad;
¡siempre cuidaste de mí!
13 Pero ahora me doy cuenta
de algo que no me dijiste:
14 ¡que me estarías vigilando
para ver si yo pecaba,
pues no perdonarías mi pecado!
15 Pero, inocente o culpable,
estoy en un gran problema
y no puedo mirarte a los ojos.
¡Estoy muy avergonzado
y me muero de tristeza!
16 Siempre me estás vigilando,
como si fueras un león al acecho;
apenas hago el menor movimiento,
me haces sentir tu poder.
17 Tu enojo contra mí va en aumento;
presentas nuevos testigos que me acusan;
tus ejércitos me atacan sin cesar.

18 ”¿Por qué me dejaste nacer?
¡Ojalá me hubiera muerto,
sin que nadie llegara a conocerme!
19 ¡Más me valdría no haber nacido,
y pasar directamente a la tumba!
20 Mis días están contados;
ya están llegando a su fin.
¡Por favor, déjame en paz!
¡Quiero tener un momento de alegría,
21-22 antes de emprender el viaje sin regreso
al país de las tinieblas y el desorden!”»

Discurso de Bildad

Entonces respondió Bildad suhita, y dijo:

¿Hasta cuándo hablarás estas cosas,
y serán viento impetuoso las palabras de tu boca(A)?
¿Acaso tuerce Dios la justicia
o tuerce el Todopoderoso[a] lo que es justo(B)?
Si tus hijos pecaron contra Él,
entonces Él los entregó al poder[b] de su transgresión(C).
Si tú buscaras a Dios
e imploraras la misericordia del Todopoderoso[c](D),
si fueras puro y recto,
ciertamente Él se despertaría ahora en tu favor(E)
y restauraría tu justa condición[d](F).
Aunque tu principio haya sido insignificante,
con todo, tu final aumentará sobremanera(G).

Pregunta, te ruego, a las generaciones pasadas,
y considera las cosas escudriñadas por sus padres(H).
Porque nosotros somos de ayer y nada sabemos,
pues nuestros días sobre la tierra son como una sombra(I).
10 ¿No te instruirán ellos y te hablarán,
y de sus corazones sacarán palabras?

11 ¿Puede crecer el papiro sin cenagal?
¿Puede el junco crecer sin agua?
12 Estando aún verde y sin cortar,
con todo, se seca antes que cualquier otra planta[e].
13 Así son las sendas de todos los que se olvidan de Dios(J),
y la esperanza del impío perecerá(K),
14 porque es frágil su confianza,
y una tela[f] de araña(L) su seguridad.
15 Confía[g] en su casa, pero esta no se sostiene;
se aferra a ella, pero esta no perdura(M).
16 Crece con vigor[h] delante del sol(N),
y sus renuevos brotan sobre su jardín(O).
17 Sus raíces se entrelazan sobre un montón de rocas;
vive en[i] una casa de piedras.
18 Si se le arranca[j] de su lugar,
este le negará, diciendo: «Nunca te vi(P)».
19 He aquí, este es el gozo(Q) de su camino[k];
y del polvo brotarán otros.
20 He aquí, Dios no rechaza al íntegro[l](R),
ni sostiene a[m] los malhechores(S).
21 Aún ha de llenar de risa tu boca,
y tus labios de gritos de júbilo(T).
22 Los que te odian serán cubiertos de vergüenza(U),
y la tienda de los impíos no existirá más(V).

Respuesta de Job a Bildad

Entonces respondió Job y dijo:

En verdad yo sé que es así,
pero ¿cómo puede un hombre ser justo delante de[n] Dios(W)?
Si alguno quisiera contender con Él(X),
no podría contestarle ni una vez entre mil.
Sabio de corazón(Y) y robusto de fuerzas(Z),
¿quién le ha desafiado[o] sin sufrir daño[p](AA)?
Él es el que remueve los montes, y estos no saben cómo
cuando los vuelca en su furor(AB);
el que sacude la tierra de su lugar(AC),
y sus columnas tiemblan(AD);
el que manda al sol que no brille[q],
y pone sello a las estrellas(AE);
el que solo extiende los cielos(AF),
y holla[r] las olas del mar(AG);
el que hace la Osa, el Orión y las Pléyades(AH),
y las cámaras del sur(AI);
10 el que hace grandes cosas, inescrutables[s],
y maravillas sin número(AJ).
11 Si Él pasara junto a mí, no le vería;
si me pasara adelante, no le percibiría(AK).
12 Si Él arrebatara algo, ¿quién le estorbaría(AL)?
Quién podrá decirle: «¿Qué haces(AM)?».

13 Dios no retirará su ira;
bajo Él quedan humillados los que ayudan a Rahab(AN).
14 ¿Cómo puedo yo responderle[t](AO),
y escoger mis palabras delante de[u] Él?
15 Porque aunque yo tuviera razón(AP), no podría responder[v];
tendría que implorar la misericordia de mi juez(AQ).
16 Si yo llamara y Él me respondiera,
no podría creer que escuchara mi voz.
17 Porque Él me quebranta con tempestad,
y sin causa multiplica mis heridas(AR).
18 No me permite cobrar aliento(AS),
sino que me llena de amarguras(AT).
19 Si es cuestión de poder, he aquí, Él es poderoso(AU);
y si es cuestión de justicia, ¿quién le[w] citará?
20 Aunque soy justo(AV), mi boca me condenará(AW);
aunque soy inocente[x], Él me declarará culpable.
21 Inocente soy(AX),
no hago caso de mí mismo,
desprecio mi vida(AY).
22 Todo es lo mismo, por tanto digo:
«El destruye al inocente y al malvado(AZ)».
23 Si el azote mata de repente,
Él se burla de la desesperación del inocente(BA).
24 La tierra es entregada en manos de los impíos(BB);
Él cubre el rostro de sus jueces(BC);
si no es Él, ¿quién será?

25 Mis días son más ligeros que un corredor[y](BD);
huyen, no ven el bien(BE).
26 Se deslizan como barcos de juncos(BF),
como águila que se arroja sobre su presa[z](BG).
27 Aunque yo diga: «Olvidaré mi queja(BH),
cambiaré mi triste semblante y me alegraré»,
28 temeroso(BI) estoy de todos mis dolores,
sé que tú no me absolverás(BJ).
29 Si soy impío(BK),
¿para qué, pues, esforzarme en vano?
30 Si me lavara con nieve
y limpiara mis manos[aa](BL) con lejía(BM),
31 aun así me hundirías en la fosa,
y mis propios vestidos me aborrecerían.
32 Porque Él no es hombre(BN) como yo, para que le responda(BO),
para que juntos vengamos a juicio.
33 No hay árbitro entre nosotros(BP),
que ponga su mano sobre ambos.
34 Que Él quite de mí su vara,
y no me espante su terror(BQ).
35 Entonces yo hablaré y no le temeré(BR);
porque en mi opinión[ab] yo no soy así.

Job se queja de su condición

10 Hastiado estoy[ac] de mi vida(BS):
daré rienda suelta a mi queja,
hablaré en la amargura de mi alma(BT).
Le diré a Dios: «No me condenes(BU),
hazme saber por qué contiendes conmigo.
¿Es justo[ad] para ti oprimir(BV),
rechazar la obra de tus manos(BW),
y mirar con favor[ae] los designios de los malos(BX)?
¿Acaso tienes tú ojos de carne,
o ves como el hombre ve(BY)?
¿Son tus días como los días de un mortal,
o tus años(BZ) como los años del hombre,
para que andes averiguando mi culpa,
y buscando mi pecado(CA)?
Según tu conocimiento ciertamente no soy culpable(CB);
sin embargo no hay salvación de tu mano(CC).

»Tus manos me formaron y me hicieron[af](CD),
¿y me destruirás(CE)?
Acuérdate ahora que me has modelado como a barro(CF),
¿y me harás volver al polvo(CG)?
10 ¿No me derramaste como leche,
y como queso me cuajaste?
11 ¿No me vestiste de piel y de carne,
y me entretejiste con huesos y tendones?
12 Vida y misericordia me has concedido,
y tu cuidado ha guardado mi espíritu(CH).
13 Sin embargo, tienes escondidas estas cosas en tu corazón,
yo sé que esto está dentro de ti(CI):
14 si pecara, me lo tomarías en cuenta(CJ),
y no me absolverías de mi culpa(CK).
15 Si soy malvado(CL), ¡ay de mí!,
y si soy justo(CM), no me atrevo a levantar la cabeza.
Estoy harto de deshonra y consciente de[ag] mi aflicción.
16 Si mi cabeza se levantara, como león me cazarías(CN),
y mostrarías tu poder(CO) contra mí.
17 Renuevas tus pruebas contra mí(CP),
y te ensañas[ah] conmigo;
tropas de relevo(CQ) vienen contra mí[ai].

18 »¿(CR)Por qué, pues, me sacaste de la matriz?
¡Ojalá que hubiera muerto y nadie[aj] me hubiera visto!
19 Sería como si no hubiera existido,
llevado del vientre a la sepultura».
20 ¿No dejará Él en paz mis breves días(CS)?
Apártate de mí(CT) para que me consuele un poco
21 antes que me vaya, para no volver(CU),
a la tierra de tinieblas y sombras profundas(CV);
22 tierra tan lóbrega como las mismas tinieblas,
de sombras profundas, sin orden,
y donde la luz es como las tinieblas.

Notas al pie

  1. Job 8:3 Heb., Shaddai
  2. Job 8:4 Lit., en mano
  3. Job 8:5 Heb., Shaddai
  4. Job 8:6 Lit., justo lugar
  5. Job 8:12 Lit., hierba
  6. Job 8:14 Lit., casa
  7. Job 8:15 Lit., Se apoya
  8. Job 8:16 Lit., Es exuberante
  9. Job 8:17 Lit., ve
  10. Job 8:18 Lit., es tragado
  11. Job 8:19 I.e., del camino de Dios
  12. Job 8:20 O, perfecto
  13. Job 8:20 Lit., ni fortalece la mano de
  14. Job 9:2 Lit., con
  15. Job 9:4 Lit., endurecido su cerviz contra Él
  16. Job 9:4 Lit., y ha quedado ileso?
  17. Job 9:7 Lit., y no brilla
  18. Job 9:8 Lit., anda sobre las cumbres de
  19. Job 9:10 Lit., hasta que no haya escudriñamiento
  20. Job 9:14 O, abogar mi causa
  21. Job 9:14 Lit., con
  22. Job 9:15 O, abogar mi causa
  23. Job 9:19 Así en la versión gr. (sept.); en heb., me
  24. Job 9:20 Lit., íntegro, y así en los vers. 21 y 22
  25. Job 9:25 O, correo
  26. Job 9:26 Lit., sobre alimento
  27. Job 9:30 Lit., palmas
  28. Job 9:35 Lit., porque conmigo
  29. Job 10:1 Lit., Mi alma está hastiada
  30. Job 10:3 Lit., ¿Está bien
  31. Job 10:3 Lit., resplandeces sobre
  32. Job 10:8 Lit., me hicieron por todos lados
  33. Job 10:15 Lit., veo
  34. Job 10:17 Lit., aumentas tu enojo
  35. Job 10:17 Lit., están conmigo
  36. Job 10:18 Lit., ningún ojo