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El Señor consuela a Jerusalén

40 El Dios de ustedes dice:
«Consuelen, consuelen a mi pueblo;
hablen con cariño a Jerusalén
y díganle que su esclavitud ha terminado,
que ya ha pagado por sus faltas,
que ya ha recibido de mi mano
el doble del castigo por todos sus pecados.»

Una voz grita:
«Preparen al Señor un camino en el desierto,
tracen para nuestro Dios
una calzada recta en la región estéril.
Rellenen todas las cañadas,
allanen los cerros y las colinas,
conviertan la región quebrada y montañosa
en llanura completamente lisa.
Entonces mostrará el Señor su gloria,
y todos los hombres juntos la verán.
El Señor mismo lo ha dicho.»

Una voz dice: «Grita»,
y yo pregunto: «¿Qué debo gritar?»
«Que todo hombre es como hierba,
¡tan firme como una flor del campo!
La hierba se seca y la flor se marchita
cuando el soplo del Señor pasa sobre ellas.
Ciertamente la gente es como hierba.
La hierba se seca y la flor se marchita,
pero la palabra de nuestro Dios
permanece firme para siempre.»

Súbete, Sión, a la cumbre de un monte,
levanta con fuerza tu voz
para anunciar una buena noticia.
Levanta sin miedo la voz, Jerusalén,
y anuncia a las ciudades de Judá:
«¡Aquí está el Dios de ustedes!»
10 Llega ya el Señor con poder,
sometiéndolo todo con la fuerza de su brazo.
Trae a su pueblo
después de haberlo rescatado.
11 Viene como un pastor que cuida su rebaño;
levanta los corderos en sus brazos,
los lleva junto al pecho
y atiende con cuidado a las recién paridas.

Grandeza del Dios de Israel

12 ¿Quién ha medido el océano con la palma de la mano,
o calculado con los dedos la extensión del cielo?
¿Quién ha puesto en una medida
todo el polvo de la tierra,
o ha pesado en balanza
las colinas y montañas?
13 ¿Quién ha corregido al Señor
o quién le ha dado instrucciones?
14 ¿Quién le dio consejos y entendimiento?
¿Quién le enseñó a juzgar con rectitud?
¿Quién lo instruyó en la ciencia?
¿Quién le dio lecciones de sabiduría?
15 Para él las naciones son como una gota de agua,
como un grano de polvo en la balanza;
los países del mar valen lo que un grano de arena.
16 En todo el Líbano no hay animales suficientes
para ofrecerle un holocausto,
ni leña suficiente para el fuego.
17 Todas las naciones no son nada en su presencia;
para él no tienen absolutamente ningún valor.

18 ¿Con quién van ustedes a comparar a Dios?
¿Con qué imagen van a representarlo?
19 Un escultor funde una estatua,
y un joyero la recubre de oro
y le hace cadenas de plata.
20 El que fabrica una estatua
escoge madera que no se pudra,
y busca un hábil artesano
que la afirme, para que no se caiga.

21 ¿Acaso no lo sabían ustedes?
¿No lo habían oído decir?
¿No se lo contaron desde el principio?
¿No lo han comprendido desde la creación del mundo?
22 Dios tiene su trono sobre la bóveda que cubre la tierra,
y ve a los hombres como si fueran saltamontes.
Él extiende el cielo como un toldo,
lo despliega como una tienda de campaña.
23 Él convierte en nada a los grandes hombres
y hace desaparecer a los jefes de la tierra.
24 Son como plantas tiernas, recién plantadas,
que apenas han echado raíces en la tierra.
Si Dios sopla sobre ellos, se marchitan,
y el huracán se los lleva como a paja.
25 El Dios Santo pregunta:
«¿Con quién me van a comparar ustedes?
¿Quién puede ser igual a mí?»
26 Levanten los ojos al cielo y miren:
¿Quién creó todo eso?
El que los distribuye uno por uno
y a todos llama por su nombre.
Tan grande es su poder y su fuerza
que ninguno de ellos falta.
27 Israel, pueblo de Jacob,
¿por qué te quejas? ¿Por qué dices:
«El Señor no se da cuenta de mi situación;
Dios no se interesa por mí»?
28 ¿Acaso no lo sabes? ¿No lo has oído?
El Señor, el Dios eterno,
el creador del mundo entero,
no se fatiga ni se cansa;
su inteligencia es infinita.
29 Él da fuerzas al cansado,
y al débil le aumenta su vigor.
30 Hasta los jóvenes pueden cansarse y fatigarse,
hasta los más fuertes llegan a caer,
31 pero los que confían en el Señor
tendrán siempre nuevas fuerzas
y podrán volar como las águilas;
podrán correr sin cansarse
y caminar sin fatigarse.

Dios promete la liberación a Israel

41 «Callen ante mí, países del mar.
Naciones, ármense de todo su valor.
Vengan, para que hablemos de este asunto;
vamos a reunirnos para discutirlo.
¿Quién fue el que hizo aparecer en el oriente
a ese rey que siempre sale victorioso?
¿Quién le entrega las naciones
y hace que los reyes se le humillen,
para que con su espada y su arco
los triture y los disperse como a paja?
¿Quién hace que los persiga y que avance tranquilo
como si no tocara el camino con los pies?
¿Quién ha realizado esta obra?
¿Quién, desde el principio,
ha ordenado el curso de la historia?
Yo, el Señor, el único Dios,
el primero y el último.
Los países del mar lo vieron
y se llenaron de miedo;
la tierra tembló de un extremo a otro.
Ya se acercan, ya vienen.»

Cada artesano ayuda
y anima a su compañero.
El escultor anima al joyero;
el que martilla anima al que golpea el yunque,
y dice si la soldadura es buena,
y luego asegura la estatua con clavos
para que no se tambalee.

«Escucha, Israel, pueblo de Jacob,
mi siervo, a quien yo he elegido,
pueblo descendiente de mi amigo Abraham:
Yo te saqué del extremo de la tierra,
te llamé desde el rincón más alejado
y te dije: “Tú eres mi siervo.”
Yo te elegí y no te he rechazado.
10 No tengas miedo, pues yo estoy contigo;
no temas, pues yo soy tu Dios.
Yo te doy fuerzas, yo te ayudo,
yo te sostengo con mi mano victoriosa.
11 Todos los que te odian
quedarán avergonzados y humillados;
los que luchan contra ti
quedarán completamente exterminados.
12 Buscarás a tus enemigos
y no los encontrarás;
los que te hacen la guerra
serán como si no existieran.
13 Porque yo, el Señor tu Dios,
te he tomado de la mano;
yo te he dicho: “No tengas miedo, yo te ayudo.”»

14 El Señor afirma:
«Israel, pueblo de Jacob,
por pequeño y débil que seas,
no tengas miedo; yo te ayudo.
Yo, el Dios Santo de Israel, soy tu redentor.
15 Haré de ti un instrumento de trillar,
nuevo y con buenos dientes;
trillarás los montes, los harás polvo,
convertirás en paja las colinas.
16 Los aventarás y el viento se los llevará;
el huracán los desparramará.
Entonces tú te alegrarás en el Señor,
estarás orgulloso del Dios Santo de Israel.

17 »La gente pobre y sin recursos busca agua
y no la encuentra.
Tienen la lengua reseca por la sed;
pero yo, el Señor, los atenderé,
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
18 Haré brotar ríos en los cerros desiertos
y manantiales en medio de los valles;
convertiré el desierto en ciénagas,
haré brotar arroyos en la tierra seca.
19 En el desierto plantaré cedros,
acacias, arrayanes y olivos;
en la tierra seca haré crecer pinos
juntamente con abetos y cipreses,
20 para que todo el mundo vea y sepa,
y ponga atención y entienda
que yo, el Señor, he hecho esto con mi poder,
que yo, el Dios Santo de Israel, lo he creado.»

Dios desafía a los falsos dioses

21 El Señor, el rey de Jacob, dice:
«Vengan, ídolos, a presentar su defensa,
vengan a defender su causa.
22 Vengan a anunciarnos el futuro
y a explicarnos el pasado,
y pondremos atención;
anúnciennos las cosas por venir,
para ver en qué terminan;
23 dígannos qué va a suceder después,
demuéstrennos que en verdad son dioses.
Hagan lo que puedan, bueno o malo,
algo que nos llene de miedo y de terror.
24 ¡Pero ustedes no son nada
ni pueden hacer nada!
Despreciable es aquel que los escoge a ustedes.

25 »Hice aparecer un hombre en el oriente;
lo he llamado por su nombre,
y llega por el norte.
Pisotea a los gobernantes como si fueran barro;
como el alfarero, que amasa el barro con sus pies.
26 ¿Quién anunció esto desde el comienzo,
para que lo supiéramos?
¿Quién lo predijo desde antes,
para que admitiéramos que tiene la razón?
Ninguno de ustedes lo anunció,
nadie les oyó decir una palabra.
27 Yo fui quien lo anunció a Sión desde el principio,
y quien envió a Jerusalén un mensajero
para decirle que su gente pronto volvería.
28 Miro, y ninguno de los otros dioses aparece;
nadie que pueda dar consejo,
nadie que responda a mis preguntas.
29 ¡Ninguno de ellos es nada!
Nada pueden hacer;
no son más que ídolos vacíos.

Jehová consuela a Sion

40 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.

Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.(A) Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.(B)

Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.(C)

Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! 10 He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.(D) 11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.

El incomparable Dios de Israel

12 ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? 13 ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?(E) 14 ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia? 15 He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. 16 Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. 17 Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es.

18 ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? 19 El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata. 20 El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva.

21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? 22 Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. 23 Él convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. 24 Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. 25 ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. 26 Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.

27 ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? 28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. 29 Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Seguridad de Dios para Israel

41 Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio. ¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata? Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado. ¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros. Las costas vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron. Cada cual ayudó a su vecino, y a su hermano dijo: Esfuérzate. El carpintero animó al platero, y el que alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se moviese.

Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.(F) Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. 10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. 11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. 12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.

14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor. 15 He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo. 16 Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel.

17 Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé. 18 En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. 19 Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente, 20 para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó.

Dios reta a los falsos dioses

21 Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. 22 Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. 23 Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. 24 He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió.

25 Del norte levanté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará mi nombre; y pisoteará príncipes como lodo, y como pisa el barro el alfarero. 26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; o de tiempo atrás, y diremos: Es justo? Cierto, no hay quien anuncie; sí, no hay quien enseñe; ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras. 27 Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén daré un mensajero de alegres nuevas. 28 Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron palabra. 29 He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes fundidas.

Consuelo para el pueblo de Dios

40 ¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!
    —dice su Dios—.
Hablen con ternura a Jerusalén
    y anúncienle
que ya ha cumplido servicio obligatorio,
    que ya ha pagado por su iniquidad,
que ya ha recibido de la mano del Señor
    el doble por todos sus pecados.

Una voz proclama:
«Preparen en el desierto
    un camino para el Señor;
enderecen en el desierto
    un sendero para nuestro Dios.
Se levantarán todos los valles
    y se allanarán todas las montañas y colinas;
el terreno escabroso se nivelará
    y se alisarán las quebradas.
Entonces se revelará la gloria del Señor,
    y la verá toda la humanidad.
El Señor mismo lo ha dicho».

Una voz dice: «Proclama».
    «¿Y qué voy a proclamar?», respondo yo.[a]

«Que todo mortal es como la hierba
    y toda su gloria como la flor del campo.
La hierba se seca y la flor se marchita,
    porque el aliento del Señor sopla sobre ellas.
    Sin duda, el pueblo es hierba.
La hierba se seca y la flor se marchita,
    pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre».

Portadora de buenas noticias a Sión,
    súbete a una alta montaña.
Portadora de buenas noticias a Jerusalén,
    alza con fuerza tu voz.
Álzala, no temas;
    di a las ciudades de Judá:
    «¡Aquí está su Dios!».
10 Miren, el Señor y Dios llega con poder
    y con su brazo gobierna.
Su galardón lo acompaña;
    su recompensa lo precede.
11 Como un pastor que cuida su rebaño,
    recoge los corderos en sus brazos;
los lleva junto a su pecho,
    y guía con cuidado a las recién paridas.

12 ¿Quién ha medido las aguas con la palma de su mano
    y abarcado entre sus dedos la extensión de los cielos?
¿Quién metió en una medida el polvo de la tierra?
    ¿Quién pesó en una balanza las montañas y las colinas?
13 ¿Quién puede medir el alcance del Espíritu del Señor
    o quién puede servirle de consejero?
14 ¿A quién consultó el Señor para ilustrarse
    y quién le enseñó el camino de la justicia?
¿Quién le impartió conocimiento
    o le hizo conocer la senda de la inteligencia?

15 A los ojos de Dios, las naciones son como una gota de agua en un balde,
    como una brizna de polvo en una balanza.
    Él pesa las islas como si fueran polvo fino.
16 El Líbano no alcanza para el fuego de su altar
    ni todos sus animales para los holocaustos.
17 Todas las naciones no son nada en su presencia;
    no tienen para él valor alguno.

18 ¿Con quién compararán a Dios?
    ¿Con qué imagen lo representarán?
19 Un escultor funde la imagen;
    un joyero la enchapa en oro
    y le labra cadenas de plata.
20 El que es muy pobre para ofrendar
    escoge madera que no se pudra,
y busca un hábil artesano
    para erigir una imagen que no se caiga.

21 ¿Acaso no lo sabían ustedes?
    ¿No se habían enterado?
¿No se les dijo desde el principio?
    ¿No lo entendieron desde la fundación del mundo?
22 Él reina sobre la bóveda de la tierra,
    cuyos habitantes son como langostas.
Él extiende los cielos como un toldo
    y los despliega como tienda para ser habitada.
23 Él anula a los poderosos,
    y a nada reduce a los gobernantes de este mundo.
24 Escasamente han sido plantados,
    apenas han sido sembrados,
    apenas echan raíces en la tierra,
cuando él sopla sobre ellos, se marchitan
    y el huracán los arrasa como paja.

25 «¿Con quién, entonces, me compararán ustedes?
    ¿Quién es igual a mí?», dice el Santo.
26 Alcen los ojos y miren a los cielos:
    ¿Quién ha creado todo esto?
El que ordena la multitud de estrellas una por una,
    y llama a cada una por su nombre.
¡Es tan grande su poder y tan poderosa su fuerza,
    que no falta ninguna de ellas!

27 ¿Por qué te quejas, Jacob?
    ¿Por qué dices, Israel:
«Mi camino está escondido del Señor;
    mi Dios ignora mi derecho»?
28 ¿Acaso no lo sabes?
    ¿Acaso no te has enterado?
El Señor es el Dios eterno,
    creador de los confines de la tierra.
No se cansa ni se fatiga
    y su inteligencia es insondable.
29 Él fortalece al cansado
    y acrecienta las fuerzas del débil.
30 Aun los jóvenes se cansan, se fatigan,
    los muchachos tropiezan y caen;
31 pero los que confían en el Señor
    renovarán sus fuerzas;
levantarán el vuelo como las águilas,
    correrán y no se fatigarán,
    caminarán y no se cansarán.

El amparo de Israel

41 «¡Callen en mi presencia, costas lejanas!
    ¡Naciones, renueven sus fuerzas!
Acérquense y hablen;
    reunámonos para juicio.

»¿Quién despertó al que viene del oriente
    y lo llamó en justicia a su servicio?
Pone a las naciones en sus manos;
    ante él los reyes se rinden.
Con su espada los vuelve polvo,
    con su arco los dispersa como paja.
Con paso firme los persigue
    por una senda que nunca antes pisó.
¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible?
    ¿Quién llamó a las generaciones desde el principio?
Yo, el Señor, estoy con los primeros
    y estaré con los últimos».

Lo han visto las costas lejanas y temen;
    tiemblan los confines de la tierra.
¡Ya se acercan, ya vienen!
    Cada uno ayuda a su compañero
    y dice a su hermano: ¡Sé fuerte!
El artesano anima al joyero
    y el que aplana con el martillo
    dice al que golpea el yunque:
    «¡Es buena la soldadura!»;
luego asegura el ídolo con clavos
    para que no se tambalee.

«Pero tú, Israel, mi siervo,
    tú, Jacob, a quien he escogido,
    descendiente de Abraham, mi amigo:
Te tomé de los confines de la tierra,
    te llamé de los rincones más remotos
y te dije: “Tú eres mi siervo”.
    Yo te escogí; no te rechacé.
10 Así que no temas, porque yo estoy contigo;
    no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
    te sostendré con la diestra de mi justicia.

11 »Todos los que se enfurecen contra ti
    sin duda serán avergonzados y humillados;
los que se te oponen serán como nada,
    como si no existieran.
12 Aunque busques a tus enemigos,
    no los encontrarás.
Los que te hacen la guerra serán como nada,
    como si no existieran.
13 Porque yo soy el Señor tu Dios,
    que sostiene tu mano derecha;
yo soy quien te dice:
    “No temas, yo te ayudaré”.
14 No temas, gusano Jacob,
    pequeño Israel,
porque yo mismo te ayudaré», afirma el Señor,
    ¡el Santo de Israel, tu Redentor!
15 «Te convertiré en una trilladora
    nueva y afilada, de doble filo.
Trillarás las montañas y las harás polvo;
    convertirás en paja las colinas.
16 Las lanzarás al aire y se las llevará el viento;
    un vendaval las dispersará.
Pero tú te alegrarás en el Señor,
    te gloriarás en el Santo de Israel.

17 »Los pobres y los necesitados buscan agua,
    pero no la encuentran;
    la sed les ha resecado la lengua.
Pero yo, el Señor, les responderé;
    yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
18 Haré brotar ríos en las cumbres áridas
    y manantiales entre los valles.
Transformaré el desierto en estanques de agua
    y el sequedal en manantiales.
19 Plantaré en el desierto
    cedros, acacias, mirtos y olivos;
en áridas tierras plantaré cipreses,
    junto con pinos y abetos,
20 para que la gente vea y sepa,
    considere y entienda,
que la mano del Señor ha hecho esto,
    que el Santo de Israel lo ha creado».

21 «Expongan su caso»,
    dice el Señor.
«Presenten sus pruebas»,
    demanda el Rey de Jacob.
22 «Preséntense[b] y anuncien
    lo que ha de suceder
y cómo fueron las cosas del pasado,
    para que las consideremos
    y conozcamos su desenlace.
¡Cuéntennos lo que está por venir!
23     Digan qué nos depara el futuro;
    así sabremos que ustedes son dioses.
Hagan algo, bueno o malo,
    para verlo y llenarnos de terror.
24 ¡La verdad es que ustedes no son nada
    y aun menos que nada son sus obras!
    ¡Abominable es quien los escoge!

25 »Del norte hice venir a uno y acudió a mi llamado;
    desde el oriente invoca mi nombre.
Como alfarero que amasa arcilla con los pies,
    aplasta gobernantes como si fueran barro.
26 ¿Quién lo anunció desde el principio
    para que lo supiéramos?
¿Quién lo anunció de antemano,
    para que dijéramos: “Tenía razón”?
Nadie lo anunció ni lo proclamó;
    nadie los oyó proclamar mensaje alguno.
27 Yo fui el primero en decirle a Sión:
    “¡Mira, ya están aquí!”.
    Yo fui quien envió a Jerusalén un mensajero de buenas noticias.
28 Miro entre ellos y no hay nadie;
    no hay entre ellos quien aconseje,
    no hay quien me responda cuando pregunto.
29 ¡Todos ellos son falsos!
    Sus obras no son nada;
    sus ídolos no son más que viento y confusión.

Notas al pie

  1. 40:6 respondo yo (LXX, Qumrán y Vulgata); responde él (TM).
  2. 41:22 Preséntense (LXX, Qumrán, Targum y Vulgata); Traigan (TM).

Dios consuela a Jerusalén

40 Dios dijo:

«¡Consuelen a mi pueblo!
¡Denle ánimo!
Hablen con mucho cariño
a los habitantes de Jerusalén,
y anúncienles de mi parte
que ya han dejado de ser esclavos.
Ya les hice pagar por sus pecados,
y el castigo que han recibido
es más que suficiente».

El camino de Dios en el desierto

Isaías anunció:

«Preparen para Dios
un camino en el desierto.
Rellenen todos los valles
y conviertan en llanura
la región montañosa.
Entonces Dios mostrará su poder
y lo verá la humanidad entera.
Dios así lo ha dicho.

El poder de la palabra de Dios

»Alguien me ordenó que gritara,
y yo pregunté: “¿Qué debo gritar?”
Entonces escuché:

“Grita que todo ser humano
es como la hierba
y como las flores del campo.
Grita que la hierba se seca,
y las flores se marchitan,
cuando Dios lanza sobre ellas
el viento del desierto.
En cambio, la palabra de Dios
permanece para siempre”».

¡Dios llega con poder!

Dios le dijo a Isaías:

«Súbete a una montaña
y anuncia esta buena noticia
a los habitantes de Jerusalén.
No tengas miedo;
grita con todas tus fuerzas
y di a las ciudades de Judá:

“¡Aquí viene nuestro Dios!
10 ¡Viene con todo su poder!
Dios es un rey poderoso,
y trae con él a su pueblo,
el pueblo que ha liberado.
11 Viene cuidando a su pueblo,
como cuida un pastor a su rebaño:
lleva en brazos a los corderos
y guía con cuidado a las ovejas
que acaban de tener su cría”».

Nadie es más grande que Dios

12 Isaías dijo:

«Dios puede medir el océano
con la palma de su mano.
Puede calcular con los dedos
toda la extensión del cielo.
Dios es capaz de recoger
todo el polvo de la tierra,
y de pesar en una balanza
los cerros y las montañas.

13-14 »A Dios nadie le enseña nada;
nadie le da consejos
ni lecciones de ciencia y sabiduría.

15 »Las naciones son, para él,
como una gota de agua;
¡como un grano de polvo en la balanza!
Los poderosos países
que están en las islas del mar
son para él lo mismo
que un simple grano de arena.

16 »No hay en los bosques del Líbano,
animales ni leña suficientes
para presentar en su altar
una ofrenda como él se la merece.
17 Para Dios, nada valen las naciones;
¡son lo mismo que nada!

Los ídolos no son Dios

18-20 »A Dios no podemos compararlo
con nada ni con nadie.
No puede ser representado
con ninguna imagen.
Los escultores fabrican estatuas,
los joyeros las recubren de oro
y les ponen cadenitas de plata.
Los que no tienen dinero
buscan un palo que no se pudra
y se lo llevan a un artesano;
pero éste, por más hábil que sea,
hace un ídolo que ni pararse puede.
¡Pero a Dios no podemos compararlo
con ninguna de estas imágenes!

El poder de Dios

21 »Ustedes saben muy bien,
y ya lo han oído decir,
22 que Dios tiene su trono
muy por encima del cielo.
Desde allí, Dios nos ve
como si fuéramos insectos.
Dios extiende el cielo como un toldo,
lo levanta como una carpa
para vivir en ella.
23-24 Dios hace que los poderosos de este mundo
desaparezcan como plantas
tiernas y sin raíces.
¡Esas plantas se marchitan
y se las lleva el huracán!

La grandeza de Dios

25 »Nuestro santo Dios afirma:
“Con nadie me pueden comparar.
Nadie puede igualarse a mí”».

26 Isaías dijo:

«Levanten los ojos al cielo:
¿quién ha creado todo esto?
Dios hace que salgan las estrellas;
las llama por su nombre
y las ordena una por una.
¡Es tan grande su poder
que nunca falta una estrella!

27 »Pueblo de Israel,
¿por qué te quejas?
¿Por qué crees que Dios
no se preocupa por ti?
28 Tú debes saber que Dios
no se cansa como nosotros;
debes saber que su inteligencia
es más de lo que imaginamos.
Y debes saber que su poder
ha creado todo lo que existe.
29 Dios les da nuevas fuerzas
a los débiles y cansados.
30 Los jóvenes se cansan
por más fuertes que sean,
31 pero los que confían en Dios
siempre tendrán nuevas fuerzas.
Podrán volar como las águilas,
podrán caminar sin cansarse
y correr sin fatigarse».

El rey Ciro, un enviado de Dios

41 Dios dijo:

«Ustedes, países del mar,
¡guarden silencio y escuchen!
Y ustedes, naciones todas,
¡sean valientes!
Vengan, que vamos a tratar
un asunto muy importante;
¡juntémonos para discutirlo!

»Yo soy el Dios de Israel;
yo hice venir del este
al victorioso rey Ciro.
Conforme avanza su ejército
yo humillo a los reyes,
y le entrego sus naciones.
Con sus armas en la mano,
Ciro los ha borrado del mapa
como a un puñado de polvo.
Los persigue con tanta rapidez
que parece no tocar el suelo.

»Yo soy el único Dios
y mantengo bajo control
todo lo que pasa en este mundo.
He existido desde el principio,
y existiré hasta el final.

»Los pueblos del mar
se llenaron de miedo
cuando vieron que se acercaban
Ciro y sus ejércitos.
La tierra también tembló
de un extremo a otro.

»Los que adoran ídolos
se ayudan unos a otros:
el artesano anima al escultor,
y el que trabaja con el martillo
dice al que golpea en el yunque:
“Has hecho un buen trabajo”.
Después sujeta al ídolo con clavos
para mantenerlo firme».

La confianza en Dios

Dios siguió diciendo:

«Escúchenme, israelitas,
descendientes de mi amigo Abraham,
de las regiones más lejanas
yo los llamé a mi servicio;
los elegí, y no los he rechazado.
10 Por tanto, no tengan miedo,
pues yo soy su Dios
y estoy con ustedes.
Mi mano victoriosa
les dará fuerza y ayuda;
mi mano victoriosa
siempre les dará su apoyo.

11-12 »Ustedes tienen enemigos
que los odian y los combaten,
pero yo haré que desaparezcan
llenos de vergüenza.
Los buscarán, y no los encontrarán,
pues habrán dejado de existir.

13 »Israelitas, yo soy su Dios
y los he tomado de la mano;
no deben tener miedo,
porque cuentan con mi ayuda.

14 »Ustedes, israelitas,
son un pueblo débil y pequeño;
pero no tengan miedo,
porque cuentan con mi ayuda.
Yo soy el Dios santo de Israel,
yo les he dado libertad.
15 Yo haré que ustedes
destruyan a sus enemigos.
Los dejarán hechos polvo,
los convertirán en un montón de paja;
16 luego los lanzarán al viento
y la tormenta se los llevará.
Ustedes, por el contrario,
se alegrarán y harán fiesta
porque yo soy su Dios,
el Dios santo de Israel».

Dios hace grandes maravillas

17 Dios dijo:

«Cuando los pobres tengan sed,
y con la lengua reseca
busquen agua y no la encuentren,
yo vendré a rescatarlos
y no los abandonaré.
Yo soy el Dios de Israel.

18 »Entre los cerros desiertos,
y entre los áridos valles,
haré que broten ríos,
arroyos y manantiales.
19 En los lugares más secos
plantaré toda clase de árboles.
20 Así todo el mundo verá
que con mi poder,
yo he creado todo esto.
Entonces comprenderán
que yo soy el Dios santo de Israel».

Dios desafía a los falsos dioses

21 Dios les dijo a los ídolos:

«Yo soy el rey de Israel.
Vengan y defiéndanse.
¡Muestren lo que pueden hacer!
22 Vengan a explicarnos el pasado;
vengan a anunciarnos el futuro.
23 Anuncien lo que está por suceder;
¡demuestren que de veras son dioses!
Hagan algo que nos asuste,
hagan algo, bueno o malo.

24 »¡Pero ustedes no son nada,
ni tampoco pueden hacer nada!
¡Confiar en ustedes es una tontería!»

La incapacidad de los dioses falsos

25 Dios continuó diciendo:

«De Persia viene un rey
a quien he llamado por su nombre,
y aplastará a los gobernantes.
Llegará por el norte,
y los aplastará bajo sus pies.

26 »Todo esto lo estoy anunciando
antes de que suceda.
Ninguno de los dioses falsos
lo ha anunciado antes que yo;
¡nadie los ha oído decir una palabra!

27 »Pero yo, el Dios de Israel,
desde un principio anuncié
al pueblo de Jerusalén
todas estas cosas;
además, les envié un mensajero
para anunciarles que muy pronto
su gente volverá.

28 »Miro a mi alrededor,
y no veo ningún otro dios.
Si les pregunto algo,
no pueden responderme,
¡y mucho menos instruirme!

29 »¡Miren a esos falsos dioses!
Todos ellos no son nada,
ni pueden hacer nada;
¡son absolutamente inútiles!»

Consolación de Israel

40 Consolad, consolad a mi pueblo —dice vuestro Dios(A).
Hablad(B) al corazón de Jerusalén
y decidle a voces que su lucha[a] ha terminado(C),
que su iniquidad ha sido quitada[b](D),
que ha recibido de la mano del Señor
el doble por todos sus pecados(E).

Una voz clama[c](F):
Preparad en el desierto camino al Señor;
allanad en la soledad calzada para nuestro Dios(G).
Todo valle sea elevado,
y bajado todo monte y collado;
vuélvase llano el terreno escabroso,
y lo abrupto, ancho valle.
Entonces será revelada[d] la gloria del Señor(H),
y toda carne a una la verá(I),
pues la boca del Señor ha hablado(J).
Una voz dijo[e]: Clama.
Entonces él respondió[f]: ¿Qué he de clamar?
Toda carne es hierba, y todo su esplendor[g] es como flor del campo(K).
Sécase la hierba, marchítase la flor(L)
cuando[h] el aliento del Señor sopla sobre ella(M);
en verdad el pueblo es hierba.
Sécase la hierba, marchítase la flor,
mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre(N).

Súbete a un alto monte,
oh Sión, portador de buenas nuevas[i](O);
levanta con fuerza tu voz,
oh Jerusalén, portadora de buenas nuevas[j];
levántala, no temas.
Di a las ciudades de Judá(P):
Aquí está vuestro Dios(Q).
10 He aquí, el Señor Dios[k] vendrá con poder(R),
y su brazo gobernará por Él.
He aquí, con Él está su galardón(S),
y delante de Él su recompensa(T).
11 Como pastor apacentará su rebaño(U),
en su brazo recogerá los corderos,
y en su seno los llevará;
guiará con cuidado a las recién paridas.

12 ¿Quién midió las aguas[l](V) en el hueco de su mano,
con su palmo[m] tomó la medida de los cielos(W),
con un tercio de medida[n] calculó[o] el polvo de la tierra,
pesó los montes con la báscula,
y las colinas con la balanza?
13 ¿Quién guió[p] al Espíritu del Señor,
o como consejero suyo le enseñó(X)?
14 ¿A quién pidió consejo y quién le dio entendimiento?
¿Quién le instruyó en la senda de la justicia[q], le enseñó conocimiento(Y),
y le mostró el camino de la inteligencia(Z)?
15 He aquí, las naciones son como gota en un cubo,
y son estimadas como grano de polvo en la balanza;
he aquí, Él levanta las islas[r] como al polvo fino(AA).
16 El Líbano no basta para el fuego,
ni bastan sus bestias para el holocausto(AB).
17 Todas las naciones ante Él son como nada,
menos que nada e insignificantes[s] son consideradas por Él(AC).

18 ¿A quién, pues, asemejaréis a Dios,
o con qué semejanza le compararéis(AD)?
19 El artífice funde el ídolo[t],
el orfebre lo recubre de oro
y el platero le hace cadenas de plata(AE).
20 El que es muy pobre para tal ofrenda
escoge un árbol(AF) que no se pudra;
se busca un hábil artífice
para erigir[u] un ídolo[v] que no se tambalee(AG).

21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído?
¿No os lo han anunciado desde el principio(AH)?
¿No lo habéis entendido desde la fundación[w] de la tierra(AI)?
22 Él es el que está sentado sobre la redondez[x] de la tierra(AJ),
cuyos habitantes son como langostas(AK);
Él es el que extiende los cielos(AL) como una cortina(AM)
y los despliega como una tienda(AN) para morar.
23 Él es el que reduce a la nada a los gobernantes(AO),
y hace insignificantes[y] a los jueces de la tierra(AP).
24 Apenas[z] han sido plantados,
apenas[aa] han sido sembrados,
apenas[ab] ha arraigado en la tierra su tallo,
cuando[ac] Él sopla sobre ellos, y se secan,
y la tempestad como hojarasca se los lleva(AQ).
25 ¿A quién, pues, me haréis semejante(AR)
para que yo sea su igual? —dice el Santo.
26 Alzad a lo alto vuestros ojos(AS)
y ved quién ha creado estos astros(AT):
el que hace salir en orden a su ejército,
y a todos llama por su nombre(AU).
Por la grandeza de su fuerza y la fortaleza de su poder(AV)
no falta ni uno(AW).

27 ¿Por qué dices, Jacob, y afirmas, Israel:
Escondido está mi camino del Señor(AX),
y mi derecho(AY) pasa inadvertido a mi Dios(AZ)?
28 ¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído(BA)?
El Dios eterno(BB), el Señor, el creador de los confines de la tierra
no se fatiga ni se cansa.
Su entendimiento es inescrutable(BC).
29 El da fuerzas al fatigado(BD),
y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor(BE).
30 Aun los mancebos se fatigan y se cansan,
y los jóvenes tropiezan y vacilan(BF),
31 pero los que esperan en el[ad] Señor
renovarán sus fuerzas(BG);
se remontarán con alas[ae] como las águilas(BH),
correrán y no se cansarán,
caminarán y no se fatigarán(BI).

Promesa de ayuda a Israel

41 Guardad silencio ante mí(BJ), costas[af](BK),
y renueven sus fuerzas los pueblos(BL);
acérquense(BM) y entonces hablen,
juntos vengamos a juicio(BN).
¿Quién ha levantado del oriente(BO)
al que Él llama en justicia(BP) a sus pies[ag]?
Ante Él entrega naciones(BQ),
y a reyes somete(BR).
Los deja como polvo con su espada(BS),
como hojarasca dispersa con su arco(BT).
Los persigue, pasando seguros
por una senda por donde no habían andado[ah] sus pies.
¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado,
llamando a las generaciones desde el principio(BU)?
Yo, el Señor, soy el primero, y con los postreros(BV) soy(BW).

Las costas[ai](BX) han visto y temen,
tiemblan los confines de la tierra(BY),
se han acercado y han venido.
Cada uno ayuda a su prójimo,
y dice a su hermano: Sé fuerte.
El artífice anima al fundidor,
y el que alisa a martillo al que bate el yunque(BZ),
diciendo de la soldadura: Está bien.
Entonces[aj] asegura su obra con clavos,
para que no se mueva(CA).
Pero tú, Israel, siervo mío(CB),
Jacob, a quien he escogido,
descendiente[ak] de Abraham(CC), mi amigo(CD);
tú, a quien tomé de los confines de la tierra(CE),
y desde sus lugares más remotos te llamé(CF),
y te dije: «Mi siervo eres tú;
yo te he escogido(CG) y no te he rechazado»:
10 No temas, porque yo estoy contigo(CH);
no te desalientes[al], porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré(CI),
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia(CJ).
11 He aquí, todos los que se enojan contra ti serán avergonzados(CK) y humillados[am];
los que contienden contigo serán como nada y perecerán(CL).
12 Buscarás a los que riñen contigo, pero no los hallarás;
serán como nada, como si no existieran(CM), los que te hacen guerra.
13 Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra(CN),
que te dice: «No temas, yo te ayudaré(CO)».
14 No temas, gusano(CP) de Jacob, vosotros hombres de Israel;
yo te ayudaré —declara el Señor— y tu Redentor es el Santo[an] de Israel(CQ).
15 He aquí, te he convertido en trillo nuevo, cortante, de doble filo;
trillarás los montes(CR) y los harás polvo(CS),
y los collados dejarás como hojarasca(CT).
16 Los aventarás(CU), el viento se los llevará,
y la tempestad los dispersará;
pero tú te regocijarás en el Señor(CV),
en el Santo de Israel te gloriarás.

17 Los afligidos[ao] y los necesitados buscan agua, pero no la hay,
su lengua está reseca de sed.
Yo, el Señor, les responderé(CW),
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré(CX).
18 Abriré ríos en las alturas desoladas(CY),
y manantiales en medio de los valles;
transformaré el desierto en estanque de aguas,
y la tierra seca en manantiales(CZ).
19 Pondré en los desiertos el cedro,
la acacia, el mirto(DA) y el olivo[ap];
pondré en el yermo el ciprés(DB),
junto con el olmo y el boj(DC),
20 para que vean y entiendan(DD),
consideren y comprendan a una
que la mano del Señor ha hecho esto(DE),
que el Santo de Israel lo ha creado.

21 Presentad[aq] vuestra causa —dice el Señor.
Exponed vuestros fuertes argumentos
—dice el Rey de Jacob(DF).
22 Que expongan y nos declaren lo que ha de suceder(DG).
En cuanto a los hechos anteriores, declarad lo que fueron,
para que los consideremos[ar] y sepamos su resultado,
o bien, anunciadnos lo que ha de venir(DH).
23 Declarad lo que ha de venir después(DI),
para que sepamos que vosotros sois dioses(DJ).
Sí, haced algo bueno o malo, para que nos desalentemos[as] y temamos a una(DK).
24 He aquí, vosotros nada sois,
y vuestra obra es vana(DL);
abominación(DM) es el que os escoge(DN).

25 Del norte levanté a uno(DO), y ha venido;
del nacimiento del sol invocará mi nombre,
y vendrá sobre los gobernantes(DP), como sobre lodo,
como el alfarero pisotea el barro(DQ).
26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que supiéramos,
o desde tiempos antiguos(DR), para que dijéramos: Tiene razón?
Ciertamente no había quien lo anunciara,
sí, no había quien lo proclamara,
ciertamente no había quien oyera vuestras palabras(DS).
27 Dije primero a Sión(DT): «Mira, aquí están»,
y a Jerusalén: «Os daré un mensajero de buenas nuevas(DU)».
28 Pero cuando miro, no hay nadie(DV),
y entre ellos[at] no hay consejeros(DW)
a quienes, si les pregunto, puedan responder(DX).
29 He aquí, todos ellos son falsos[au];
sus obras inútiles(DY),
viento(DZ) y vacuidad sus imágenes fundidas(EA).

Notas al pie

  1. Isaías 40:2 O, reclutamiento
  2. Isaías 40:2 O, que ha satisfecho por su culpa
  3. Isaías 40:3 O, Voz del que clama
  4. Isaías 40:5 O, Para que sea revelada
  5. Isaías 40:6 O, Voz del que dice
  6. Isaías 40:6 Otra posible lectura es: yo dije
  7. Isaías 40:6 O, toda su constancia
  8. Isaías 40:7 O, porque
  9. Isaías 40:9 O, mensajero de Sion
  10. Isaías 40:9 O, mensajero de Jerusalén
  11. Isaías 40:10 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  12. Isaías 40:12 Los M.M.M. dicen: aguas del mar
  13. Isaías 40:12 O, medio codo; i.e., unos 22 cm.
  14. Isaías 40:12 O, efa
  15. Isaías 40:12 Lit., ha contenido o comprendido
  16. Isaías 40:13 O, midió
  17. Isaías 40:14 O, del derecho
  18. Isaías 40:15 O, regiones costeras
  19. Isaías 40:17 O, y vacío
  20. Isaías 40:19 O, la imagen tallada
  21. Isaías 40:20 O, formar
  22. Isaías 40:20 O, imagen tallada
  23. Isaías 40:21 En el T.M., entendido los fundamentos
  24. Isaías 40:22 O, el círculo
  25. Isaías 40:23 O, vacíos
  26. Isaías 40:24 O, Aún no
  27. Isaías 40:24 O, Aún no
  28. Isaías 40:24 O, Aún no
  29. Isaías 40:24 Lit., y también
  30. Isaías 40:31 O, al
  31. Isaías 40:31 O, les brotarán piñones
  32. Isaías 41:1 O, islas
  33. Isaías 41:2 Lit., su pie
  34. Isaías 41:3 Lit., no había ido con
  35. Isaías 41:5 O, islas
  36. Isaías 41:7 Lit., Y lo
  37. Isaías 41:8 Lit., simiente
  38. Isaías 41:10 O, no seas receloso
  39. Isaías 41:11 O, confundidos
  40. Isaías 41:14 O, y tu Redentor, el Santo
  41. Isaías 41:17 O, pobres
  42. Isaías 41:19 U, oleastro
  43. Isaías 41:21 Lit., Acercad
  44. Isaías 41:22 Lit., pongamos nuestro corazón
  45. Isaías 41:23 O, seamos recelosos
  46. Isaías 41:28 Lit., y de estos
  47. Isaías 41:29 Otra posible lectura es: nada