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Historia de dos prostitutas

23 Dios también me dijo:

2-8 «Ezequiel, voy a contarte la historia de dos hermanas. La mayor se llamaba Oholá, y representa a la ciudad de Samaria. La menor se llamaba Oholibá, y representa a la ciudad de Jerusalén. Desde que eran jóvenes se portaron como prostitutas, y eso es lo que son: Mientras vivían en Egipto, se dejaban tocar los pechos, y acabaron teniendo relaciones sexuales con muchos hombres.

»A pesar de todo esto, yo me casé con ellas, y tuvimos hijos e hijas.

La historia de Oholá

»Como esposa, Oholá me fue infiel. Se enamoró locamente de sus amantes asirios, que eran jóvenes muy bien parecidos. Vestían elegantes uniformes y sabían montar a caballo; en su país los reconocían como jefes. Eran los mejores hombres de su país. Y Oholá no sólo tuvo amoríos con ellos, sino que además adoró a todos sus ídolos malolientes.

»Tan enamorada estaba Oholá de sus amantes asirios, que dejé que ellos hicieran con ella lo que quisieran. 10 Así que ellos la maltrataron y le quitaron sus hijos y sus hijas, y a ella la mataron. Todas las mujeres hablaban del castigo que Oholá sufrió.

La historia de Oholibá

11-15 »Oholibá se dio cuenta de lo que pasó con Oholá, pero no aprendió la lección. Al contrario, se enamoró locamente de los asirios, que eran jóvenes muy bien parecidos y vestían elegantes uniformes, además de saber montar a caballo y ser jefes de su nación.

»Oholibá resultó peor que su hermana. En cierta ocasión, vio dibujados en las paredes a unos babilonios. Estaban pintados de rojo y, a juzgar por su modo de vestir, parecían ser oficiales de alto rango. 16 En cuanto los vio Oholibá, se enamoró de ellos. Enseguida mandó mensajeros a Babilonia 17 y los hizo venir a donde ella estaba. Cuando llegaron, tuvieron relaciones sexuales con ella. Esto se repitió tantas veces, que finalmente ella quedó asqueada y se apartó de ellos.

18-21 »Pero también yo sentí asco de ella, como antes lo había sentido de su hermana. Ella, por su parte, se acordó de los días de su juventud en Egipto. Se acordó de cuando dejaba que los egipcios le tocaran los pechos, y de cuando tenía relaciones sexuales con ellos. Oholibá amaba a los egipcios con locura porque, en su trato sexual, se portaban como animales.

»Tú, Oholibá, sentiste nostalgia al acordarte de esos días, y te entregaste de lleno a la prostitución. 22 Pero yo soy tu Dios, y te advierto que haré que tus amantes se vuelvan tus enemigos. Ahora te dan asco, pero vendrán contra ti de todas partes. 23 Vendrán los babilonios, los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa. Vendrán también los asirios, esos jóvenes bien parecidos y elegantemente uniformados, que saben montar a caballo y son jefes de su nación. 24 Todos ellos vendrán contra ti. Llegarán bien armados y con grandes ejércitos, te rodearán por completo, y te castigarán de acuerdo con sus leyes.

25-29 »Yo descargaré todo mi enojo sobre ti, y ellos te maltratarán con gran crueldad: te arrancarán tus vestidos y te quitarán tus joyas; también te quitarán tus hijos y tus hijas, y a los que logren escapar los consumirá el fuego; a ti te cortarán la nariz y las orejas, y a quien quede vivo lo matarán. Sólo así les pondré freno a tus deseos sexuales y a la vida de prostituta que llevaste en Egipto. Así no andarás buscando a los egipcios, ni volverás a acordarte de ellos.

»Yo soy tu Dios, y te aseguro que voy a entregarte en manos de esa gente que odias y que te da asco. Entonces todo el mundo se dará cuenta de la clase de mujerzuela que eres.

»Tu desobediencia 30 es la causa de todo lo que te ha pasado. Tuviste relaciones sexuales con esa gente y adoraste a sus ídolos malolientes; 31 además, seguiste el mal ejemplo de tu hermana. Por eso, te castigaré igual que a ella.

32-34 »Yo, el Dios de Israel, te juro que sufrirás el mismo castigo que sufrió tu hermana. Sufrirás burlas y desprecios, grandes sufrimientos y una terrible soledad. Así castigué a tu hermana Samaria, y así también te castigaré a ti. Después de eso, tú misma te desgarrarás los pechos. Yo, el Dios de Israel, he dado mi palabra y la cumpliré.

35 »Como te olvidaste de mí y me diste la espalda, tendrás que sufrir las consecuencias de tu desvergüenza como prostituta. Te juro que así lo haré».

Ezequiel acusa a las dos hermanas

36 Dios también me dijo:

«Tú, Ezequiel, encárgate de anunciarles a Oholá y a Oholibá que son culpables. ¡Recuérdales a Samaria y a Jerusalén sus repugnantes acciones! 37-39 Ellas me fueron infieles, pues adoraron a sus ídolos malolientes. Además, son unas asesinas, pues presentaron a nuestros hijos como ofrenda a esos ídolos. Por si fuera poco, iban los sábados al templo no para adorarme, sino para ofenderme. ¡Todo eso lo hicieron en mi propio templo!

40 »Luego mandaron traer a gente de tierras lejanas, y mientras tanto se bañaron, se pintaron los ojos y se adornaron con joyas. Cuando ellos llegaron, ellas los recibieron 41 recostadas en lujosas camas. La mesa estaba ya servida, frente a ellas, y allí pusieron el incienso y el perfume que antes me ofrecían a mí.

42 »El griterío que se escuchaba era el de una multitud en fiesta. Era la gente que había llegado del desierto, y que estaba adornando a esas mujeres con pulseras y con bellas diademas. 43 Entonces pensé: “Éstos van a acostarse con esas prostitutas. ¡Pero tan acabadas están, que ni para prostitutas sirven!” 44 Y así sucedió. Una y otra vez tuvieron relaciones sexuales con Oholá y con Oholibá, ese par de mujerzuelas. 45 Pero un día los hombres justos las acusarán y declararán culpables, porque son unas adúlteras y asesinas.

46 »Yo, el Dios de Israel, ordeno que se reúna todo el pueblo para acusarlas, y que les haga sentir miedo y les quite todo lo que tengan. 47-48 Que las mate a pedradas y las atraviese con espadas. Que mate a sus hijos y a sus hijas, y que les prenda fuego a sus casas. Así terminaré de una vez por todas con esa conducta repugnante. Y cuando las demás mujeres vean el castigo que les daré a Oholá y a Oholibá, no seguirán su mal ejemplo. 49 Esas dos hermanas sufrirán el castigo que merecen, por entregarse a la prostitución y por adorar a los ídolos. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel».

Las dos hermanas

23 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales. Y se llamaban, la mayor, Ahola,[a] y su hermana, Aholiba;[b] las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba.

Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes los asirios, vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su fornicación. Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. 10 Ellos descubrieron su desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella hicieron escarmiento.

11 Y lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella; y sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana. 12 Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables. 13 Y vi que se había contaminado; un mismo camino era el de ambas. 14 Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, 15 ceñidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de colores en sus cabezas, teniendo todos ellos apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento, 16 se enamoró de ellos a primera vista, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos. 17 Así, pues, se llegaron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron, y ella también se contaminó con ellos, y su alma se hastió de ellos. 18 Así hizo patentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana. 19 Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. 20 Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. 21 Así trajiste de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud.

22 Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y les haré venir contra ti en derredor; 23 los de Babilonia, y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y varones de renombre, que montan a caballo todos ellos. 24 Y vendrán contra ti carros, carretas y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti en derredor; y yo pondré delante de ellos el juicio, y por sus leyes te juzgarán. 25 Y pondré mi celo contra ti, y procederán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego. 26 Y te despojarán de tus vestidos, y te arrebatarán todos los adornos de tu hermosura. 27 Y haré cesar de ti tu lujuria, y tu fornicación de la tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto. 28 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma; 29 los cuales procederán contigo con odio, y tomarán todo el fruto de tu labor, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, y tu lujuria y tu prostitución. 30 Estas cosas se harán contigo porque fornicaste en pos de las naciones, con las cuales te contaminaste en sus ídolos. 31 En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su cáliz en tu mano.

32 Así ha dicho Jehová el Señor: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana, que es de gran capacidad; de ti se mofarán las naciones, y te escarnecerán. 33 Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y de desolación, por el cáliz de tu hermana Samaria. 34 Lo beberás, pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y rasgarás tus pechos, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. 35 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu lujuria y tus fornicaciones.

36 Y me dijo Jehová: Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola y a Aholiba, y les denunciarás sus abominaciones? 37 Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun a sus hijos que habían dado a luz para mí, hicieron pasar por el fuego, quemándolos. 38 Aun esto más me hicieron: contaminaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis días de reposo.[c] 39 Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo día para contaminarlo; y he aquí, así hicieron en medio de mi casa. 40 Además, enviaron por hombres que viniesen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero, y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos; 41 y te sentaste sobre suntuoso estrado, y fue preparada mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi incienso y mi aceite. 42 Y se oyó en ella voz de compañía que se solazaba con ella; y con los varones de la gente común fueron traídos los sabeos del desierto, y pusieron pulseras en sus manos, y bellas coronas sobre sus cabezas.

43 Y dije respecto de la envejecida en adulterios: ¿Todavía cometerán fornicaciones con ella, y ella con ellos? 44 Porque han venido a ella como quien viene a mujer ramera; así vinieron a Ahola y a Aholiba, mujeres depravadas. 45 Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras, y sangre hay en sus manos.

46 Por lo que así ha dicho Jehová el Señor: Yo haré subir contra ellas tropas, las entregaré a turbación y a rapiña, 47 y las turbas las apedrearán, y las atravesarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas consumirán con fuego. 48 Y haré cesar la lujuria de la tierra, y escarmentarán todas las mujeres, y no harán según vuestras perversidades. 49 Y sobre vosotras pondrán vuestras perversidades, y pagaréis los pecados de vuestra idolatría; y sabréis que yo soy Jehová el Señor.

Footnotes

  1. Ezequiel 23:4 Esto es, Tabernáculo de ella.
  2. Ezequiel 23:4 Esto es, Mi tabernáculo en ella.
  3. Ezequiel 23:38 Aquí equivale a sábado.

Las dos hermanas adúlteras

23 La palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, te cuento que había dos mujeres, hijas de una misma madre. Desde jóvenes se hicieron prostitutas en Egipto. En esa tierra fueron manoseados sus pechos, sus pechos virginales fueron acariciados. La mayor se llamaba Aholá y la menor, Aholibá. Me uní a ellas y me dieron hijos e hijas. Aholá representa a Samaria y su hermana Aholibá a Jerusalén.

»Mientras Aholá me pertenecía, se prostituyó y se enamoró perdidamente de sus amantes los asirios, todos ellos guerreros vestidos de color azul, gobernadores y oficiales, jóvenes apuestos y hábiles jinetes. Como una prostituta, se entregó a lo mejor de los asirios; se contaminó con todos los ídolos por los que sintió pasión. Jamás abandonó la prostitución que había comenzado a practicar en Egipto. Desde su juventud, fueron muchos los que se acostaron con ella; fueron muchos los que acariciaron sus pechos virginales y desahogaron su lujuria con ella.

»Por eso la entregué en manos de sus amantes, los asirios, con quienes ella se apasionó. 10 Y ellos la desnudaron, le quitaron sus hijos y sus hijas, y la mataron a filo de espada. Fue tal el castigo que ella recibió que se convirtió en ejemplo para las mujeres.

11 »Aunque su hermana Aholibá vio esto, dio rienda suelta a sus pasiones y se prostituyó aún más que su hermana. 12 Ella también se enamoró perdidamente de los asirios, todos ellos gobernadores y oficiales, guerreros vestidos con mucho lujo, hábiles jinetes y jóvenes muy apuestos. 13 Yo pude darme cuenta de que ella se había contaminado y seguido el ejemplo de su hermana.

14 »Pero Aholibá llevó más allá sus prostituciones. Vio en la pared figuras de babilonios[a] pintadas de rojo, 15 con cinturones y amplios turbantes en la cabeza. Todos ellos tenían aspecto de oficiales y se parecían a los habitantes de Babilonia.[b] 16 Al verlos, se enamoró de ellos perdidamente y envió mensajeros a Babilonia.[c] 17 Los babilonios vinieron y se acostaron con ella en el lecho de sus pasiones. A tal punto la contaminaron con sus prostituciones que se hastió de ellos. 18 Pero exhibiendo su desnudez, practicó con descaro la prostitución. Entonces me hastié de ella, como antes me había hastiado de su hermana. 19 Pero ella multiplicó sus prostituciones, recordando los días de su juventud cuando en Egipto había sido una prostituta. 20 Allí se había enamorado perdidamente de sus amantes, cuyos genitales eran como los de un asno y su semen como el de un caballo. 21 Así echó de menos la lujuria de su juventud, cuando los egipcios manoseaban sus senos y acariciaban sus pechos virginales.

22 »Por eso, Aholibá, así dice el Señor y Dios: Voy a incitar contra ti a tus amantes, de los que te alejaste con disgusto. De todas partes traeré contra ti 23 a los babilonios y a todos los caldeos, a los de Pecod, Soa y Coa, y con ellos a los asirios, todos ellos jóvenes apuestos, gobernantes y oficiales, guerreros y hombres distinguidos, montados a caballo. 24 Vendrán contra ti con armas, carros de guerra y carretas; mucho pueblo con armadura, escudos y cascos. Les encargaré que te juzguen, y te castigarán según sus costumbres. 25 Descargaré sobre ti el furor de mi ira, y ellos te maltratarán con furia. Te cortarán la nariz y las orejas; a tus sobrevivientes los matarán a filo de espada. Te arrebatarán a tus hijos y a tus hijas, y los que aún queden con vida serán consumidos por el fuego. 26 Te arrancarán tus vestidos y te quitarán tus joyas. 27 Así pondré fin a tu lujuria y a tu prostitución que comenzaste en Egipto. Ya no desearás esas cosas ni te acordarás más de Egipto.

28 »Así dice el Señor y Dios: Voy a entregarte en manos de los que odias, en manos de los que te alejaste con disgusto. 29 Ellos te tratarán con odio y te despojarán de todas tus posesiones. Te dejarán completamente desnuda, y tus prostituciones quedarán al descubierto. Tu lujuria y tu promiscuidad 30 son la causa de todo esto, porque te prostituiste con las naciones y te contaminaste con sus ídolos. 31 Por cuanto has seguido los pasos de tu hermana, en castigo beberás la misma copa.

32 »Así dice el Señor y Dios:

»Beberás la copa de tu hermana,
    una copa grande y profunda.
Llena está de burla y escarnio,
33     llena de embriaguez y dolor.
Es la copa de ruina y destrucción;
    ¡es la copa de tu hermana Samaria!
34 La beberás hasta la última gota,
    la romperás en mil pedazos
y te desgarrarás los pechos,
    porque yo lo he dicho,

afirma el Señor y Dios.

35 »Por eso, así dice el Señor y Dios: Por cuanto me has olvidado y me has dado la espalda, sufrirás las consecuencias de tu lujuria y de tus prostituciones».

36 El Señor me dijo: «Hijo de hombre, ¿juzgarás tú a Aholá y a Aholibá? ¡Échales en cara sus abominaciones! 37 Ellas han cometido adulterio y tienen las manos manchadas de sangre. Han cometido adulterio con sus ídolos y hasta han sacrificado a los hijos que me dieron, los han ofrecido como alimento a esos ídolos. 38 Además, me han ofendido contaminando mi santuario y a la vez profanando mis sábados. 39 El mismo día que sacrificaron a sus hijos para adorar a sus ídolos, entraron a mi santuario y lo profanaron. ¡Y lo hicieron en mi propia casa!

40 »Y por si fuera poco, mandaron a traer gente de muy lejos. Cuando esa gente llegó, ellas se bañaron, se pintaron los ojos y se adornaron con joyas; 41 luego se sentaron en un diván lujoso, frente a una mesa donde previamente habían colocado el incienso y el aceite que me pertenecen.

42 »Había ruido de una multitud despreocupada. Vinieron sabeos del desierto, junto a gente común. Adornaron a las mujeres poniéndoles brazaletes en sus muñecas y hermosas coronas sobre sus cabezas. 43 Pensé entonces en esa mujer desgastada por sus adulterios: “Ahora van a seguir aprovechándose de esa mujer prostituida”. 44 Y se acostaron con ella como quien se acuesta con una prostituta. Fue así como se acostaron con esas mujeres lascivas llamadas Aholá y Aholibá. 45 Pero los hombres justos les darán el castigo que merecen las mujeres asesinas y adúlteras, ¡porque son unas adúlteras y tienen las manos manchadas de sangre!

46 »En efecto, así dice el Señor y Dios: ¡Que se convoque a una multitud contra ellas, y que sean entregadas al terror y al saqueo! 47 ¡Que la multitud las apedree y las despedace con la espada! ¡Que maten a sus hijos y a sus hijas, y prendan fuego a sus casas!

48 »Yo pondré fin en el país a esta conducta llena de lascivia. Todas las mujeres quedarán advertidas y no seguirán su ejemplo. 49 Serán responsables de sus lascivias y pagarán las consecuencias de sus pecados de idolatría. Entonces sabrán que yo soy el Señor y Dios».

Footnotes

  1. 23:14 Lit. caldeos.
  2. 23:15 habitantes de Babilonia. Alt. babilonios de la región de Caldea.
  3. 23:16 Lit. Caldea.