Ezequiel 8-10
La Biblia de las Américas
Visión de las abominaciones en Jerusalén
8 Y sucedió en el año sexto, en el día cinco del sexto mes, que estando yo sentado en mi casa y los ancianos de Judá sentados ante mí, bajó[a] allí sobre mí la mano del Señor Dios[b]. 2 Entonces miré, y he aquí, una figura con aspecto de hombre[c]; desde sus lomos para abajo tenía la apariencia de fuego, y desde sus lomos para arriba la apariencia de un resplandor, como el aspecto de un metal refulgente(A). 3 Y extendió algo semejante a una mano y me tomó por un mechón de mi cabello[d]; y el Espíritu me alzó entre la tierra y el cielo y me llevó a Jerusalén en visiones de Dios, a la entrada de la puerta(B) que mira al norte del atrio interior, allí donde estaba la morada del ídolo de los celos que provoca los celos(C). 4 Y he aquí, la gloria del Dios de Israel estaba allí, como la visión que yo había visto en la llanura(D).
5 Y Él me dijo: Hijo de hombre, levanta ahora tus ojos(E) hacia el norte. Y levanté mis ojos hacia el norte, y he aquí, al norte de la puerta del altar, estaba el ídolo de los celos(F) a la entrada. 6 Entonces me dijo: Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen estos, las grandes abominaciones que comete aquí la casa de Israel para que me aleje de mi santuario? Pero aún verás mayores abominaciones(G).
7 Después me llevó a la entrada del atrio, y cuando miré, he aquí, había un agujero en el muro. 8 Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en el muro. Cavé en el muro, y he aquí una entrada(H). 9 Entonces me dijo: Entra y ve las perversas abominaciones que ellos cometen aquí. 10 Entré, pues, y miré; y he aquí, había toda clase de reptiles y bestias y cosas abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel estaban grabados en el muro por todo alrededor. 11 Y de pie frente a ellos, estaban setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel(I), y Jaazanías, hijo de Safán, de pie entre ellos, cada uno con su incensario en la mano; y el aroma de la nube de incienso(J) subía. 12 Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su cámara de imágenes grabadas? Porque ellos dicen: «El Señor no nos ve(K); el Señor ha abandonado la tierra(L)». 13 Y me dijo: Aún verás que cometen mayores abominaciones.
14 Entonces me llevó a la entrada de la puerta de la casa del Señor que está al norte(M); y he aquí, había allí mujeres sentadas llorando a Tamuz. 15 Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Aún verás mayores abominaciones que estas.
16 Entonces me llevó al atrio interior de la casa del Señor. Y he aquí, a la entrada del templo del Señor, entre el pórtico y el altar, había unos veinticinco hombres de espaldas al templo del Señor(N) y de cara al oriente, y se postraban hacia el oriente, hacia el sol(O). 17 Y Él me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? ¿Le parece poco a la casa de Judá cometer las abominaciones que aquí han cometido(P), que han llenado la tierra de violencia y me han provocado repetidas veces(Q)? Porque he aquí, se llevan el ramo a la nariz. 18 Por tanto, yo ciertamente obraré con furor. Mi ojo no tendrá piedad, ni yo perdonaré; y aunque griten a mis oídos con gran voz, no los escucharé(R).
Visión de la matanza de los culpables
9 Entonces gritó a mis oídos con gran voz, diciendo(S): Acercaos, verdugos de la ciudad, cada uno con su arma destructora en la mano. 2 Y he aquí, seis hombres venían por el camino de la puerta superior que mira al norte, cada uno con su arma destructora en la mano; y entre ellos había un hombre vestido de lino(T) con una cartera[e] de escribano a la cintura[f]. Y entraron y se pusieron junto al altar de bronce.
3 Entonces la gloria del Dios de Israel subió del querubín sobre el cual había estado, hacia el umbral del templo[g](U). Y llamó al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escribano a la cintura; 4 y el Señor le dijo: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y pon una señal en la frente de los hombres(V) que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella(W). 5 Pero a los otros dijo, y yo lo oí[h]: Pasad por la ciudad en pos de él y herid; no tenga piedad vuestro ojo, no perdonéis. 6 Matad a viejos, jóvenes, doncellas(X), niños y mujeres hasta el exterminio, pero no toquéis a ninguno sobre quien esté la señal(Y). Comenzaréis por mi santuario(Z). Comenzaron, pues, con los ancianos que estaban delante del templo[i]. 7 Entonces les dijo: Profanad el templo[j] y llenad de muertos los atrios(AA). ¡Salid! Y salieron, y fueron hiriendo por la ciudad. 8 Y sucedió que mientras herían, quedé yo solo y caí sobre mi rostro(AB); clamé y dije: ¡Ah, Señor Dios[k]! ¿Destruirás a todo el remanente de Israel derramando[l] tu furor sobre Jerusalén(AC)? 9 Entonces me dijo: La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es grande en extremo, la tierra está llena de sangre, y la ciudad está llena de perversión(AD); porque dicen: «El Señor ha abandonado la tierra, el Señor nada ve(AE)». 10 Mas en cuanto a mí, tampoco mi ojo tendrá piedad, ni yo perdonaré(AF), sino que haré recaer su conducta sobre sus cabezas(AG).
11 Y he aquí, el hombre vestido de lino que tenía la cartera a la cintura, trajo un informe[m], diciendo: He hecho tal como me ordenaste.
Visión de la gloria de Dios
10 Entonces miré, y he aquí, en el firmamento que estaba sobre las cabezas de los querubines, como una piedra de zafiro de apariencia semejante a un trono(AH) apareció sobre ellos(AI). 2 Y Él habló al hombre vestido de lino y dijo: Entra en medio de las ruedas(AJ) debajo de los querubines[n], llena tus manos de carbones encendidos de entre los querubines y espárcelos sobre la ciudad(AK). Y ante mis ojos entró.
3 Los querubines estaban de pie a la derecha del templo[o](AL) cuando el hombre entró, y la nube llenaba el atrio interior. 4 Entonces la gloria del Señor subió del querubín hacia el umbral del templo(AM), y el templo se llenó de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del Señor(AN). 5 El ruido de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, como la voz del Dios Todopoderoso[p] cuando habla(AO).
6 Y sucedió que cuando ordenó al hombre vestido de lino, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró y se paró junto a una rueda. 7 El querubín extendió su mano de entre los querubines hacia el fuego que estaba entre ellos[q], lo tomó y lo puso en las manos del que estaba vestido de lino, el cual lo tomó y salió. 8 Y los querubines parecían tener la forma de la mano de un hombre debajo de sus alas.
9 (AP)Entonces miré, y he aquí, había cuatro ruedas junto a los querubines, cada rueda junto a cada querubín; el aspecto de las ruedas era como el brillo de una piedra de Tarsis[r](AQ). 10 En cuanto a su apariencia, las cuatro tenían la misma semejanza, como si una[s] rueda estuviera dentro de la otra rueda. 11 Cuando andaban, se movían[t] en las cuatro direcciones[u], sin volverse cuando andaban, sino que seguían la dirección en que ponían el rostro[v], sin volverse cuando andaban(AR). 12 Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos, sus alas y las ruedas estaban llenos de ojos alrededor(AS), las ruedas de los cuatro(AT). 13 A las ruedas se les llamó torbellino, y yo lo oí[w]. 14 Y tenía cada uno cuatro caras. La primera cara era la cara de un querubín, la segunda, la cara de un hombre, la tercera, la cara de un león y la cuarta, la cara de un águila(AU).
15 Entonces los querubines se levantaron. Estos eran los seres vivientes[x] que yo había visto en el río Quebar(AV). 16 Cuando los querubines andaban, las ruedas andaban a su lado; y cuando los querubines alzaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se apartaban de su lado. 17 Cuando los querubines[y] se detenían, se detenían las ruedas, y cuando se levantaban, se levantaban las ruedas con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes[z] estaba en ellas(AW).
18 Y la gloria del Señor salió de sobre el umbral del templo y se puso sobre los querubines(AX). 19 Cuando los querubines alzaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos salieron con las ruedas a su lado, y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la casa del Señor. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos(AY).
20 Estos eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar(AZ); entonces supe que eran querubines(BA). 21 Cada uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y había una semejanza de manos de hombre debajo de sus alas(BB). 22 En cuanto a la forma de sus caras, eran las mismas caras cuya apariencia yo había visto junto al río Quebar. Cada uno caminaba derecho hacia adelante.
Notas al pie
- Ezequiel 8:1 Lit., cayó
- Ezequiel 8:1 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
- Ezequiel 8:2 Así en la versión gr. (sept.); en el T.M., fuego
- Ezequiel 8:3 Lit., cabeza
- Ezequiel 9:2 O, el tintero, y así en los vers. 3 y 11
- Ezequiel 9:2 Lit., sus lomos, y así en los vers. 3 y 11
- Ezequiel 9:3 Lit., de la casa
- Ezequiel 9:5 Lit., a mis oídos
- Ezequiel 9:6 Lit., de la casa
- Ezequiel 9:7 Lit., la casa
- Ezequiel 9:8 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
- Ezequiel 9:8 Lit., por tu derramamiento de
- Ezequiel 9:11 Lit., palabra
- Ezequiel 10:2 Así en la versión gr. (sept.); en heb., querubín
- Ezequiel 10:3 Lit., casa, y así en el resto del cap.
- Ezequiel 10:5 Heb., El Shaddai
- Ezequiel 10:7 Lit., querubines
- Ezequiel 10:9 Posiblemente, berilo
- Ezequiel 10:10 Lit., la
- Ezequiel 10:11 Lit., andaban
- Ezequiel 10:11 Lit., lados
- Ezequiel 10:11 Lit., la cabeza
- Ezequiel 10:13 Lit., a mis oídos
- Ezequiel 10:15 Lit., Este es el ser viviente, y así en el vers. 20
- Ezequiel 10:17 Lit., ellos
- Ezequiel 10:17 Lit., del ser viviente