Isaías 40:1-11
Reina-Valera 1960
Jehová consuela a Sion
40 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. 2 Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.
3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.(A) 4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 5 Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.(B)
6 Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. 7 La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. 8 Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.(C)
9 Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! 10 He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.(D) 11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.
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Isaías 40:1-11
Nueva Versión Internacional
Consuelo para el pueblo de Dios
40 ¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!
—dice su Dios—.
2 Hablen con ternura a Jerusalén
y anúncienle
que ya ha cumplido servicio obligatorio,
que ya ha pagado por su iniquidad,
que ya ha recibido de la mano del Señor
el doble por todos sus pecados.
3 Una voz proclama:
«Preparen en el desierto
un camino para el Señor;
enderecen en el desierto
un sendero para nuestro Dios.
4 Se levantarán todos los valles
y se allanarán todas las montañas y colinas;
el terreno escabroso se nivelará
y se alisarán las quebradas.
5 Entonces se revelará la gloria del Señor,
y la verá toda la humanidad.
El Señor mismo lo ha dicho».
6 Una voz dice: «Proclama».
«¿Y qué voy a proclamar?», respondo yo.[a]
«Que todo mortal es como la hierba
y toda su gloria como la flor del campo.
7 La hierba se seca y la flor se marchita,
porque el aliento del Señor sopla sobre ellas.
Sin duda, el pueblo es hierba.
8 La hierba se seca y la flor se marchita,
pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre».
9 Portadora de buenas noticias a Sión,
súbete a una alta montaña.
Portadora de buenas noticias a Jerusalén,
alza con fuerza tu voz.
Álzala, no temas;
di a las ciudades de Judá:
«¡Aquí está su Dios!».
10 Miren, el Señor y Dios llega con poder
y con su brazo gobierna.
Su galardón lo acompaña;
su recompensa lo precede.
11 Como un pastor que cuida su rebaño,
recoge los corderos en sus brazos;
los lleva junto a su pecho,
y guía con cuidado a las recién paridas.
Footnotes
- 40:6 respondo yo (LXX, Qumrán y Vulgata); responde él (TM).
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