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Dicen: ‘¿Por qué ayunamos, y no hiciste caso? ¿Por qué afligimos nuestras almas, y no te diste por aludido?’.

“He aquí que en el día de su ayuno logran su deseo y explotan a todos sus trabajadores. He aquí que sus ayunos son ocasión de contiendas y de riñas, para herir con el puño de perversidad. No pueden seguir ayunando como ahora, con el objeto de hacer oír su voz en lo alto. ¿Es este el ayuno que yo escogí: solo un día en que el hombre se aflija a sí mismo? ¿Acaso el doblegar la cabeza como junco y el acostarse sobre cilicio y ceniza es lo que llaman ayuno y día agradable para el SEÑOR?

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