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10 En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez.

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10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

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12 Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado á la diestra de Dios,

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12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,

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14 Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los santificados.

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14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

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16 Y este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en sus corazones, Y en sus almas las escribiré:

17 Añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados é iniquidades.

18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por pecado.

19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesucristo,

20 Por el camino que él nos consagró nuevo y vivo, por el velo, esto es, por su carne;

21 Y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,

22 Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia.

23 Mantengamos firme la profesión de nuestra fe sin fluctuar; que fiel es el que prometió:

24 Y considerémonos los unos á los otros para provocarnos al amor y á las buenas obras;

25 No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el pecado,

27 Sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar á los adversarios.

28 El que menospreciare la ley de Moisés, por el testimonio de dos ó de tres testigos muere sin ninguna misericordia:

29 ¿Cuánto pensáis que será más digno de mayor castigo, el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del testamento, en la cual fué santificado, é hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

30 Sabemos quién es el que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará su pueblo.

31 Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo.

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16 Este es el pacto que haré con ellos

Después de aquellos días, dice el Señor:

Pondré mis leyes en sus corazones,

Y en sus mentes las escribiré,(A)

17 añade:

Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.(B)

18 Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.

19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones(C) de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.(D) 23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Advertencia al que peca deliberadamente

26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.(E) 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.(F) 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto(G) en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor.(H) Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.(I) 31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

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