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El reposo del pueblo de Dios

Por eso, como dice el Espíritu Santo:

«Si oís hoy su voz,
no endurezcáis vuestros corazones
como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,
donde me tentaron vuestros padres; me pusieron a prueba
y vieron mis obras cuarenta años.
10 Por eso me disgusté contra aquella generación
y dije: “Siempre andan vagando en su corazón
y no han conocido mis caminos.”
11 Por tanto, juré en mi ira:
“No entrarán en mi reposo.”»

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