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Contra los que buscan apoyo en Egipto

30 El Señor afirma:
«¡Ay de los hijos rebeldes,
que hacen planes sin contar conmigo
y preparan proyectos que yo no les inspiro,
de manera que amontonan pecado sobre pecado!
Se van a toda prisa a Egipto,
y a mí no me consultan;
buscan apoyo bajo la protección del faraón,
se refugian bajo la sombra de Egipto.
Pero la protección del faraón los defraudará,
y el refugio a la sombra de Egipto será su humillación.
Aunque ustedes hayan enviado embajadores
hasta las ciudades de Soan y de Hanés,
todos quedarán defraudados por esa nación inútil,
que no les trae ayuda ni provecho,
sino sólo desilusión y desgracia.»

Profecía acerca de los animales del Négueb:
Por territorio lleno de peligros,
habitado por leones que rugen,
por víboras y dragones voladores,
llevan sus tesoros y riquezas
a lomo de burro y de camello
a Egipto, pueblo inútil,
impotente, incapaz de ayudar.
Por eso le he puesto este nombre:
«Monstruo que ruge y no hace nada».
Ven ahora y escríbelo en una tabla,
ponlo en una inscripción
que quede ahí para el futuro,
como testimonio eterno.
Esta gente es un pueblo rebelde, infiel,
que no quiere escuchar las enseñanzas del Señor.
10 A los videntes dicen: «No tengan visiones»,
y a los profetas: «No nos cuenten revelaciones verdaderas;
háblennos palabras suaves;
no nos quiten nuestras ilusiones.
11 Apártense del camino,
desvíense del sendero recto,
no nos pongan delante al Dios Santo de Israel.»

12 Por eso, el Dios Santo de Israel dice:

«Ustedes rechazan esta advertencia,
y confían en la violencia y la maldad,
y se apoyan en ellas;
13 por eso, ustedes son culpables.
Parecen un alto muro agrietado
que cuando menos se piensa se derrumba;
14 serán destruidos como un jarrón de barro,
que se quiebra tan completamente
que no queda entre los pedazos rotos
ni uno que sirva para recoger las brasas del fogón
o para sacar agua de un pozo.»

15 El Señor, el Dios Santo de Israel, dice:

«Vuelvan, quédense tranquilos y estarán a salvo.
En la tranquilidad y la confianza
estará su fuerza.»
Pero ustedes no quisieron,
16 sino que dijeron: «No, mejor huiremos a caballo.»
Bueno, así tendrán que huir.
También dijeron: «Montaremos en carros veloces.»
Bueno, veloces serán los que los persigan.
17 Mil huirán amenazados por un solo hombre,
y todos ustedes huirán amenazados por cinco,
hasta que queden tan pocos
como queda un palo en la cumbre de un monte
o una señal levantada sobre una colina.

Promesa de misericordia para el pueblo

18 Pero el Señor los espera, para tener compasión de ustedes; él está ansioso por mostrarles su amor, porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que esperan en él!

19 Pueblo de Sión, que vives en Jerusalén: ya no llorarás más. El Señor tendrá compasión de ti al oír que gritas pidiendo ayuda, y apenas te oiga, te responderá. 20 Y aunque el Señor te dé el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, él, que es tu maestro, no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás. 21 Y si te desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti, que te dirá: «Por aquí es el camino, vayan por aquí.» 22 Y despreciarás como cosas impuras tus imágenes de plata y tus ídolos recubiertos de oro. Los rechazarás como algo impuro y los considerarás como basura. 23 El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y la tierra producirá trigo abundante y fértil. En ese día tu ganado tendrá lugar en abundancia para pastar. 24 Hasta los bueyes y los burros que trabajan en tus campos tendrán para comer el mejor y más exquisito forraje. 25 Cuando llegue el día de la gran matanza y caigan las fortalezas, habrá ríos y torrentes de agua en todas las altas montañas y en las colinas elevadas. 26 El Señor curará y vendará las heridas de su pueblo. Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte, como la luz de siete soles juntos.

Castigo de Asiria

27 Miren, el Señor en persona viene de lejos;
su furor está ardiendo con espesa humareda,
sus labios están llenos de ira,
su lengua es como fuego destructor,
28 su aliento es como un río desbordado
que llega hasta el cuello;
él viene a poner un yugo a las naciones
para llevarlas a la ruina,
a poner un freno en la boca de los pueblos
para hacerlos extraviar.
29 Para ustedes, en cambio, habrá cantos,
como en noche de fiesta sagrada;
su corazón estará alegre,
como el de quien camina al son de la flauta
para ir al monte del Señor,
al refugio de Israel.
30 El Señor dejará oír su voz majestuosa
y mostrará su poder, que actuará con ira terrible,
con las llamas de un fuego devorador,
con rayos, aguacero y granizo.
31 Al oír la voz del Señor y recibir su castigo,
Asiria se llenará de terror,
32 y a cada golpe que descargue el Señor sobre ella,
sonarán tambores y arpas.
El Señor le hará una guerra terrible.
33 Desde hace mucho tiempo
está preparado para Asiria y para su rey
el lugar del tormento, ancho y profundo,
una hoguera encendida con leña abundante.
La encenderá el soplo del Señor,
como un torrente de azufre.

Contra los que buscan ayuda en Egipto

31 ¡Ay de los que van a Egipto a buscar ayuda,
de los que confían en los caballos,
de los que ponen su confianza en que tienen muchos carros
y en que es muy numerosa su caballería,
y no vuelven la vista al Dios Santo de Israel,
no buscan al Señor!
Pero él también es hábil y sabe causar desgracias,
y cuando dice una cosa, no se vuelve atrás.
Él actuará contra la gente malvada,
contra los que ayudan a los malhechores.
Los egipcios son hombres, no dioses;
sus caballos son de carne, no espíritus.
El Señor extenderá su mano para castigarlos,
y tanto el protector como el protegido caerán;
todos perecerán a la vez.

El Señor me dijo:
«Así como un león que ha matado una oveja
no se deja asustar por los pastores,
aunque todos ellos se reúnan
y traten de asustarlo con sus gritos,
así vendrá el Señor todopoderoso
a defender a su pueblo en el monte Sión.
Como el ave que protege su nido volando encima de él,
así protegerá el Señor todopoderoso a Jerusalén;
la cuidará, la salvará,
la defenderá, la librará.»

Hijos de Israel, vuelvan a aquel
a quien han ofendido tan gravemente.
Porque el día en que todos ustedes
rechacen los ídolos de oro y de plata
que han hecho con sus manos culpables,
Asiria caerá a filo de espada,
pero no por un poder humano.
La guerra hará huir a su gente,
y a sus jóvenes guerreros los harán esclavos;
a causa del miedo, su rey saldrá corriendo
y sus capitanes desertarán de su bandera.
Esto lo afirma el Señor,
que en Jerusalén tiene una hoguera
para castigar a sus enemigos.

Reino de justicia

32 Habrá un rey que reinará con rectitud
y gobernantes que gobernarán con justicia.
Cada uno de ellos será como refugio contra el viento
y protección contra la tempestad,
como canales de riego en tierra seca,
como la sombra de una gran roca en el desierto.
Tendrán los ojos bien abiertos
y estarán dispuestos a escuchar con atención;
no actuarán con precipitación sino con prudencia,
y dirán las cosas con toda claridad.
La gente no llamará noble al canalla
ni tratará al pícaro como persona de importancia.
Porque el canalla habla como canalla
y en su mente hace planes malvados;
busca cometer el crimen
y habla mentiras contra el Señor;
deja ir con las manos vacías al hambriento
y no da de beber al que tiene sed.
El que es pícaro se vale de artimañas
y trama cosas infames;
perjudica con mentiras a los pobres
y al necesitado que pide justicia.
En cambio, el que es noble tiene planes nobles,
y en esos planes se mantiene firme.

Contra las mujeres frívolas

Y ustedes, mujeres despreocupadas,
oigan lo que les voy a decir.
Mujeres confiadas, escuchen mis palabras.
10 Ahora están confiadas,
pero dentro de poco más de un año se estremecerán,
porque se terminará la cosecha
y no recogerán más uvas.
11 Ustedes que viven despreocupadas, tiemblen;
ustedes que se sienten confiadas, estremézcanse,
quítense esos vestidos
y pónganse ropas ásperas en señal de dolor.
12 Hagan demostraciones de dolor
por los campos risueños y los fértiles viñedos.
13 Espinos y matorrales crecerán en mi país,
en toda casa alegre de la ciudad amiga de las diversiones.
14 El palacio estará abandonado;
la ciudad, tan poblada, quedará desierta;
las fortificaciones, abandonadas para siempre;
allí vivirán contentos los asnos salvajes,
y podrá comer el ganado.

15 Pero el poder creador del Señor
vendrá de nuevo sobre nosotros,
y el desierto se convertirá en tierra de cultivo,
y la tierra de cultivo será mucho más fértil.
16 La rectitud y la justicia reinarán
en todos los lugares del país.
17 La justicia producirá paz,
tranquilidad y confianza para siempre.
18 Mi pueblo vivirá en un lugar pacífico,
en habitaciones seguras,
en residencias tranquilas,
19 aunque el bosque sea talado
y humillada la ciudad.
20 Ustedes vivirán felices,
con riego abundante para sus sembrados
y pastos seguros para el burro y el buey.

La futilidad de confiar en Egipto

30 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto. Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión. Cuando estén sus príncipes en Zoán, y sus embajadores lleguen a Hanes, todos se avergonzarán del pueblo que no les aprovecha, ni los socorre, ni les trae provecho; antes les será para vergüenza y aun para oprobio.

Profecía sobre las bestias del Neguev: Por tierra de tribulación y de angustia, de donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente que vuela, llevan sobre lomos de asnos sus riquezas, y sus tesoros sobre jorobas de camellos, a un pueblo que no les será de provecho. Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.

Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre. Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; 10 que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; 11 dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel. 12 Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; 13 por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente. 14 Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.

15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, 16 sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores. 17 Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina.

Promesa de la gracia de Dios a Israel

18 Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él. 19 Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.

20 Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. 21 Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. 22 Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás.

23 Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas. 24 Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba. 25 Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres. 26 Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó.

El juicio de Jehová sobre Asiria

27 He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume. 28 Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar.

29 Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel. 30 Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo. 31 Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada. 32 Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos. 33 Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende.

Los egipcios son hombres y no dioses

31 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová! Pero él también es sabio, y traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los que hacen iniquidad. Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.

Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado. Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando.

Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel. Porque en aquel día arrojará el hombre sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras. Entonces caerá Asiria por espada no de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios. Y de miedo pasará su fortaleza, y sus príncipes, con pavor, dejarán sus banderas, dice Jehová, cuyo fuego está en Sion, y su horno en Jerusalén.

El Rey justo

32 He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio. Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa. No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente. El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido. Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento. Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre. Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.

Advertencia a las mujeres de Jerusalén

Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón. 10 De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá. 11 Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio. 12 Golpeándose el pecho lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil. 13 Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría. 14 Porque los palacios quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada; 15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque. 16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia. 17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. 18 Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo. 19 Y cuando caiga granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida. 20 Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libres al buey y al asno.

Ay de la nación obstinada

30 El Señor ha dictado esta sentencia:

«Ay de los hijos rebeldes
    que ejecutan planes que no son míos,
que hacen alianzas contrarias a mi Espíritu,
    que amontonan pecado sobre pecado,
que bajan a Egipto sin consultarme,
    para buscar la protección de Faraón
    y se refugian bajo la sombra de Egipto.
¡La protección de Faraón será su vergüenza!
    ¡El refugiarse bajo la sombra de Egipto, su humillación!
Aunque en Zoán tengan oficiales,
    y a Janés hayan llegado sus mensajeros,
todos quedarán avergonzados
    por culpa de un pueblo que les resulta inútil,
que no les brinda ninguna ayuda ni provecho,
    sino solo vergüenza y desgracia».

Esta es la profecía sobre los animales del Néguev:

Por tierra de dificultades y angustias,
    de leones y leonas,
    de serpientes veloces y venenosas,
llevan ellos a lomo de burro
    las riquezas de esa nación inútil,
    y sus tesoros, a lomo de camello.
La ayuda de Egipto no sirve para nada;
    por eso la llamo:
    «Rahab, la inútil».

Anda, pues, delante de ellos, y grábalo en una tablilla.
    Escríbelo en un rollo de cuero,
para que en los días venideros
    quede como un testimonio eterno.
Porque este es un pueblo rebelde; son hijos mentirosos,
    hijos que no quieren escuchar la Ley del Señor.
10 A los videntes les dicen:
    «¡No tengan más visiones!»,
y a los profetas:
    «¡No nos sigan profetizando la verdad!
Dígannos cosas agradables,
    profeticen ilusiones.
11 ¡Apártense del camino,
    retírense de esta senda
y dejen de enfrentarnos
    con el Santo de Israel!».

12 Así dice el Santo de Israel:

«Ustedes han rechazado esta palabra;
    han confiado en la opresión y en la perversidad
    y se han apoyado en ellas.
13 Por eso su iniquidad se alzará frente a ustedes
    como un muro alto y agrietado, a punto de derrumbarse:
    ¡de repente, en un instante, se desplomará!
14 Quedará hecha pedazos,
    hecha añicos sin piedad, como vasija de barro:
ni uno solo de sus pedazos servirá
    para sacar brasas del fuego
    ni agua de una cisterna».

15 Porque así dice el Señor y Dios, el Santo de Israel:

«En el arrepentimiento y la calma está su salvación,
    en la serenidad y la confianza está su fuerza,
    ¡pero ustedes no lo quieren reconocer!
16 Se resisten y dicen: “Huiremos a caballo”.
    ¡Por eso, así tendrán que huir!
Dicen: “Cabalgaremos sobre caballos veloces”.
    ¡Por eso, veloces serán sus perseguidores!
17 Ante la amenaza de uno solo,
    mil de ustedes saldrán huyendo;
ante la amenaza de cinco,
    huirán todos ustedes.
Quedarán abandonados
    como un mástil en la cima de una montaña,
    como una bandera sobre una colina».

18 Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad;
    por eso se levanta para mostrarles compasión.
Porque el Señor es un Dios de justicia.
    ¡Dichosos todos los que en él esperan!

19 Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más. ¡El Dios de piedad se apiadará de ti cuando clames pidiendo ayuda! Tan pronto como te oiga, te responderá. 20 Aunque el Señor te dé pan de adversidad y agua de aflicción, tus maestros no se esconderán más; con tus propios ojos los verás. 21 Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino; síguelo». 22 Entonces profanarás tus ídolos enchapados en plata y tus imágenes revestidas de oro; los arrojarás como trapo impuro y les dirás: «¡Fuera de aquí!».

23 El Señor te enviará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y el alimento que produzca la tierra será suculento y abundante. En aquel día tu ganado pacerá en extensas praderas. 24 Los bueyes y los burros que trabajan la tierra comerán el mejor grano, arrojado al aire con pala y rastrillo. 25 En el día de la gran masacre, cuando caigan las torres, habrá arroyos y corrientes de agua en toda montaña alta y en toda colina elevada. 26 Cuando el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y sane las heridas que le causó, brillará la luna como el sol, y será la luz del sol siete veces más intensa, como la luz de siete días enteros.

27 ¡Miren! El nombre del Señor viene de lejos,
    con ardiente ira y densa humareda.
Sus labios están llenos de furor;
    su lengua es como un fuego consumidor.
28 Su aliento es cual torrente desbordado
    que llega hasta el cuello,
para sacudir a las naciones y llevarlas a la ruina.
    Pone en las quijadas de los pueblos
    un freno que los desvía.
29 Ustedes cantarán
    como en noche de fiesta sagrada;
su corazón se alegrará,
    como cuando uno sube con flautas
a la montaña del Señor,
    a la Roca de Israel.
30 El Señor hará oír su majestuosa voz;
    su brazo descenderá con rugiente ira
y llama de fuego consumidor;
    con aguacero, tormenta y granizo.
31 La voz del Señor quebrantará a Asiria;
    la golpeará con su bastón.
32 Cada golpe que el Señor descargue sobre ella
    con su vara de castigo
será al son de panderos y de arpas;
    agitando su brazo, peleará contra ellos.
33 Porque Tofet[a] está preparada desde hace tiempo;
    está dispuesta incluso para el rey.
Se ha hecho una pira de fuego profunda y ancha,
    con abundancia de fuego y leña;
el soplo del Señor la encenderá
    como un torrente de azufre ardiente.

Ay de los que confían en Egipto

31 ¡Ay de los que descienden a Egipto en busca de ayuda,
    de los que se apoyan en caballos,
de los que confían en la multitud de sus carros de guerra
    y en la gran fuerza de sus jinetes,
pero no toman en cuenta al Santo de Israel
    ni buscan al Señor!
Sin embargo, el Señor es también sabio y traerá calamidad;
    y no se retractará de sus palabras.
Se levantará contra la dinastía de los malvados,
    contra los que ayudan a los malhechores.
Los egipcios, en cambio, son simples mortales y no dioses;
    sus caballos son carne y no espíritu.
Cuando el Señor extienda su mano,
    tropezará el que presta ayuda
    y caerá el que la recibe.
    ¡Todos juntos perecerán!

Porque así me dice el Señor:

«Como león que gruñe sobre la presa
    cuando contra él se reúne
    toda una cuadrilla de pastores;
como cachorro de león
    que no se asusta por sus gritos
    ni se inquieta por su tumulto,
así también el Señor de los Ejércitos
    descenderá para combatir sobre el monte Sión, sobre su cumbre.
Como aves que revolotean sobre el nido,
    así también el Señor de los Ejércitos protegerá a Jerusalén;
la protegerá y la librará,
    pasará sobre ella y la rescatará».

Israelitas, ¡vuélvanse a aquel contra quien ustedes se han rebelado tan abiertamente! Porque en aquel día cada uno de ustedes rechazará a los ídolos de plata y oro que sus propias manos pecadoras fabricaron.

«Asiria caerá a espada, pero no de hombre;
    una espada, pero no de mortales, la consumirá.
Huirá para escapar de la espada,
    y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados.
A causa del terror caerá su fortaleza;
    sus comandantes dejarán abandonada su bandera»,
afirma el Señor,
    cuyo fuego está en Sión
    y cuyo horno está en Jerusalén.

El reino de justicia

32 Miren, un rey reinará con rectitud
    y los gobernantes gobernarán con justicia.
Cada uno será como un refugio contra el viento,
    como un resguardo contra la tormenta;
como arroyos de agua en tierra seca,
    como la sombra de un peñasco en el desierto.

No se nublarán los ojos de los que ven;
    prestarán atención los oídos de los que oyen.
La mente impulsiva comprenderá y entenderá,
    la lengua tartamuda hablará con fluidez y claridad.
Ya no se llamará noble al necio
    ni será respetado el canalla.
Porque el necio profiere necedades
    y su corazón está inclinado al mal;
practica la impiedad,
    y habla falsedades contra el Señor;
deja con hambre al hambriento
    y niega el agua al sediento.
El canalla recurre a artimañas malignas
    y trama designios infames;
destruye a los pobres con mentiras,
    aunque el necesitado reclama justicia.
El noble, por el contrario, concibe nobles planes
    y en sus nobles acciones se afirma.

Las mujeres de Jerusalén

Mujeres indolentes,
    ¡levántense y escúchenme!
Hijas que se sienten tan confiadas,
    ¡presten atención a lo que voy a decirles!
10 Ustedes, que se sienten tan confiadas,
    en poco más de un año temblarán;
porque fallará la vendimia,
    y no llegará la cosecha.
11 ¡Tiemblen, mujeres indolentes!
    Ustedes, que se sienten tan confiadas, ¡estremézcanse!
Desvístanse, desnúdense;
    pónganse ropa de luto.
12 Golpéense el pecho,
    por los campos agradables,
    por los viñedos fértiles,
13 por el suelo de mi pueblo
    cubierto de espinos y de zarzas,
por todas las casas donde hay alegría
    y por esta ciudad donde hay diversión.
14 La fortaleza será abandonada,
    y desamparada la ciudad populosa;
para siempre convertidas en cuevas quedarán la torre y la fortaleza;
    convertidas en deleite de asnos salvajes, en pastizal de rebaños,
15 hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros.
    Entonces el desierto se volverá un campo fértil,
    y el campo fértil se convertirá en bosque.
16 La justicia morará en el desierto
    y en la tierra fructífera habitará la rectitud.
17 El producto de la justicia será la paz;
    tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto.
18 Mi pueblo habitará en un lugar de paz,
    en moradas seguras,
    en serenos lugares de reposo.
19 Aunque el granizo arrase con el bosque
    y la ciudad sea completamente allanada,
20 ¡dichosos ustedes,
    los que siembran junto al agua
    y dejan sueltos al buey y al asno!

Notas al pie

  1. 30:33 Tofet. Lugar de incineración, cercano a Jerusalén.

Contra los que confían en Egipto

30 Dios dijo:

«¡Qué mal les va a ir a ustedes,
israelitas rebeldes!
Hacen planes sin tomarme en cuenta,
y pecan una y otra vez.
Piden ayuda al rey de Egipto,
pero sin consultarme;
buscan refugio bajo su poder,
pero ese rey no podrá protegerlos;
Egipto no les dará refugio.

»Ustedes, los israelitas,
han mandado embajadores
hasta las ciudades egipcias
de Soan y de Hanés;
pero van a quedar avergonzados,
porque esa gente inútil,
en vez de ayudarlos,
les causará muchas desgracias».

La ayuda de Egipto no servirá de nada

Isaías dijo:

«Esto dice nuestro Dios acerca de Egipto,
ese animal feroz del desierto del sur:

“Los israelitas llevan a Egipto
todos sus tesoros y riquezas.
Todo eso lo llevan
a lomo de burro y de camello.
Cruzan el desierto,
que está lleno de peligros.
Allí hay leones feroces,
víboras y dragones voladores.
Pero Egipto no podrá ayudarlos.
Por eso he dicho acerca de él:
‘Perro que ladra, no muerde’.”»

Entonces Dios le dijo a Isaías:

«Ven ahora y escribe este refrán;
ponlo sobre una tablilla
para que sirva de testimonio
y siempre se recuerde».

El castigo de la rebeldía

Isaías dijo:

«Los israelitas son un pueblo
que no quiere obedecer
las enseñanzas de Dios.
Son infieles y rebeldes.
10 No quieren que los videntes
cuenten sus visiones;
tampoco quieren que los profetas
les digan la verdad.
Prefieren que les hablen
de cosas agradables;
prefieren seguir creyendo
que todo les saldrá bien.
11 A unos y a otros les piden
que dejen de obedecer a Dios;
no quieren que sigan hablando
del Dios santo de Israel.

12 »Por eso, Dios les dijo:

“Ustedes rechazan mis advertencias,
y prefieren confiar en la violencia
y en palabras mentirosas.
13 Por lo tanto,
su pecado caerá sobre ustedes
como un muro alto y agrietado,
que se viene abajo
cuando uno menos lo espera.
14 Será como un jarro
que se rompe por completo.
Tan pequeños son los pedazos
que no sirven para nada;
¡ni para remover el fuego
ni para sacar agua de un pozo!”

15 »Por lo tanto,
así dice el Dios santo de Israel:

“Vuelvan a obedecerme,
y yo les daré poder.
Si en verdad confían en mí,
manténganse en calma
y quedarán a salvo.
Pero ustedes me rechazan;
16 prefieren escapar a caballo
o en carros muy veloces.

”Pues bien, si así lo prefieren,
tendrán que huir a caballo;
¡pero sus perseguidores
serán más veloces que ustedes!
17 Bastará un solo enemigo
para llenar de miedo a mil;
¡serán suficientes cinco de ellos
para amenazar a todos ustedes!
Y cuando todo haya terminado,
de ustedes quedarán tan pocos
que parecerán un poste solitario
en la parte alta de un monte”».

Promesas de salvación

18 Isaías continuó diciendo:

«Nuestro Dios ama la justicia y quiere demostrarles cuánto los ama. En verdad, Dios ama a los que confían en él, y desea mostrarles compasión.

19 »Y ustedes, israelitas que viven en la ciudad de Jerusalén, ya no tienen por qué llorar. Dios les tendrá compasión tan pronto como le pidan ayuda. En cuanto oiga sus gritos, les responderá. 20 Y si acaso les envía algún sufrimiento, ya no se quedará escondido. Dios es su maestro, y ustedes lo verán con sus propios ojos.

21 »Si acaso dejan de adorarlo, oirán una voz que les dirá: “No hagan eso, porque eso no me agrada. Adórenme sólo a mí”. 22 Ustedes llegarán a ver como basura sus ídolos de oro y plata. 23 Entonces, cuando siembren sus campos, Dios les enviará lluvia. Así la tierra producirá trigo en abundancia.

»Ese día, su ganado tendrá mucho lugar donde pastar. 24 También los bueyes y los burros que trabajan en sus campos podrán alimentarse de ricos pastos.

25 »Cuando Dios castigue a sus enemigos y destruya sus fortalezas, bajarán de las colinas y de las altas montañas grandes corrientes de agua. 26 Ese día Dios les sanará las heridas, porque ustedes son su pueblo. La luz de la luna será tan brillante como la del sol, y el sol brillará siete veces más. ¡Será como si brillaran siete soles juntos!»

El castigo de Asiria

27 Isaías continuó diciendo:

«¡Miren a lo lejos!
¡Dios mismo se acerca!
Su furia es como fuego ardiente;
sus labios y su lengua
son un fuego destructor.
28 El aliento de Dios
parece un río desbordado
que todo lo inunda.
Dios viene contra las naciones,
para derrotarlas por completo
y hacerlas perder el rumbo.

29 »Ustedes, en cambio,
escucharán canciones
como en una noche de fiesta;
irán con el corazón alegre,
como los que caminan
al ritmo de las flautas.
Irán al monte de Dios,
pues él es nuestro refugio.

30 »Dios dejará oír su voz majestuosa
y nos demostrará su poder.
Sus rayos, aguaceros y granizos
son destructores como el fuego.

31 »Cuando Asiria oiga la voz de Dios,
sabrá el castigo que le espera
y se llenará de miedo.
32 Dios la atacará en la guerra,
y cuando la destruya,
sonarán arpas y tambores.
33 Desde hace mucho tiempo
Dios tiene preparado
un lugar de castigo
para Asiria y para su rey.
Es un lugar ancho y profundo,
y tiene mucha leña.
Cuando Dios sople sobre ella,
la leña se encenderá
como una lluvia de azufre».

Reproches a los que buscan ayuda en Egipto

31 Isaías dijo:

«¡Qué mal les va a ir
a los que van a Egipto
a pedir ayuda!
¡Todos ellos confían
en sus fuerzas militares,
pero no miran ni buscan
al Dios santo de Israel!
Pero a Dios no se le engaña;
él sabe causar desgracias,
y cuando promete algo, lo cumple.
Dios destruirá a los malvados
y a quienes les piden ayuda.

»Los egipcios no son dioses,
sino simples seres humanos.
Sus caballos son de carne
y no vivirán para siempre.
Dios castigará a los egipcios
y a quienes les piden ayuda.
¡Todos van a desaparecer!»

Dios protege a Jerusalén

Dios le dijo a Isaías:

«Yo defenderé a mi pueblo
que vive en Jerusalén,
como se defiende el león
cuando ha matado a una oveja:
no se deja asustar
por los gritos de los pastores.
Yo protegeré a Jerusalén
como protege el pájaro a su nido:
¡yo la cuidaré y la salvaré!
Yo soy el Dios todopoderoso,
y les juro que así lo haré».

El pueblo debe arrepentirse

Isaías advirtió:

«Israelitas,
ya no sean desobedientes;
¡vuelvan a obedecer a Dios!
Ustedes pecaron contra mí
al fabricar ídolos de oro y plata,
pero viene el día
en que dejarán de adorarlos.
Ese día, Asiria será derrotada,
pero no por ningún ser humano.
Por causa de la guerra
su gente querrá escapar,
y sus jóvenes guerreros
serán hechos esclavos.
Su rey se llenará de miedo
y saldrá corriendo;
también sus capitanes
dejarán abandonada su bandera.
Dios ya tiene preparado
el castigo para sus enemigos
en la ciudad de Jerusalén».

El reino de justicia

32 Isaías continuó diciendo:

«Llegará el momento en que el rey
y los gobernantes de mi pueblo
actuarán con justicia;
brindarán protección y refugio
contra los ataques enemigos,
contra los tiempos difíciles,
y contra la corrupción.

»Estarán siempre vigilantes
y escucharán con atención;
actuarán con prudencia,
y hablarán con la verdad.

»Los malvados y tramposos
serán despreciados
porque siempre que hablan, ofenden;
hacen planes perversos,
cometen muchos crímenes,
no dan de comer al hambriento
ni dan de beber al sediento,
¡y hasta mienten contra Dios!

»Esos tramposos dicen mentiras
y hacen planes malvados;
con sus mentiras perjudican
a los pobres y necesitados
que reclaman justicia.
En cambio, la gente honesta
sólo hace lo bueno,
y por eso es confiable».

Mujeres irresponsables

Isaías les dijo a las mujeres:

«Ustedes, mujeres irresponsables,
oigan bien lo que les voy a decir.
Escuchen bien mis palabras,
ustedes, que viven tan tranquilas.
10 Ahora todo parece estar bien,
pero dentro de un año
se pondrán a temblar de miedo,
porque no habrá pan ni vino.

11 »Les repito:
Ustedes, mujeres irresponsables,
que viven tan tranquilas,
comiencen a temblar.
Quítense esos vestidos
y pónganse ropas ásperas
en señal de dolor.
12 Recorran con lágrimas en los ojos
los campos llenos de trigo,
los viñedos llenos de uvas,
13 y los hogares de Jerusalén,
que alguna vez fueron felices.
Porque todo mi país
se llenará de espinos y matorrales.

14 »Mi ciudad, antes llena de gente,
quedará abandonada para siempre.
También quedarán abandonados
el palacio y las fortalezas.
En su lugar vivirán contentos
los asnos salvajes,
y podrá pastar el ganado.

Promesas de paz y seguridad

15 »Pero Dios vendrá a visitarnos,
y con su poder creador
convertirá el desierto en tierra fértil,
y la tierra fértil en un bosque hermoso.
16 Entonces habrá justicia
en todos los rincones del país.
17 La justicia traerá para siempre
paz, tranquilidad y confianza.
18 Mi pueblo vivirá
en un lugar tranquilo y seguro.
19 Aun cuando caiga granizo
y los bosques sean dañados,
aun cuando mi ciudad
vuelva a ser humillada,
20 ustedes vivirán felices.
Sus sembrados tendrán mucha agua,
y los burros y los bueyes
tendrán pastos en abundancia».

Alianza inútil con Egipto

30 ¡Ay de los hijos rebeldes(A) —declara el Señor
que ejecutan planes(B), pero no los míos,
y hacen alianza[a](C), pero no según[b] mi Espíritu,
para añadir pecado sobre pecado!
Los que descienden a Egipto(D)
sin consultarme[c](E),
para refugiarse al amparo de Faraón,
y buscar abrigo a la sombra de Egipto(F).
El amparo de Faraón será vuestra vergüenza(G),
y el abrigo a la sombra de Egipto, vuestra humillación.
Porque sus príncipes están en Zoán(H),
y sus embajadores llegan a Hanes.
Todos se avergonzarán(I) a causa de un pueblo que no les trae provecho,
no les sirve de ayuda(J) ni de utilidad, sino de vergüenza y también de oprobio.

Profecía sobre[d] las bestias(K) del Neguev[e](L).
Por tierra de tribulación y angustia(M),
de donde[f] vienen la leona y el león, la víbora y la serpiente voladora(N),
llevan sus riquezas sobre lomos[g] de pollinos(O)
y sus tesoros sobre gibas de camellos(P),
a un pueblo que no les traerá provecho,
a Egipto, cuya ayuda es vana y vacía(Q).
Por tanto lo[h] he llamado
Rahab(R) el destruido[i].
Ahora ve, escríbelo en una tablilla(S) delante de ellos
y grábalo en un rollo,
para que sirva[j] en el día postrero
como testigo para siempre[k].
Porque este es un pueblo rebelde, hijos falsos(T),
hijos que no quieren escuchar(U)
la instrucción[l] del Señor;
10 que dicen a los videntes(V): No veáis visiones;
y a los profetas: No nos profeticéis lo que es recto(W),
decidnos palabras agradables[m](X),
profetizad ilusiones.
11 Apartaos del camino, desviaos de la senda(Y),
no oigamos más acerca del[n] Santo de Israel(Z).
12 Por tanto, así dice el Santo de Israel:
Ya que habéis desechado esta palabra(AA),
y habéis confiado en la opresión y en el engaño(AB), y os habéis apoyado en ellos,
13 por eso esta iniquidad(AC) será para vosotros
como muro agrietado[o] a punto de caer(AD),
como abultamiento en una pared alta,
cuya caída viene de repente, en un instante(AE).
14 Su caída es como el romper de una vasija de alfarero(AF),
despedazada sin piedad[p];
no se halla entre sus pedazos ni un tiesto
para tomar fuego del hogar
o para sacar agua de una cisterna.
15 Porque así ha dicho el Señor Dios[q], el Santo de Israel:
En arrepentimiento[r] y en reposo(AG) seréis salvos;
en quietud y confianza(AH) está vuestro poder.
Pero no quisisteis,
16 y dijisteis: No, porque huiremos a caballo(AI).
Por tanto, huiréis.
Y: Sobre corceles veloces cabalgaremos.
Por tanto, serán veloces los que os persiguen.
17 Mil huirán(AJ) ante la amenaza de uno solo,
ante la amenaza de cinco huiréis;
hasta que seáis dejados como una enseña[s] en la cima de un monte,
y como señal[t] sobre una colina.

Promesa de bendición para Israel

18 Por tanto, el Señor espera para tener piedad de vosotros(AK),
y por eso se levantará(AL) para tener compasión de vosotros.
Porque el Señor es un Dios de justicia(AM);
¡cuán bienaventurados son todos los que en Él esperan(AN)!

19 Oh pueblo de Sión, morador(AO) de Jerusalén[u], no llorarás más(AP). Ciertamente se apiadará de ti a la voz de tu clamor; cuando la oiga, te responderá(AQ). 20 Aunque el Señor os ha dado pan de escasez y agua de opresión(AR), tu Maestro no se esconderá más(AS), sino que tus ojos contemplarán a tu Maestro. 21 Tus oídos oirán detrás de ti una palabra[v]: Este es el camino(AT), andad en él, ya sea que vayáis(AU) a la derecha o a la izquierda. 22 Y profanarás tus imágenes talladas recubiertas de plata, y tus imágenes fundidas revestidas de oro(AV). Las esparcirás como cosa inmunda, y les[w] dirás: ¡Fuera de aquí(AW)!

23 Entonces Él dará lluvia para la[x] semilla que sembrarás en la tierra, y pan del producto de la tierra(AX), y será rico[y] y abundante[z]. En aquel día tus ganados serán apacentados en espaciosos pastizales(AY). 24 También los bueyes y los asnos que labran la tierra comerán forraje salado, que ha sido aventado[aa] con pala y con bieldo(AZ). 25 Sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada habrá arroyos de aguas perennes[ab](BA) el día de la gran matanza(BB), cuando caigan las torres. 26 Y será la luz de la luna como la luz del sol(BC), y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que el Señor(BD) ponga una venda en la fractura(BE) de su pueblo y cure(BF) la llaga que Él ha causado[ac].

27 He aquí, el nombre del Señor viene de lejos;[ad](BG)
ardiente es su ira, y denso[ae] es su humo[af](BH).
Sus labios están llenos de indignación(BI),
su lengua es como fuego consumidor(BJ),
28 y su aliento como un torrente desbordado(BK)
que llega hasta el cuello(BL),
para zarandear a las naciones en una zaranda de destrucción[ag](BM),
y poner la brida que conduce a la ruina[ah](BN) en las mandíbulas de los pueblos.
29 Tendréis cánticos[ai] como en la noche en que celebráis la fiesta,
y alegría de corazón como cuando uno marcha al son de la[aj] flauta,
para ir al monte del Señor, a la Roca de Israel.
30 Y el Señor hará oír la majestad de su voz,
y dejará ver el descenso de su brazo
con furia de ira y llama de fuego consumidor,
con turbión, aguacero y piedra de granizo.
31 Porque a la voz(BO) del Señor, Asiria se aterrará(BP)
cuando Él hiera con la vara(BQ).
32 Y cada golpe[ak] de la vara de castigo[al](BR)
que el Señor descargue sobre ella,
será al son de[am] panderos y liras(BS);
y en batallas, blandiendo armas(BT), Él peleará contra ellos[an].
33 Porque Tofet[ao](BU) está preparado desde hace tiempo,
ciertamente, ha sido dispuesto para el rey.
Él lo ha hecho profundo y ancho,
una pira[ap] de fuego con abundante leña;
el soplo del Señor, como torrente(BV) de azufre(BW), lo enciende.

31 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda(BX)!
En los caballos buscan apoyo(BY),
y confían en los carros porque son muchos,
y en los jinetes porque son muy fuertes,
pero no miran(BZ) al Santo de Israel(CA), ni buscan al Señor.
Pero Él también es sabio(CB) y traerá el mal(CC),
y no se retractará de sus palabras(CD);
sino que se levantará contra la casa de los malhechores(CE)
y contra la ayuda de los que obran iniquidad(CF).
Pues los egipcios son hombres, y no Dios(CG),
y sus caballos(CH) son carne, y no espíritu;
el Señor, pues, extenderá su mano(CI),
y el que ayuda tropezará,
y el que recibe ayuda caerá(CJ);
todos ellos a una perecerán.

Porque así me dice el Señor:

Tal como gruñe el león(CK) o el leoncillo sobre su presa,
contra el que se reúne una multitud[aq] de pastores,
y no se atemoriza de sus voces ni se acobarda por su multitud,
así descenderá el Señor de los ejércitos para combatir(CL) sobre el monte Sión y sobre su collado.
Como aves que vuelan[ar](CM), así protegerá el Señor de los ejércitos a Jerusalén;
la protegerá y la librará,
la perdonará y la rescatará(CN).

Volved(CO) a aquel de quien tan profundamente os habéis apartado[as], oh hijos(CP) de Israel. Porque en aquel día cada uno repudiará sus ídolos de plata y sus ídolos de oro(CQ), que os han hecho vuestras manos pecadoras(CR).

El asirio caerá por espada(CS) no de hombre,
y la espada no humana lo devorará(CT);
no escapará(CU) de[at] la espada,
y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados(CV).
Su fortaleza[au](CW) a causa del terror pasará,
y sus príncipes se espantarán ante el estandarte(CX)
—declara el Señor, que tiene su fuego(CY) en Sión y su horno en Jerusalén.

Reinado del Rey justo

32 He aquí, un rey reinará con justicia(CZ),
y príncipes gobernarán con rectitud.
Cada uno será como refugio(DA) contra el viento
y un abrigo contra la tormenta,
como corrientes[av] de agua en tierra seca(DB),
como la sombra(DC) de una gran[aw] peña en tierra árida[ax].
No se cegarán[ay] entonces los ojos de los que ven,
y los oídos de los que oyen escucharán(DD).
El corazón de los imprudentes discernirá la verdad[az](DE),
y la lengua de los tartamudos se apresurará a hablar claramente.
Ya no se llamará noble al necio(DF),
ni al tramposo se le dirá generoso.
Pues el necio habla necedades,
y su corazón se inclina hacia[ba] el mal(DG),
para practicar la impiedad(DH) y hablar falsedad contra el Señor,
para mantener con hambre al hambriento[bb](DI)
y para privar de[bc] bebida al sediento.
En cuanto al tramposo, sus armas son malignas;
trama designios perversos(DJ)
para destruir con calumnias[bd] a los afligidos(DK),
aun cuando el necesitado hable lo que es justo(DL).
Pero el noble concibe cosas nobles,
y en las cosas nobles se afirma(DM).

Advertencia a las mujeres de Jerusalén

Levantaos, mujeres indolentes(DN),
y oíd mi voz;
hijas confiadas,
prestad oído a mi palabra(DO).
10 Dentro de un año y algunos días,
os conturbaréis, hijas confiadas,
porque se habrá acabado la vendimia(DP),
y la recolección del fruto no vendrá.
11 Temblad, mujeres indolentes;
conturbaos(DQ), hijas confiadas;
desvestíos, desnudaos(DR), y ceñid cilicio en la cintura;
12 golpeaos el pecho(DS), por los campos agradables, por la vid fructífera,
13 por el suelo de mi pueblo donde crecerán espinos y zarzas(DT);
sí, por todas las casas alegres y por la ciudad divertida(DU).
14 Porque el palacio ha sido abandonado(DV), hecha un desierto la populosa ciudad[be](DW).
Collado[bf] y atalaya se han convertido en cuevas(DX) para siempre,
un deleite para asnos monteses(DY), un pasto para rebaños;
15 hasta que se derrame sobre nosotros el Espíritu(DZ) desde lo alto,
el desierto se convierta en campo fértil
y el campo fértil sea considerado como bosque(EA).
16 En el desierto morará el derecho,
y la justicia habitará en el campo fértil(EB).
17 La obra de la justicia será paz(EC),
y el servicio de la justicia, tranquilidad y confianza[bg](ED) para siempre.
18 Entonces habitará mi pueblo en albergue de paz(EE),
en mansiones seguras y en moradas[bh] de reposo(EF);
19 aunque caiga granizo(EG) cuando el bosque caiga(EH),
y la ciudad sea derribada por completo(EI).
20 ¡Cuán bienaventurados seréis vosotros los que sembráis junto a todas las aguas,
y[bi] dejáis sueltos al buey y al asno[bj](EJ)!

Notas al pie

  1. Isaías 30:1 Lit., derraman libación
  2. Isaías 30:1 Lit., de
  3. Isaías 30:2 Lit., consultar mi boca
  4. Isaías 30:6 O, Carga de
  5. Isaías 30:6 I.e., región del sur
  6. Isaías 30:6 Lit., ellos
  7. Isaías 30:6 Lit., hombros
  8. Isaías 30:7 Lit., a este
  9. Isaías 30:7 En el T.M., ellos son Rahab (i.e., arrogancia), que están ociosos
  10. Isaías 30:8 Lit., sea
  11. Isaías 30:8 Así en algunas versiones antiguas; en heb., postrero, por siempre jamás
  12. Isaías 30:9 O, ley
  13. Isaías 30:10 Lit., cosas suaves
  14. Isaías 30:11 Lit., haced que cese de nuestra presencia el
  15. Isaías 30:13 Lit., grieta
  16. Isaías 30:14 Lit., aplastada, no será perdonada
  17. Isaías 30:15 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  18. Isaías 30:15 Lit., retorno
  19. Isaías 30:17 Lit., asta
  20. Isaías 30:17 O, estandarte
  21. Isaías 30:19 En el T.M., Porque un pueblo habitará en Sion, en Jerusalén
  22. Isaías 30:21 Lit., palabra, diciendo
  23. Isaías 30:22 Lit., le
  24. Isaías 30:23 Lit., tu
  25. Isaías 30:23 Lit., gordura
  26. Isaías 30:23 Lit., grosura
  27. Isaías 30:24 Lit., que uno avienta
  28. Isaías 30:25 Lit., canales, corrientes de aguas
  29. Isaías 30:26 Lit., de su golpe
  30. Isaías 30:27 Lit., de una distancia
  31. Isaías 30:27 Lit., pesadez
  32. Isaías 30:27 Lit., elevación
  33. Isaías 30:28 Lit., del desecho
  34. Isaías 30:28 Lit., que desorienta
  35. Isaías 30:29 Lit., el cántico
  36. Isaías 30:29 Lit., con
  37. Isaías 30:32 Lit., pasada
  38. Isaías 30:32 Lit., vara de fundación
  39. Isaías 30:32 Lit., con
  40. Isaías 30:32 Lit., ella
  41. Isaías 30:33 I.e., lugar de sacrificios humanos a Moloc
  42. Isaías 30:33 Lit., su montón
  43. Isaías 31:4 Lit., plenitud
  44. Isaías 31:5 O, revolotean
  45. Isaías 31:6 Lit., se apartaron
  46. Isaías 31:8 Lit., Y huirá ante
  47. Isaías 31:9 Lit., peña
  48. Isaías 32:2 Lit., canales
  49. Isaías 32:2 Lit., pesada
  50. Isaías 32:2 Lit., agotada
  51. Isaías 32:3 O, No se apartarán
  52. Isaías 32:4 Lit., el conocimiento
  53. Isaías 32:6 O, hace
  54. Isaías 32:6 Lit., para dejar vacía al alma hambrienta
  55. Isaías 32:6 Lit., y hace faltar
  56. Isaías 32:7 Lit., palabras de falsedad
  57. Isaías 32:14 Lit., la multitud de la ciudad
  58. Isaías 32:14 Heb., Ofel
  59. Isaías 32:17 O, seguridad
  60. Isaías 32:18 O, lugares de
  61. Isaías 32:20 Lit., los que
  62. Isaías 32:20 Lit., enviáis el pie del buey y del asno