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Condenación de la idolatría

«¡Pero ustedes, vengan acá, hijos de brujas,
    descendientes de adúlteros y de prostitutas!
¿De quién se burlan
    haciendo muecas y sacando la lengua?
    ¡Hijos de pecadores y mentirosos!
Rinden culto con gran pasión a sus ídolos,
    debajo de los robles y debajo de todo árbol frondoso.
Sacrifican a sus hijos abajo, en los valles,
    entre los peñascos de los acantilados.
Sus dioses son las piedras pulidas de los valles;
    ustedes les rinden culto con ofrendas líquidas y ofrendas de grano.
Ellos son su herencia, no yo.
    ¿Creen que todo esto me hace feliz?
Ustedes cometieron adulterio en cada monte alto;
    allí rindieron culto a los ídolos
    y me fueron infieles.
Han puesto símbolos paganos
    en los marcos de las puertas y detrás de ellas.
Me han abandonado
    y se han metido en la cama con esos dioses detestables.
Se han entregado a ellos
    y les encanta ver sus cuerpos desnudos.
Han ido a Moloc[a]
    con aceite de oliva y muchos perfumes,
y enviado a sus representantes por todas partes,
    incluso al mundo de los muertos.[b]
10 Se han cansado en su búsqueda,
    pero nunca se han dado por vencidos.
El deseo les dio nuevas fuerzas,
    y no se fatigaron.

11 »¿Les tienen miedo a estos ídolos?
    ¿Les producen terror?
¿Por eso me han mentido
    y se han olvidado de mí y de mis palabras?
¿Será por mi largo silencio
    que ya no me temen?
12 Ahora pondré al descubierto sus supuestas buenas obras;
    ninguna de ellas los ayudará.
13 Veamos si sus ídolos pueden salvarlos
    cuando clamen a ellos por ayuda.
¡Vaya, un soplo de viento puede derrumbarlos!
    ¡Basta con que uno respire sobre ellos para que caigan de cabeza!
Pero el que confíe en mí heredará la tierra
    y poseerá mi monte santo».

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Footnotes

  1. 57:9a O al rey.
  2. 57:9b En hebreo al Seol.

Mas vosotros llegaos acá, hijos de la hechicera, generación del adúltero y de la fornicaria. ¿De quién os habéis burlado? ¿Contra quién ensanchasteis la boca, y alargasteis la lengua? ¿No sois vosotros hijos rebeldes, generación mentirosa, que os enfervorizáis con los ídolos debajo de todo árbol frondoso, que sacrificáis los hijos en los valles, debajo de los peñascos? En las piedras lisas del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y a ellas derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No habré de castigar estas cosas? Sobre el monte alto y empinado pusiste tu cama; allí también subiste a hacer sacrificio. Y tras la puerta y el umbral pusiste tu recuerdo; porque a otro, y no a mí, te descubriste, y subiste, y ensanchaste tu cama, e hiciste con ellos pacto; amaste su cama dondequiera que la veías. Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta la profundidad del Seol. 10 En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay remedio; hallaste nuevo vigor en tu mano, por tanto, no te desalentaste.

11 ¿Y de quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fe, y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido? 12 Yo publicaré tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán.

13 Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte.

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