He aquí, el olor^(B) de mi hijo
es como el aroma de un campo que el Señor ha bendecido^(C).
²⁸ Dios te dé, pues, del rocío del cielo,
y de la grosura de la tierra^(D),
y abundancia de grano y de mosto^(E).
²⁹ Sírvante pueblos,
y póstrense ante ti naciones^(F);
sé señor de tus hermanos^(G),
e inclínense ante ti los hijos de tu madre^(H).
Malditos los que te maldigan,
y benditos los que te bendigan^(I).

He aquí, lejos de^[a] la fertilidad^[b] de la tierra será tu morada^(B),
y lejos del^[c] rocío que baja^[d] del cielo.

⁴⁰ Por tu espada vivirás,
y a tu hermano servirás^(A);
mas acontecerá que cuando te impacientes,
arrancarás su yugo de tu cerviz^(B).