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Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente.

Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado. E hizo Jehová Dios nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista y bueno para comer; también el árbol de la vida en medio del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 Salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. 11 El primero se llama Pisón; es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro.

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