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Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: «¡Ven!»

Miré, y vi un caballo amarillo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía: y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra.

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