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Después mirarás de frente hacia el asedio de Jerusalén, con el brazo desnudo, y profetizarás contra la ciudad. He decidido atarte con cuerdas, de modo que no puedas cambiarte de lado hasta que acabe el tiempo del asedio.

Toma trigo, cebada, judías, lentejas, mijo y espelta, y pon todo en un recipiente; lo cocinarás para que te sirva de alimento durante los trescientos noventa días que estés acostado de lado.

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