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»Estuve mirando
hasta que fueron puestos unos tronos
y se sentó un Anciano de días.
Su vestido era blanco como la nieve;
el pelo de su cabeza, como lana limpia;
su trono, llama de fuego,
y fuego ardiente las ruedas del mismo.
10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él;
miles de miles lo servían,
y millones de millones estaban delante de él.
El Juez se sentó
y los libros fueron abiertos.

11 »Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes insolencias que hablaba el cuerno; y mientras miraba mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para quemarlo en el fuego. 12 También a las otras bestias les habían quitado su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.

13 »Miraba yo en la visión de la noche,
y vi que con las nubes del cielo
venía uno como un hijo de hombre;
vino hasta el Anciano de días,
y lo hicieron acercarse delante de él.

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