Add parallel Print Page Options

Han permitido que extranjeros incircuncisos de corazón y de cuerpo entren en mi santuario para profanarlo cuando me ofrecen pan, grasa y sangre. Ustedes han roto mi alianza con esas prácticas abominables y han desatendido el servicio a mis cosas santas, cediéndoles a ellos el servicio que se me debe en el santuario. Esto dice el Señor Dios: Ningún extranjero incircunciso de corazón y de cuerpo entrará en mi santuario, ningún extranjero que habite entre los israelitas.

Read full chapter