Add parallel Print Page Options

Con vuestros propios ojos visteis aquellas grandes pruebas, señales y maravillas. Pero hasta este día el Señor no os ha dado mente para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. Durante los cuarenta años que os guie a través del desierto, no se os desgastó la ropa ni el calzado.

Read full chapter