La bestia que sube del mar

13 El dragón se paró^[a] sobre la arena del mar^[b].

Y vi que subía del mar una bestia^(A) que tenía diez cuernos^(B) y siete cabezas^(C); en sus cuernos había diez diademas^[c](D), y en sus cabezas había nombres blasfemos^(E). ² La bestia que vi era semejante a un leopardo^(F), sus pies eran como los de un oso^(G) y su boca como la boca de un león^(H). Y el dragón^(I) le dio su poder, su trono^(J) y gran autoridad. ³ Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal^(K) fue sanada. Y la tierra entera se maravilló^(L) y seguía tras la bestia; ⁴ y adoraron al dragón, porque había dado autoridad^(M) a la bestia; y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia^(N), y quién puede luchar contra ella? ⁵ Se le dio una boca que hablaba palabras arrogantes^[d](O) y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar^[e] durante cuarenta y dos meses^(P). ⁶ Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre y su tabernáculo, es decir, contra los que moran en el cielo^(Q). ⁷ Se le concedió hacer guerra contra los santos^(R) y vencerlos; y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación^(S). ⁸ Y la adorarán todos los que moran en la tierra^(T), cuyos nombres no han sido escritos^(U), desde la fundación del mundo^(V), en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado^[f](W). ⁹ Si alguno tiene oído, que oiga^(X). ¹⁰ Si alguno es destinado a la cautividad, a la cautividad va^(Y); si alguno ha de morir a espada^(Z), a espada ha de morir. Aquí está la perseverancia^(AA) y la fe de los santos.

La bestia que sube de la tierra

¹¹ Y vi otra bestia^(AB) que subía de la tierra; tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero^(AC) y hablaba como un dragón^(AD). ¹² Ejerce toda la autoridad de la primera bestia^(AE) en su presencia^[g](AF), y hace que la tierra y los que moran en ella^(AG) adoren a la primera bestia^(AH), cuya herida mortal fue sanada^(AI). ¹³ También hace grandes señales^(AJ), de tal manera que aun hace descender fuego del cielo^(AK) a la tierra en presencia de los hombres. ¹⁴ Además engaña^(AL) a los que moran en la tierra^(AM) a causa de las señales que se le concedió hacer^(AN) en presencia de^[h] la bestia^(AO), diciendo a los moradores de la tierra que hagan una imagen de la bestia que tenía* la herida de la espada^(AP) y que ha vuelto a vivir. ¹⁵ Se le concedió dar aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia también hablara e hiciera^[i] dar muerte a todos^(AQ) los que no adoran la imagen^(AR) de la bestia. ¹⁶ Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos^(AS), se les dé^[j] una marca^(AT) en la mano derecha o en la frente, ¹⁷ y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca^(AU): el nombre de la bestia^(AV) o el número de su nombre^(AW). ¹⁸ Aquí hay sabiduría^(AX). El que tiene entendimiento, que calcule el número de la bestia, porque el número es el de un hombre^(AY), y su número es seiscientos sesenta y seis^[k].

Los dos testigos

11 Me fue dada una caña de medir^[a] semejante a una vara^(A), y alguien dijo^[b](B): Levántate y mide el templo^[c] de Dios y el altar, y a los que en él adoran. ² Pero excluye^[d] el patio^[e](C) que está fuera del templo^[f], no lo midas, porque ha sido entregado a las naciones^(D), y estas hollarán^(E) la ciudad santa^(F) por cuarenta y dos meses^(G). ³ Y otorgaré autoridad a mis dos testigos^(H), y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días^(I), vestidos de cilicio^[g](J). ⁴ Estos son los dos olivos^(K) y los dos candelabros que están delante del Señor de la tierra. ⁵ Y si alguno quiere hacerles daño, de su boca sale fuego^(L) y devora a sus enemigos; así debe morir^(M) cualquiera que quisiera hacerles daño. ⁶ Estos tienen poder para cerrar el cielo^(N) a fin de que no llueva durante los días en que ellos profeticen^[h](O); y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre^(P), y para herir la tierra con toda suerte de plagas todas las veces que quieran^(Q). ⁷ Cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia^(R) que sube^(S) del abismo^(T) hará guerra contra ellos^(U), los vencerá y los matará. ⁸ Y sus cadáveres yacerán^[i] en la calle de la gran ciudad^(V), que simbólicamente^[j] se llama Sodoma^(W) y Egipto^(X), donde también su Señor fue crucificado. ⁹ Y gente de todos los pueblos, tribus, lenguas y naciones^(Y), contemplarán^[k] sus cadáveres^[l] por tres días y medio, y no permitirán^[m] que sus cadáveres sean sepultados^(Z). ¹⁰ Y los que moran en la tierra^(AA) se regocijarán^[n] por^[o] ellos y se alegrarán^[p], y se enviarán regalos unos a otros^(AB), porque estos dos profetas atormentaron a los que moran en la tierra^(AC). ¹¹ Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos^(AD) y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban. ¹² Entonces oyeron una gran voz del cielo que les decía: Subid acá^(AE). Y subieron al cielo en la nube^(AF), y sus enemigos los vieron. ¹³ En aquella misma hora hubo un gran terremoto^(AG) y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil personas^[q] murieron en el terremoto, y los demás, aterrorizados, dieron gloria^(AH) al Dios del cielo^(AI).

¹⁴ El segundo ¡ay! ha pasado^(AJ); he aquí, el tercer ¡ay! viene pronto.

La séptima trompeta

¹⁵ El séptimo ángel tocó la trompeta^(AK), y se levantaron grandes voces en el cielo^(AL), que decían:

El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor^(AM) y de su Cristo^[r](AN); y Él reinará por los siglos de los siglos^(AO). ¹⁶ Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos^(AP), se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios^(AQ), ¹⁷ diciendo:

Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso^(AR), el que eres y el que eras^[s], porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar^[t](AS). ¹⁸ Y las naciones^(AT) se enfurecieron, y vino tu ira y llegó el tiempo de juzgar a los muertos^(AU) y de dar la recompensa a tus siervos los profetas^(AV), a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes^(AW), y de destruir a los que destruyen la tierra.

¹⁹ El templo^[u] de Dios^(AX) que está en el cielo fue abierto; y el arca de su pacto^(AY) se veía^[v] en su templo^[w], y hubo relámpagos^(AZ), voces^[x] y truenos, y un terremoto y una fuerte granizada^[y](BA).

La mujer, el dragón y el niño

12 Y una gran señal^(BB) apareció en el cielo^(BC): una mujer^(BD) vestida del sol^(BE), con^[z] la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; ² estaba encinta, y gritaba*^(BF), estando de parto y con dolores de alumbramiento. ³ Entonces apareció otra señal en el cielo^(BG): he aquí, un gran dragón rojo^(BH) que tenía siete cabezas^(BI) y diez cuernos^(BJ), y sobre sus cabezas había siete diademas^[aa](BK). ⁴ Su cola arrastró* la tercera parte de las estrellas del cielo^(BL) y las arrojó sobre la tierra^(BM). Y el dragón^(BN) se paró delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo^(BO) cuando ella diera a luz. ⁵ Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir^[ab] a todas las naciones^[ac] con vara de hierro^(BP); y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono^(BQ). ⁶ Y la mujer huyó al desierto, donde tenía* un lugar preparado por Dios, para ser sustentada^[ad] allí, por mil doscientos sesenta días^(BR).

⁷ Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel^(BS) y sus ángeles combatieron contra el dragón^(BT). Y el dragón y sus ángeles lucharon^(BU), ⁸ pero no pudieron vencer^[ae], ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. ⁹ Y fue arrojado el gran dragón^(BV), la serpiente antigua^(BW) que se llama el diablo y Satanás^(BX), el cual engaña al mundo entero^[af](BY); fue arrojado a la tierra^(BZ) y sus ángeles fueron arrojados con él. ¹⁰ Y oí una gran voz en el cielo^(CA), que decía:

Ahora ha venido la salvación^(CB), el poder y el reino de nuestro Dios^(CC) y la autoridad de su Cristo^[ag], porque el acusador^(CD) de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado. ¹¹ Ellos lo vencieron^(CE) por medio de la sangre del Cordero^(CF) y por la palabra del testimonio de ellos^(CG), y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte^(CH). ¹² Por lo cual regocijaos, cielos^(CI) y los que moráis en ellos^(CJ). ¡Ay de la tierra y del mar^(CK)!, porque el diablo ha descendido a vosotros^(CL) con^[ah] gran furor, sabiendo que tiene poco tiempo^(CM).

¹³ Cuando el dragón^(CN) vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón^(CO). ¹⁴ Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila^(CP) a fin de que volara de la presencia^[ai] de la serpiente al desierto^(CQ), a su lugar, donde fue* sustentada por un tiempo, tiempos y medio tiempo^(CR). ¹⁵ Y la serpiente^(CS) arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para hacer que fuera arrastrada por la corriente^[aj]. ¹⁶ Pero la tierra ayudó a la mujer, y la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había arrojado de su boca. ¹⁷ Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y salió para hacer guerra^(CT) contra el resto de la descendencia de ella^(CU), los que guardan los mandamientos de Dios^(CV) y tienen el testimonio de Jesús^(CW).

La bestia que sube del mar

13 El dragón se paró^[ak] sobre la arena del mar^[al].

Y vi que subía del mar una bestia^(CX) que tenía diez cuernos^(CY) y siete cabezas^(CZ); en sus cuernos había diez diademas^[am](DA), y en sus cabezas había nombres blasfemos^(DB). ² La bestia que vi era semejante a un leopardo^(DC), sus pies eran como los de un oso^(DD) y su boca como la boca de un león^(DE). Y el dragón^(DF) le dio su poder, su trono^(DG) y gran autoridad. ³ Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal^(DH) fue sanada. Y la tierra entera se maravilló^(DI) y seguía tras la bestia; ⁴ y adoraron al dragón, porque había dado autoridad^(DJ) a la bestia; y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia^(DK), y quién puede luchar contra ella? ⁵ Se le dio una boca que hablaba palabras arrogantes^[an](DL) y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar^[ao] durante cuarenta y dos meses^(DM). ⁶ Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre y su tabernáculo, es decir, contra los que moran en el cielo^(DN). ⁷ Se le concedió hacer guerra contra los santos^(DO) y vencerlos; y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación^(DP). ⁸ Y la adorarán todos los que moran en la tierra^(DQ), cuyos nombres no han sido escritos^(DR), desde la fundación del mundo^(DS), en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado^[ap](DT). ⁹ Si alguno tiene oído, que oiga^(DU). ¹⁰ Si alguno es destinado a la cautividad, a la cautividad va^(DV); si alguno ha de morir a espada^(DW), a espada ha de morir. Aquí está la perseverancia^(DX) y la fe de los santos.

La bestia que sube de la tierra

¹¹ Y vi otra bestia^(DY) que subía de la tierra; tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero^(DZ) y hablaba como un dragón^(EA). ¹² Ejerce toda la autoridad de la primera bestia^(EB) en su presencia^[aq](EC), y hace que la tierra y los que moran en ella^(ED) adoren a la primera bestia^(EE), cuya herida mortal fue sanada^(EF). ¹³ También hace grandes señales^(EG), de tal manera que aun hace descender fuego del cielo^(EH) a la tierra en presencia de los hombres. ¹⁴ Además engaña^(EI) a los que moran en la tierra^(EJ) a causa de las señales que se le concedió hacer^(EK) en presencia de^[ar] la bestia^(EL), diciendo a los moradores de la tierra que hagan una imagen de la bestia que tenía* la herida de la espada^(EM) y que ha vuelto a vivir. ¹⁵ Se le concedió dar aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia también hablara e hiciera^[as] dar muerte a todos^(EN) los que no adoran la imagen^(EO) de la bestia. ¹⁶ Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos^(EP), se les dé^[at] una marca^(EQ) en la mano derecha o en la frente, ¹⁷ y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca^(ER): el nombre de la bestia^(ES) o el número de su nombre^(ET). ¹⁸ Aquí hay sabiduría^(EU). El que tiene entendimiento, que calcule el número de la bestia, porque el número es el de un hombre^(EV), y su número es seiscientos sesenta y seis^[au].

El Cordero y los ciento cuarenta y cuatro mil

14 Miré, y he aquí que el Cordero^(EW) estaba de pie sobre el Monte Sión^(EX), y con Él ciento cuarenta y cuatro mil^(EY) que tenían el nombre de Él^(EZ) y el nombre de su Padre^(FA) escrito en la frente^(FB). ² Y oí una voz del cielo, como el estruendo de muchas aguas^(FC) y como el sonido de un gran trueno^(FD); y la voz que oí era como el sonido de arpistas^(FE) tocando sus arpas. ³ Y cantaban* un^[av] cántico nuevo^(FF) delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes^(FG) y de los ancianos^(FH); y nadie podía aprender el cántico^(FI), sino los ciento cuarenta y cuatro mil^(FJ) que habían sido rescatados^[aw] de la tierra. ⁴ Estos son los que no se han contaminado con mujeres^(FK), pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero^(FL) adondequiera que va. Estos han sido rescatados^[ax](FM) de entre los hombres como primicias^(FN) para Dios y para el Cordero. ⁵ En su boca^(FO) no fue hallado engaño; están sin mancha^(FP).

El mensaje de los tres ángeles

⁶ Y vi volar en medio del cielo^(FQ) a otro ángel que tenía un evangelio eterno^(FR) para anunciarlo a los que moran en la tierra^(FS), y a toda nación, tribu, lengua y pueblo^(FT), ⁷ diciendo a gran voz: Temed a Dios^(FU) y dadle gloria^(FV), porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar^(FW) y las fuentes de las aguas^(FX).

⁸ Y le siguió otro ángel, el segundo, diciendo: ¡Cayó, cayó^(FY) la gran Babilonia^(FZ)!; la que ha hecho beber a todas las naciones^(GA) del vino de la pasión^[ay] de su inmoralidad^(GB).

⁹ Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia^(GC) y a su imagen^(GD), y recibe una marca en su frente o en su mano^(GE), ¹⁰ él también beberá del vino del furor de Dios^(GF), que está preparado puro^[az] en el cáliz de su ira^(GG); y será atormentado con fuego y azufre^(GH) delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero^(GI). ¹¹ Y el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos^(GJ); y no tienen reposo, ni de día ni de noche^(GK), los que adoran a la bestia^(GL) y a su imagen^(GM), y cualquiera que reciba la marca de su nombre^(GN). ¹² Aquí está la perseverancia de los santos^(GO) que guardan los mandamientos de Dios^(GP) y la fe de^[ba] Jesús^(GQ).

¹³ Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: «Bienaventurados los muertos^(GR) que de aquí en adelante mueren en el Señor^(GS)». Sí —dice el Espíritu^(GT)— para que descansen de sus trabajos^(GU), porque sus obras^(GV) van^[bb] con ellos.

La siega de la tierra

¹⁴ Y miré, y he aquí una nube blanca^(GW), y sentado en la nube estaba uno semejante a hijo de hombre^[bc](GX), que tenía en la cabeza una corona de oro^(GY), y en la mano una hoz afilada. ¹⁵ Entonces salió del templo^[bd] otro ángel^(GZ) clamando a gran voz al que estaba sentado en la nube: Mete^[be] tu hoz y siega^(HA), porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura^[bf](HB). ¹⁶ Y el que estaba sentado en la nube blandió^[bg] su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada.

¹⁷ Salió otro ángel del templo^[bh] que está en el cielo^(HC), que también tenía una hoz afilada. ¹⁸ Y otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego^(HD), salió del altar^(HE); y llamó a gran voz al que tenía la hoz afilada, diciéndole: Mete^[bi] tu hoz afilada^(HF) y vendimia los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas están maduras^(HG). ¹⁹ El ángel blandió^[bj] su hoz sobre la tierra, y vendimió los racimos de la vid de la tierra y los echó en el gran lagar del furor de Dios^(HH). ²⁰ Y el lagar fue pisado^[bk] fuera de la ciudad^(HI), y del lagar salió sangre^(HJ) que subió hasta los frenos de los caballos por^[bl] una distancia como de trescientos veinte kilómetros^[bm].

Los siete ángeles con las siete plagas

15 Y vi otra señal en el cielo^(HK), grande y maravillosa: siete ángeles^(HL) que tenían siete plagas^(HM), las últimas^(HN), porque en ellas se ha consumado^[bn] el furor de Dios.

² Vi también como un mar de cristal^(HO) mezclado con fuego, y a los que habían salido victoriosos^(HP) sobre^[bo] la bestia^(HQ), sobre^[bp] su imagen^(HR) y sobre el^[bq] número de su nombre^(HS), en pie sobre el mar de cristal^(HT), con^[br] arpas de Dios^(HU). ³ Y cantaban* el cántico de Moisés^(HV), siervo de Dios^(HW), y el cántico del Cordero^(HX), diciendo:

⁵ Después de estas cosas miré, y se abrió el templo^[bt](IE) del tabernáculo del testimonio en el cielo^(IF), ⁶ y salieron del templo^[bu](IG) los siete ángeles que tenían las siete plagas^(IH), vestidos de lino puro^[bv] y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro^(II). ⁷ Entonces uno de los cuatro seres vivientes^(IJ) dio a los siete ángeles^(IK) siete copas^[bw] de oro^(IL) llenas del furor de Dios^(IM), que vive por los siglos de los siglos^(IN). ⁸ Y el templo^[bx] se llenó con el humo de la gloria de Dios y de su poder^(IO); y nadie podía entrar al templo^[by] hasta que se terminaran las siete plagas de los siete ángeles.

Las siete copas de la ira de Dios

16 Y oí una gran voz que desde el templo^[bz](IP) decía a los siete ángeles^(IQ): Id y derramad en la tierra las siete copas^[ca] del furor de Dios^(IR).

² El primer ángel fue y derramó su copa^[cb] en la tierra^(IS); y se produjo^[cc] una llaga^(IT) repugnante y maligna en los hombres que tenían la marca de la bestia^(IU) y que adoraban su imagen.

³ El segundo ángel derramó su copa en el mar^(IV), y se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser viviente que había en^[cd] el mar.

⁴ El tercer ángel derramó su copa en los ríos y en las fuentes de las aguas^(IW), y se convirtieron en^[ce] sangre^(IX). ⁵ Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú^(IY), el que eres, y el que eras^(IZ), oh Santo^(JA), porque has juzgado^(JB) estas cosas; ⁶ pues ellos derramaron sangre de santos y profetas^(JC) y tú les has dado a beber sangre^(JD); lo merecen. ⁷ Y oí al altar^(JE), que decía: Sí, oh Señor Dios^(JF) Todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios^(JG).

⁸ El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol^(JH); y al sol le fue dado quemar a los hombres con fuego^(JI). ⁹ Y los hombres fueron quemados con el intenso^[cf] calor; y blasfemaron el nombre de Dios^(JJ) que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron^(JK) para darle gloria^(JL).

¹⁰ El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia^(JM); y su reino se quedó en tinieblas^(JN), y se mordían la lengua de dolor. ¹¹ Y blasfemaron^(JO) contra el Dios del cielo^(JP) por causa de sus dolores y de sus llagas^(JQ), y no se arrepintieron de sus obras^(JR).

¹² El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates^(JS); y sus aguas se secaron^(JT) para que fuera preparado el camino^(JU) para los reyes del oriente^[cg](JV). ¹³ Y vi salir de la boca del dragón^(JW), de la boca de la bestia^(JX) y de la boca del falso profeta^(JY), a tres espíritus inmundos^(JZ) semejantes a ranas^(KA); ¹⁴ pues son espíritus de demonios^(KB) que hacen señales^(KC), los cuales van a los reyes de todo el mundo^[ch](KD), a reunirlos^(KE) para la batalla del gran día del Dios Todopoderoso^(KF). ¹⁵ (He aquí, vengo como ladrón^(KG). Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas^(KH), no sea que ande desnudo y vean su vergüenza^(KI).) ¹⁶ Y los reunieron^(KJ) en el lugar que en hebreo^(KK) se llama Armagedón^[ci](KL).

¹⁷ Y el séptimo ángel derramó su copa en el aire^(KM); y una gran voz salió^(KN) del templo^[cj](KO), del trono, que decía: Hecho está^(KP). ¹⁸ Entonces hubo relámpagos, voces^[ck] y truenos^(KQ); y hubo un gran terremoto^(KR) tal como no lo había habido desde que el hombre está sobre la tierra^(KS); fue tan grande y poderoso terremoto. ¹⁹ La gran ciudad^(KT) quedó dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones^[cl] cayeron. Y la gran Babilonia^(KU) fue recordada delante de Dios^(KV) para darle el cáliz del vino del furor de su ira^(KW). ²⁰ Y toda isla huyó^(KX), y los montes no fueron hallados. ²¹ Y enormes granizos^(KY), como de un talento^[cm] cada uno, cayeron*^[cn] sobre los hombres; y los hombres blasfemaron contra Dios^(KZ) por la plaga del granizo^(LA), porque su plaga fue* sumamente grande.

La condenación de la gran ramera

17 Y uno ^(LB) de los siete ángeles^(LC) que tenían las siete copas^[co](LD), vino y habló conmigo, diciendo: Ven; te mostraré el juicio^(LE) de la gran ramera^(LF) que está sentada sobre muchas aguas^(LG); ² con ella los reyes de la tierra^(LH) cometieron actos inmorales, y los moradores de la tierra^(LI) fueron embriagados^(LJ) con el vino de su inmoralidad. ³ Y me llevó^(LK) en el Espíritu^[cp](LL) a un desierto^(LM); y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata^(LN), llena de nombres blasfemos^(LO), y que tenía siete cabezas y diez cuernos^(LP). ⁴ La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata^(LQ), y adornada con oro, piedras preciosas^[cq] y perlas, y tenía en la mano una copa de oro llena de abominaciones^(LR) y de las inmundicias de su inmoralidad, ⁵ y sobre su frente había un nombre escrito, un misterio^(LS): BABILONIA LA GRANDE^(LT), LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA^(LU). ⁶ Y vi a la mujer ebria de la sangre de los santos^(LV), y de la sangre de los testigos de Jesús. Y al verla, me asombré grandemente^[cr]. ⁷ Y el ángel me dijo: ¿Por qué te has asombrado? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia^(LW) que la lleva, la que tiene las siete cabezas y los diez cuernos^(LX). ⁸ La bestia que viste, era y no es^(LY), y está para subir^(LZ) del abismo^(MA) e ir a la destrucción^[cs](MB). Y los moradores de la tierra^(MC), cuyos nombres no se han escrito en el libro de la vida^(MD) desde la fundación del mundo^(ME), se asombrarán^(MF) al ver la bestia que era y no es^(MG), y que vendrá. ⁹ Aquí está la mente que tiene sabiduría^[ct](MH). Las siete cabezas son siete montes^(MI) sobre los que se sienta la mujer; ¹⁰ y son siete reyes^(MJ); cinco han caído, uno es y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que permanezca un poco de tiempo. ¹¹ Y la bestia que era y no es^(MK), es el octavo rey, y es uno de los siete y va a la destrucción^[cu](ML). ¹² Y los diez cuernos que viste son diez reyes^(MM) que todavía no han recibido reino, pero que por una hora^(MN) reciben autoridad como reyes con la bestia. ¹³ Estos tienen un mismo propósito^(MO), y entregarán su poder y autoridad a la bestia. ¹⁴ Estos pelearán contra el Cordero^(MP), y el Cordero los vencerá^(MQ), porque Él es Señor de señores^(MR) y Rey de reyes^(MS), y los que están con Él^(MT) son llamados, escogidos y fieles^(MU). ¹⁵ Y me dijo*: Las aguas que viste^(MV) donde se sienta la ramera, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas^(MW). ¹⁶ Y los diez cuernos que viste^(MX) y la bestia, estos odiarán a la ramera y la dejarán^[cv] desolada^(MY) y desnuda^(MZ), y comerán sus carnes^(NA) y la quemarán con fuego^(NB); ¹⁷ porque Dios ha puesto en sus corazones^(NC) el ejecutar su propósito: que tengan ellos^[cw] un propósito unánime^(ND), y den^[cx] su reino a la bestia hasta que las palabras de Dios se cumplan^(NE). ¹⁸ Y la mujer que viste es la gran ciudad^(NF), que reina^[cy] sobre los reyes de la tierra.

La caída de Babilonia

18 Después de esto vi a otro ángel^(NG) descender del cielo^(NH), que tenía gran poder, y la tierra fue iluminada con su gloria^(NI). ² Y clamó con potente voz, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia^(NJ)! Se ha convertido en habitación de demonios^(NK), en guarida^[cz] de todo espíritu inmundo^(NL) y en guarida^[da] de toda ave inmunda y aborrecible. ³ Porque todas las naciones han bebido del^[db] vino de la pasión^[dc] de su inmoralidad^(NM), y los reyes de la tierra^(NN) han cometido actos inmorales con ella, y los mercaderes de la tierra^(NO) se han enriquecido con la riqueza^[dd] de su sensualidad^[de](NP).

⁴ Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella, pueblo mío^(NQ), para que no participéis de sus pecados y para que no recibáis de sus plagas; ⁵ porque sus pecados se han amontonado^[df] hasta el cielo^(NR), y Dios se ha acordado de sus iniquidades^(NS). ⁶ Pagadle tal como ella ha pagado^(NT), y devolvedle^[dg] doble según sus obras; en la copa que ella ha preparado^(NU), preparad^[dh] el doble para ella. ⁷ Cuanto ella se glorificó a sí misma^(NV) y vivió sensualmente^[di](NW), así^[dj] dadle tormento y duelo^[dk], porque dice en su corazón: «Yo estoy sentada como reina^(NX), y no soy viuda y nunca veré duelo^[dl]». ⁸ Por eso, en un solo día^(NY), vendrán sus plagas: muerte, duelo^[dm] y hambre, y será quemada con fuego^(NZ); porque el Señor Dios que la juzga es poderoso^[dn](OA). ⁹ Y los reyes de la tierra^(OB) que cometieron actos de inmoralidad y vivieron sensualmente^[do](OC) con ella, llorarán y se lamentarán^(OD) por ella cuando vean el humo de su incendio^(OE), ¹⁰ mirando de pie desde lejos^(OF) por causa del temor de su tormento, y diciendo: «¡Ay, ay^(OG), la gran ciudad, Babilonia^(OH), la ciudad fuerte!, porque en una hora^(OI) ha llegado tu juicio». ¹¹ Y los mercaderes de la tierra^(OJ) lloran y se lamentan^(OK) por ella, porque ya nadie compra sus mercaderías^[dp]: ¹² cargamentos de oro, plata, piedras preciosas^[dq], perlas, lino fino, púrpura, seda y escarlata^(OL); toda clase de maderas olorosas^[dr] y todo objeto de marfil y todo objeto hecho de maderas preciosas, bronce, hierro y mármol; ¹³ y canela, especias aromáticas^[ds], incienso, perfume, mirra, vino, aceite de oliva; y flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos, carros, esclavos^[dt] y vidas humanas^[du](OM). ¹⁴ Y el fruto que tanto has anhelado^[dv] se ha apartado de ti, y todas las cosas que eran lujosas y espléndidas se han alejado^[dw] de ti, y nunca más las hallarán. ¹⁵ Los mercaderes^(ON) de estas cosas^(OO) que se enriquecieron a costa de ella, se pararán lejos^(OP) a causa del temor de su tormento, llorando y lamentándose, ¹⁶ diciendo: «¡Ay, ay^(OQ), la gran ciudad^(OR), que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata^(OS), y adornada de oro, piedras preciosas y perlas^[dx]!, ¹⁷ porque en una hora^(OT) ha sido arrasada^(OU) tanta riqueza». Y todos los capitanes, pasajeros^[dy] y marineros, y todos los que viven del mar^(OV), se pararon a lo lejos^(OW), ¹⁸ y al ver el humo de su incendio^(OX) gritaban^(OY), diciendo: «¿Qué ciudad es semejante^(OZ) a la gran ciudad^(PA)?». ¹⁹ Y echaron polvo sobre sus cabezas^(PB), y gritaban, llorando y lamentándose, diciendo: «¡Ay, ay^(PC), la gran ciudad en la cual todos los que tenían naves en el mar se enriquecieron a costa de sus riquezas^(PD)!, porque en una hora^(PE) ha sido asolada^(PF)». ²⁰ Regocíjate sobre ella^(PG), cielo, y también vosotros, santos, apóstoles y profetas^(PH), porque Dios ha pronunciado juicio^(PI) por vosotros contra ella^[dz].

²¹ Entonces un ángel poderoso^[ea](PJ) tomó una piedra, como una gran piedra de molino^(PK), y la arrojó al mar, diciendo: Así será derribada con violencia Babilonia, la gran ciudad^(PL), y nunca más será hallada^(PM). ²² Y el sonido de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros^(PN) no se oirá más en ti; ni artífice de oficio alguno se hallará más en ti; ni ruido de molino^(PO) se oirá más en ti; ²³ luz de lámpara no alumbrará más en ti; tampoco la voz del novio^[eb] y de la novia^[ec](PP) se oirá más en ti; porque tus mercaderes^(PQ) eran los grandes de la tierra, pues todas las naciones fueron engañadas por tus hechicerías^(PR). ²⁴ Y en ella fue hallada la sangre de los profetas, de los santos^(PS) y de todos los que habían sido muertos sobre la tierra^(PT).