Add parallel Print Page Options

¡Ay, no estés tan airado con nosotros, Señor, ni recuerdes para siempre nuestros pecados! Mira y ve que todos somos pueblo tuyo.

10 Tus santas ciudades están destruidas, Jerusalén está desierta. 11 Nuestro santo y hermoso templo, en donde nuestros padres te alababan, está quemado, y todos sus hermosos objetos destruidos.

Read full chapter