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Nacimiento y reinado del Mesías

Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.(A) El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.(B) Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián. Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.(C) El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

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Nos ha nacido un niño

A pesar de todo, no habrá más penumbra para la que estuvo angustiada. En el pasado Dios humilló a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pero en el futuro honrará a Galilea de los gentiles, desde el Camino del Mar, al otro lado del Jordán.

El pueblo que andaba en la oscuridad
    ha visto una gran luz;
sobre los que vivían en tierra de sombra de muerte[a]
    una luz ha resplandecido.
Tú has hecho que la nación crezca;
    has aumentado su alegría.
Y se alegran ellos en tu presencia
    como cuando recogen la cosecha,
    como cuando reparten el botín.
Ciertamente tú has quebrado,
    como en la derrota de Madián,
el yugo que los oprimía,
    la barra que pesaba sobre sus hombros,
    el bastón de mando que los subyugaba.
Todas las botas guerreras que resonaron en la batalla
    y toda la ropa teñida en sangre
serán arrojadas al fuego,
    serán consumidas por las llamas.
Porque nos ha nacido un niño,
    se nos ha concedido un hijo;
    la soberanía reposará sobre sus hombros
y se le darán estos nombres:
    Consejero Admirable, Dios Fuerte,
    Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Se extenderán su soberanía y su paz
    y no tendrán fin.
Gobernará sobre el trono de David
    y sobre su reino,
para establecerlo y sostenerlo
    con justicia y rectitud
    desde ahora y para siempre.
Esto lo llevará a cabo
    el celo del Señor de los Ejércitos.

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Footnotes

  1. 9:2 O tierra de profunda oscuridad.