Pero Saulo hacía estragos en la iglesia(A) entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en[a] la cárcel(B).

Predicación de Felipe en Samaria

Así que los que habían sido esparcidos(C) iban predicando[b] la palabra(D). Felipe(E), descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo[c]. Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales[d] que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, estos salían de ellos(F) gritando a gran voz; y muchos que habían sido paralíticos y cojos eran sanados(G). Y había gran regocijo(H) en aquella ciudad.

Simón el mago

Y cierto hombre llamado Simón, hacía tiempo que estaba ejerciendo la magia(I) en la ciudad y asombrando a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran personaje(J); 10 y todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención, diciendo: Este es el que se llama el Gran Poder de Dios(K). 11 Le prestaban atención porque por mucho tiempo los había asombrado con sus artes mágicas(L). 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios(M) y el nombre de Cristo Jesús, se bautizaban(N), tanto hombres como mujeres. 13 Y aun Simón mismo creyó; y después de bautizarse, continuó con Felipe, y estaba atónito al ver las señales(O) y los grandes milagros(P) que se hacían.

Pedro y Juan en Samaria

14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén(Q) oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan(R), 15 quienes descendieron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo(S), 16 pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos(T); solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús(U). 17 Entonces les imponían(V) las manos, y recibían el Espíritu Santo(W). 18 Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, 19 diciendo: Dadme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca[e] contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero(X). 21 No tienes parte ni suerte(Y) en este asunto[f], porque tu corazón no es recto delante de Dios(Z). 22 Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón(AA). 23 Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena[g] de iniquidad(AB). 24 Pero Simón respondió y dijo: Rogad vosotros al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que habéis dicho.

25 Y ellos, después de haber testificado solemnemente(AC) y hablado la palabra del Señor(AD), iniciaron el regreso a Jerusalén anunciando el evangelio(AE) en muchas aldeas de los samaritanos(AF).

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Notas al pie

  1. Hechos 8:3 Lit., entregaba a
  2. Hechos 8:4 O, anunciando las buenas nuevas de
  3. Hechos 8:5 I.e., el Mesías
  4. Hechos 8:6 O, los milagros
  5. Hechos 8:20 Lit., sea para perdición
  6. Hechos 8:21 O, enseñanza; lit., palabra
  7. Hechos 8:23 O, grillos, o, esclavitud

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