21 Josafat murió y fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David; su hijo Jorán lo sucedió en el trono. Sus hermanos eran Azarías, Jehiel, Zacarías, Azarías, Micael y Sefatías. Todos estos fueron hijos de Josafat, rey de Israel. Su padre les había regalado plata, oro y objetos de valor en abundancia. También les entregó ciudades fortificadas en Judá, pero el reino se lo dio a Jorán, porque era el hijo mayor.

Jorán, rey de Judá(A)

Cuando Jorán se afirmó completamente en el trono de su padre, mató a espada a todos sus hermanos y también a algunos oficiales de Israel. Jorán tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén ocho años. Pero hizo lo malo ante los ojos del Señor, pues siguió el mal ejemplo de los reyes de Israel, como lo había hecho la familia de Acab, y llegó incluso a casarse con la hija de Acab. Pero el Señor no quiso destruir la dinastía de David por consideración al pacto que había hecho con él, pues le había prometido mantener encendida para siempre una lámpara para él y sus descendientes.

En tiempos de Jorán, los edomitas se sublevaron contra Judá y se nombraron su propio rey. Por lo tanto, Jorán marchó con sus oficiales y todos sus carros de combate. Los edomitas cercaron a Jorán y a los comandantes de los carros, pero durante la noche Jorán logró abrirse paso. 10 Desde entonces Edom ha estado en rebelión contra Judá, al igual que la ciudad de Libná, que en ese mismo tiempo se sublevó. Esto sucedió porque Jorán abandonó al Señor, Dios de sus antepasados. 11 Además, Jorán construyó altares paganos en las colinas de Judá e indujo a los habitantes de Jerusalén a prostituirse y a los de Judá a descarriarse.

12 El profeta Elías le envió una carta con este mensaje:

«Así dice el Señor, Dios de tu antepasado David: “Por cuanto no seguiste el buen ejemplo de tu padre Josafat ni el de Asá, rey de Judá, 13 sino que seguiste el mal ejemplo de los reyes de Israel, haciendo que los habitantes de Judá y de Jerusalén se prostituyeran con la idolatría, como lo hizo la familia de Acab; y por cuanto asesinaste a tus hermanos, la familia de tu padre, que eran mejores que tú, 14 el Señor herirá con una plaga terrible a tu pueblo, a tus hijos, a tus mujeres y todas tus posesiones. 15 Y a ti te enviará una enfermedad en las entrañas, tan grave que día tras día empeorará, hasta que se te salgan los intestinos”».

16 El Señor incitó a los filisteos y a los árabes vecinos de los cusitas para que se rebelaran contra Jorán. 17 Así que marcharon contra Judá, la invadieron y se llevaron todos los objetos de valor que hallaron en el palacio real, junto con los hijos y las mujeres de Jorán. Ninguno de sus hijos escapó con vida, excepto Joacaz,[a] que era el menor de todos.

18 Después de esto, el Señor hirió a Jorán con una enfermedad incurable en las entrañas. 19 Pasaron los días y, al cabo de dos años, murió en medio de una terrible agonía, pues por causa de su enfermedad se le salieron los intestinos. Su pueblo no encendió ninguna hoguera funeral en su honor, como se había hecho en honor de sus antepasados.

20 Jorán tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén ocho años. Murió sin que nadie guardara luto por él y fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el panteón de los reyes.

Ocozías, rey de Judá(B)(C)

22 A la muerte de Jorán, los habitantes de Jerusalén proclamaron rey a Ocozías, su hijo menor, pues a sus hijos mayores los habían asesinado las bandas de árabes que habían venido al campamento. Así fue como Ocozías, hijo de Jorán, comenzó a reinar en Judá. Tenía veintidós años[b] cuando comenzó a reinar y reinó en Jerusalén un año. Su madre era Atalía, nieta[c] de Omrí.

También Ocozías siguió el mal ejemplo de la familia de Acab, pues su madre le aconsejaba que hiciera lo malo. Hizo lo malo ante los ojos del Señor, como lo había hecho la familia de Acab. En efecto, una vez muerto su padre, Ocozías tuvo como consejeros a miembros de esa familia, para su perdición. Por consejo de ellos, Ocozías, junto con Jorán, hijo de Acab, rey de Israel, marchó hacia Ramot de Galaad para hacerle guerra a Jazael, rey de Aram, pero en la batalla los arameos hirieron a Jorán. Por eso tuvo que regresar a Jezrel para reponerse de las heridas que había recibido en Ramot[d] cuando luchó contra Jazael, rey de Aram.

Como Jorán, hijo de Acab, convalecía en Jezrel, Ocozías,[e] hijo de Jorán, rey de Judá, fue a visitarlo.

Jehú mata a Ocozías

Dios había dispuesto que Ocozías muriera cuando fuera a visitar a Jorán. Tan pronto como Ocozías llegó, salió acompañado de Jorán para encontrarse con Jehú, hijo de Nimsi, al que el Señor había ungido para exterminar a la familia de Acab. Mientras Jehú ejecutaba el juicio contra la familia de Acab, se encontró con los oficiales de Judá y con los parientes de Ocozías que estaban al servicio de este y los mató. Luego mandó a buscar a Ocozías, que se había escondido en Samaria; pero lo apresaron y lo llevaron ante Jehú, quien ordenó matarlo. Sin embargo, le dieron sepultura, porque decían: «Es el hijo de Josafat, que buscó al Señor con todo su corazón». Y en la familia de Ocozías no quedó nadie capaz de retener el reino.

Atalía y Joás(D)

10 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, tomó medidas para eliminar a toda la familia real de Judá. 11 Pero Josaba,[f] que era hija del rey y esposa del sacerdote Joyadá, raptó a Joás, hijo de Ocozías, cuando los príncipes estaban a punto de ser asesinados. Metiéndolo en un dormitorio con su nodriza, logró esconderlo de Atalía, de modo que no lo mataron. Hizo esto porque era la hermana de Ocozías. 12 Seis años estuvo Joás escondido con ellos en el Templo de Dios, mientras Atalía reinaba en el país.

23 En el séptimo año, el sacerdote Joyadá se armó de valor e hizo un pacto con los siguientes comandantes: Azarías, hijo de Jeroán, Ismael, hijo de Johanán, Azarías, hijo de Obed, Maseías, hijo de Adaías, Elisafat, hijo de Zicrí. Estos recorrieron todo el país convocando a los levitas de todos los pueblos de Judá y a los jefes de las familias de Israel, para que fueran a Jerusalén. Allí toda la asamblea reunida en el Templo de Dios hizo un pacto con el rey.

Joyadá les dijo: «Aquí tienen al hijo del rey. Él es quien debe reinar, tal como lo prometió el Señor a los descendientes de David. Así que hagan lo siguiente: una tercera parte de ustedes, los sacerdotes y levitas que están de servicio el sábado, hará la guardia en las puertas; otra tercera parte permanecerá en el palacio real y la tercera parte restante ocupará la puerta de los Cimientos, mientras que todo el pueblo estará en los atrios del Templo del Señor. Solo los sacerdotes y levitas que estén de servicio entrarán en el Templo del Señor, pues ellos están consagrados; nadie más podrá entrar. El pueblo deberá cumplir la orden del Señor. Arma en mano, los levitas rodearán por completo al rey; y si alguien se atreve a entrar al Templo, mátenlo. ¡No dejen solo al rey, vaya donde vaya!».

Los levitas y todos los habitantes de Judá cumplieron con todo lo que el sacerdote Joyadá había ordenado. Cada uno reunió a sus hombres, tanto a los que estaban de servicio el sábado como a los que estaban libres, pues el sacerdote Joyadá no eximió a ninguno de los turnos. Este repartió entre los comandantes las lanzas y los escudos grandes y pequeños del rey David, que estaban guardados en el Templo de Dios, 10 y luego colocó en sus puestos a todos. Cada uno, arma en mano, alrededor del rey, cerca del altar y desde el lado sur hasta el lado norte del Templo.

11 Luego sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona, le entregaron una copia del pacto[g] y lo proclamaron rey. Joyadá y sus hijos lo ungieron y gritaron: «¡Viva el rey!».

12 Cuando Atalía oyó la gritería del pueblo que corría y aclamaba al rey, fue al Templo del Señor, donde estaba la gente. 13 Al ver que el rey estaba de pie junto a la columna de la entrada y que los oficiales y músicos estaban a su lado, y que todo el pueblo se alegraba al son de las trompetas y los cantores que acompañados de instrumentos musicales dirigían la alabanza, Atalía se rasgó las vestiduras y gritó: «¡Traición! ¡Traición!».

14 Entonces el sacerdote Joyadá, como no quería que la mataran en el Templo del Señor, hizo que salieran los comandantes que estaban al mando de las fuerzas y ordenó: «¡Sáquenla de entre las filas! Y si alguien se pone de su lado, ¡mátenlo a filo de espada!». 15 Así que la apresaron y la llevaron al palacio por la puerta de la caballería; allí la mataron.

16 Luego Joyadá hizo un pacto con toda la gente y con el rey, para que fueran el pueblo del Señor. 17 Entonces toda la gente fue al templo de Baal y lo derribó. Destruyeron los altares y las imágenes, y frente a los altares degollaron a Matán, sacerdote de Baal.

18 Después Joyadá apostó guardias en el Templo del Señor, bajo las órdenes de los sacerdotes y levitas. A estos David les había asignado sus turnos para que ofrecieran al Señor los holocaustos, como está escrito en la Ley de Moisés, y para que cantaran con gozo, como lo había ordenado David. 19 También colocó porteros en la entrada del Templo del Señor, para que le impidieran el paso a todo el que estuviera impuro.

20 Acto seguido, Joyadá, acompañado de los comandantes, los nobles, los gobernadores y todo el pueblo, llevó al rey desde el Templo del Señor hasta el palacio real, pasando por la puerta superior y sentó a Joás en el trono real. 21 Todo el pueblo estaba alegre y la ciudad, tranquila, pues habían matado a Atalía a filo de espada.

Joás, rey de Judá(E)(F)

24 Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén cuarenta años. Su madre era Sibia, oriunda de Berseba. Mientras el sacerdote Joyadá vivió, Joás hizo lo que agradaba al Señor. Joyadá eligió dos esposas para Joás y con ellas Joás tuvo hijos e hijas.

Algún tiempo después, Joás decidió reparar el Templo del Señor. Reunió a los sacerdotes y a los levitas y dijo: «Vayan por las ciudades de Judá y recojan dinero de todos los israelitas, para reparar cada año el Templo de su Dios. Háganlo inmediatamente». Sin embargo, los levitas fueron negligentes.

Entonces el rey llamó al sumo sacerdote Joyadá y dijo: «¿Por qué no has presionado a los levitas para que vayan y recojan en Judá y en Jerusalén la contribución que Moisés, siervo del Señor, y la asamblea de Israel impusieron para la Tienda donde se guardan las tablas del pacto?».

Resulta que la malvada de Atalía y sus hijos habían destrozado el Templo de Dios, y hasta habían ofrecido a los baales los objetos sagrados del Templo del Señor.

Por eso el rey ordenó que se hiciera un cofre y se colocara afuera, junto a la puerta del Templo del Señor. Luego mandó que se pregonara por Judá y Jerusalén que trajeran al Señor la contribución que Moisés, siervo de Dios, había ordenado a Israel en el desierto. 10 Todos los oficiales y todo el pueblo llevaron alegremente sus contribuciones y las depositaron en el cofre hasta llenarlo. 11 Los levitas llevaban el cofre a los funcionarios del rey para que lo examinaran. Cuando veían que había mucho dinero, se presentaban el secretario real y un oficial nombrado por el sumo sacerdote y, luego de vaciar el cofre, volvían a colocarlo en su lugar. Esto lo hacían todos los días; así recogieron mucho dinero. 12 El rey y Joyadá entregaban el dinero a los que supervisaban la restauración del Templo del Señor y estos contrataban canteros, carpinteros y expertos en el manejo del hierro y del bronce, para repararlo.

13 Los supervisores de la restauración trabajaron diligentemente hasta terminar la obra. Repararon el Templo de Dios y lo dejaron en buen estado y conforme al diseño original. 14 Cuando terminaron, llevaron al rey y a Joyadá el dinero que sobró, y estos lo utilizaron para hacer utensilios para el Templo del Señor: utensilios para el culto y para los holocaustos, y cucharones y vasos de oro y de plata. Todos los días, mientras Joyadá vivió, se ofrecieron holocaustos en el Templo del Señor.

15 Pero Joyadá envejeció y murió muy anciano. Cuando murió, tenía ciento treinta años. 16 Fue sepultado junto con los reyes en la Ciudad de David, porque había servido bien a Israel y a Dios y su Templo.

Depravación de Joás

17 Después de que Joyadá murió, los oficiales de Judá se presentaron ante el rey para rendirle homenaje, y él escuchó sus consejos. 18 Abandonaron el Templo del Señor, Dios de sus antepasados, y adoraron las imágenes de Aserá y de los ídolos. Debido a este pecado, la ira de Dios cayó sobre Judá y Jerusalén. 19 El Señor envió profetas para que los exhortaran a volver a él, pero no les hicieron caso.

20 El Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joyadá, y este, presentándose ante el pueblo, declaró: «Así dice Dios el Señor: ¿Por qué desobedecen mis mandamientos? De ese modo no prosperarán. Como me han abandonado, yo también los abandonaré».

21 Pero ellos conspiraron contra Zacarías, hijo de Joyadá; entonces, por orden del rey, lo mataron a pedradas en el atrio del Templo del Señor. 22 Así fue como el rey Joás, no tomando en cuenta la bondad de Joyadá, mató a su hijo Zacarías, quien al morir dijo: «¡Que el Señor vea esto y te juzgue!».

23 Al cabo del año, las tropas arameas marcharon contra Joás, invadieron Judá y Jerusalén y, después de matar a los líderes del pueblo, enviaron todo el botín al rey de Damasco. 24 Aunque el ejército arameo era pequeño, el Señor permitió que derrotara a un ejército muy numeroso, porque los habitantes de Judá habían abandonado al Señor, Dios de sus antepasados. De esta manera Joás recibió el castigo que merecía. 25 Cuando los arameos se retiraron, dejando a Joás gravemente herido, sus servidores conspiraron contra él y lo mataron en su propia cama, vengando así la muerte del hijo del sacerdote Joyadá. Luego lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en el panteón de los reyes.

26 Los que conspiraron contra Joás fueron Zabad, hijo de Simat el amonita, y Jozabad, hijo de Simrit el moabita. 27 Todo lo relacionado con los hijos de Joás, con las muchas profecías en su contra y con la restauración del Templo de Dios, está escrito en el comentario sobre el libro de los reyes. Su hijo Amasías lo sucedió en el trono.

Footnotes

  1. 21:17 Joacaz es otra forma del nombre Ocozías.
  2. 22:2 Según algunos manuscritos de la LXX y la Síriaca (véase 2R 8:26); el texto TM dice cuarenta y dos.
  3. 22:2 nieta. Lit. hija.
  4. 22:6 Ramot. Lit. Ramá (variante de este nombre).
  5. 22:6 Ocozías (mss. hebreos, LXX, Siríaca; véase 2R 8:29); Azarías (TM).
  6. 22:11 Josaba. Lit. Josabet (variante de este nombre).
  7. 23:11 le pusieron … pacto. Alt. le pusieron la corona y las insignias.

Reinado de Joram de Judá

(2 R. 8.16-24)

21 Durmió Josafat con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David. Y reinó en su lugar Joram su hijo, quien tuvo por hermanos, hijos de Josafat, a Azarías, Jehiel, Zacarías, Azarías, Micael, y Sefatías. Todos estos fueron hijos de Josafat rey de Judá. Y su padre les había dado muchos regalos de oro y de plata, y cosas preciosas, y ciudades fortificadas en Judá; pero había dado el reino a Joram, porque él era el primogénito. Fue elevado, pues, Joram al reino de su padre; y luego que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y también a algunos de los príncipes de Israel. Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó ocho años en Jerusalén. Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová. Mas Jehová no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había dicho que le daría lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.(A)

En los días de este se rebeló Edom contra el dominio de Judá,(B) y pusieron rey sobre sí. Entonces pasó Joram con sus príncipes, y todos sus carros; y se levantó de noche, y derrotó a los edomitas que le habían sitiado, y a todos los comandantes de sus carros. 10 No obstante, Edom se libertó del dominio de Judá, hasta hoy. También en el mismo tiempo Libna se libertó de su dominio, por cuanto él había dejado a Jehová el Dios de sus padres.

11 Además de esto, hizo lugares altos en los montes de Judá, e hizo que los moradores de Jerusalén fornicasen tras ellos, y a ello impelió a Judá. 12 Y le llegó una carta del profeta Elías, que decía: Jehová el Dios de David tu padre ha dicho así: Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa rey de Judá, 13 sino que has andado en el camino de los reyes de Israel, y has hecho que fornicase Judá y los moradores de Jerusalén, como fornicó la casa de Acab; y además has dado muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú; 14 he aquí Jehová herirá a tu pueblo de una gran plaga, y a tus hijos y a tus mujeres, y a todo cuanto tienes; 15 y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de tus intestinos, hasta que se te salgan a causa de tu persistente enfermedad.

16 Entonces Jehová despertó contra Joram la ira de los filisteos y de los árabes que estaban junto a los etíopes; 17 y subieron contra Judá, e invadieron la tierra, y tomaron todos los bienes que hallaron en la casa del rey, y a sus hijos y a sus mujeres; y no le quedó más hijo sino solamente Joacaz el menor de sus hijos.

18 Después de todo esto, Jehová lo hirió con una enfermedad incurable en los intestinos. 19 Y aconteció que al pasar muchos días, al fin, al cabo de dos años, los intestinos se le salieron por la enfermedad, muriendo así de enfermedad muy penosa. Y no encendieron fuego en su honor, como lo habían hecho con sus padres. 20 Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalén ocho años; y murió sin que lo desearan más. Y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.

Reinado de Ocozías de Judá

(2 R. 8.25-29)

22 Los habitantes de Jerusalén hicieron rey en lugar de Joram a Ocozías su hijo menor; porque una banda armada que había venido con los árabes al campamento, había matado a todos los mayores, por lo cual reinó Ocozías, hijo de Joram rey de Judá. Cuando Ocozías comenzó a reinar era de cuarenta y dos años, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri. También él anduvo en los caminos de la casa de Acab, pues su madre le aconsejaba a que actuase impíamente. Hizo, pues, lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaron para su perdición. Y él anduvo en los consejos de ellos, y fue a la guerra con Joram hijo de Acab, rey de Israel, contra Hazael rey de Siria, a Ramot de Galaad, donde los sirios hirieron a Joram. Y volvió para curarse en Jezreel de las heridas que le habían hecho en Ramot, peleando contra Hazael rey de Siria. Y descendió Ocozías hijo de Joram, rey de Judá, para visitar a Joram hijo de Acab en Jezreel, porque allí estaba enfermo.

Jehú mata a Ocozías

(2 R. 9.27-29)

Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuese destruido viniendo a Joram; porque habiendo venido, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para que exterminara la familia de Acab. Y haciendo juicio Jehú contra la casa de Acab, halló a los príncipes de Judá, y a los hijos de los hermanos de Ocozías, que servían a Ocozías, y los mató. Y buscando a Ocozías, el cual se había escondido en Samaria, lo hallaron y lo trajeron a Jehú, y le mataron; y le dieron sepultura, porque dijeron: Es hijo de Josafat, quien de todo su corazón buscó a Jehová. Y la casa de Ocozías no tenía fuerzas para poder retener el reino.

Atalía usurpa el trono

(2 R. 11.1-21)

10 Entonces Atalía madre de Ocozías, viendo que su hijo era muerto, se levantó y exterminó toda la descendencia real de la casa de Judá. 11 Pero Josabet, hija del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías, y escondiéndolo de entre los demás hijos del rey, a los cuales mataban, le guardó a él y a su ama en uno de los aposentos. Así lo escondió Josabet, hija del rey Joram, mujer del sacerdote Joiada (porque ella era hermana de Ocozías), de delante de Atalía, y no lo mataron. 12 Y estuvo con ellos escondido en la casa de Dios seis años. Entre tanto, Atalía reinaba en el país.

23 En el séptimo año se animó Joiada, y tomó consigo en alianza a los jefes de centenas Azarías hijo de Jeroham, Ismael hijo de Johanán, Azarías hijo de Obed, Maasías hijo de Adaía, y Elisafat hijo de Zicri, los cuales recorrieron el país de Judá, y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá y a los príncipes de las familias de Israel, y vinieron a Jerusalén. Y toda la multitud hizo pacto con el rey en la casa de Dios. Y Joiada les dijo: He aquí el hijo del rey, el cual reinará, como Jehová ha dicho respecto a los hijos de David.(C) Ahora haced esto: una tercera parte de vosotros, los que entran el día de reposo,[a] estarán de porteros con los sacerdotes y los levitas. Otra tercera parte, a la casa del rey; y la otra tercera parte, a la puerta del Cimiento; y todo el pueblo estará en los patios de la casa de Jehová. Y ninguno entre en la casa de Jehová, sino los sacerdotes y levitas que ministran; estos entrarán, porque están consagrados; y todo el pueblo hará guardia delante de Jehová. Y los levitas rodearán al rey por todas partes, y cada uno tendrá sus armas en la mano; cualquiera que entre en la casa, que muera; y estaréis con el rey cuando entre y cuando salga.

Y los levitas y todo Judá lo hicieron todo como lo había mandado el sacerdote Joiada; y tomó cada jefe a los suyos, los que entraban el día de reposo,[b] y los que salían el día de reposo;[c] porque el sacerdote Joiada no dio licencia a las compañías. Dio también el sacerdote Joiada a los jefes de centenas las lanzas, los paveses y los escudos que habían sido del rey David, y que estaban en la casa de Dios; 10 y puso en orden a todo el pueblo, teniendo cada uno su espada en la mano, desde el rincón derecho del templo hasta el izquierdo, hacia el altar y la casa, alrededor del rey por todas partes. 11 Entonces sacaron al hijo del rey, y le pusieron la corona y el testimonio, y lo proclamaron rey; y Joiada y sus hijos lo ungieron, diciendo luego: ¡Viva el rey!

12 Cuando Atalía oyó el estruendo de la gente que corría, y de los que aclamaban al rey, vino al pueblo a la casa de Jehová; 13 y mirando, vio al rey que estaba junto a su columna a la entrada, y los príncipes y los trompeteros junto al rey, y que todo el pueblo de la tierra mostraba alegría, y sonaba bocinas, y los cantores con instrumentos de música dirigían la alabanza. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y dijo: ¡Traición! ¡Traición! 14 Pero el sacerdote Joiada mandó que salieran los jefes de centenas del ejército, y les dijo: Sacadla fuera del recinto, y al que la siguiere, matadlo a filo de espada; porque el sacerdote había mandado que no la matasen en la casa de Jehová. 15 Ellos, pues, le echaron mano, y luego que ella hubo pasado la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, allí la mataron.

16 Y Joiada hizo pacto entre sí y todo el pueblo y el rey, que serían pueblo de Jehová. 17 Después de esto entró todo el pueblo en el templo de Baal, y lo derribaron, y también sus altares; e hicieron pedazos sus imágenes, y mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal. 18 Luego ordenó Joiada los oficios en la casa de Jehová, bajo la mano de los sacerdotes y levitas, según David los había distribuido en la casa de Jehová, para ofrecer a Jehová los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, con gozo y con cánticos, conforme a la disposición de David. 19 Puso también porteros a las puertas de la casa de Jehová, para que por ninguna vía entrase ningún inmundo. 20 Llamó después a los jefes de centenas, y a los principales, a los que gobernaban el pueblo y a todo el pueblo de la tierra, para conducir al rey desde la casa de Jehová; y cuando llegaron a la mitad de la puerta mayor de la casa del rey, sentaron al rey sobre el trono del reino. 21 Y se regocijó todo el pueblo del país; y la ciudad estuvo tranquila, después que mataron a Atalía a filo de espada.

Reinado de Joás de Judá

(2 R. 12.1-21)

24 De siete años era Joás cuando comenzó a reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba. E hizo Joás lo recto ante los ojos de Jehová todos los días de Joiada el sacerdote. Y Joiada tomó para él dos mujeres; y engendró hijos e hijas.

Después de esto, aconteció que Joás decidió restaurar la casa de Jehová. Y reunió a los sacerdotes y los levitas, y les dijo: Salid por las ciudades de Judá, y recoged dinero de todo Israel, para que cada año sea reparada la casa de vuestro Dios; y vosotros poned diligencia en el asunto. Pero los levitas no pusieron diligencia. Por lo cual el rey llamó al sumo sacerdote Joiada y le dijo: ¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y de Jerusalén la ofrenda que Moisés siervo de Jehová impuso a la congregación de Israel para el tabernáculo del testimonio?(D) Porque la impía Atalía y sus hijos habían destruido la casa de Dios, y además habían gastado en los ídolos todas las cosas consagradas de la casa de Jehová.

Mandó, pues, el rey que hiciesen un arca, la cual pusieron fuera, a la puerta de la casa de Jehová; e hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén, que trajesen a Jehová la ofrenda que Moisés siervo de Dios había impuesto a Israel en el desierto. 10 Y todos los jefes y todo el pueblo se gozaron, y trajeron ofrendas, y las echaron en el arca hasta llenarla. 11 Y cuando venía el tiempo para llevar el arca al secretario del rey por mano de los levitas, cuando veían que había mucho dinero, venía el escriba del rey, y el que estaba puesto por el sumo sacerdote, y llevaban el arca, y la vaciaban, y la volvían a su lugar. Así lo hacían de día en día, y recogían mucho dinero, 12 y el rey y Joiada lo daban a los que hacían el trabajo del servicio de la casa de Jehová; y tomaban canteros y carpinteros que reparasen la casa de Jehová, y artífices en hierro y bronce para componer la casa. 13 Hacían, pues, los artesanos la obra, y por sus manos la obra fue restaurada, y restituyeron la casa de Dios a su antigua condición, y la consolidaron. 14 Y cuando terminaron, trajeron al rey y a Joiada lo que quedaba del dinero, e hicieron de él utensilios para la casa de Jehová, utensilios para el servicio, morteros, cucharas, vasos de oro y de plata. Y sacrificaban holocaustos continuamente en la casa de Jehová todos los días de Joiada.

15 Mas Joiada envejeció, y murió lleno de días; de ciento treinta años era cuando murió. 16 Y lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes, por cuanto había hecho bien con Israel, y para con Dios, y con su casa.

17 Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá y ofrecieron obediencia al rey; y el rey los oyó. 18 Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas. Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado. 19 Y les envió profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron; mas ellos no los escucharon.

20 Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello; porque por haber dejado a Jehová, él también os abandonará. 21 Pero ellos hicieron conspiración contra él, y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo, en el patio de la casa de Jehová.(E) 22 Así el rey Joás no se acordó de la misericordia que Joiada padre de Zacarías había hecho con él, antes mató a su hijo, quien dijo al morir: Jehová lo vea y lo demande.

23 A la vuelta del año subió contra él el ejército de Siria; y vinieron a Judá y a Jerusalén, y destruyeron en el pueblo a todos los principales de él, y enviaron todo el botín al rey a Damasco. 24 Porque aunque el ejército de Siria había venido con poca gente, Jehová entregó en sus manos un ejército muy numeroso, por cuanto habían dejado a Jehová el Dios de sus padres. Así ejecutaron juicios contra Joás.

25 Y cuando se fueron los sirios, lo dejaron agobiado por sus dolencias; y conspiraron contra él sus siervos a causa de la sangre de los hijos de Joiada el sacerdote, y lo hirieron en su cama, y murió. Y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes. 26 Los que conspiraron contra él fueron Zabad hijo de Simeat amonita, y Jozabad hijo de Simrit moabita. 27 En cuanto a los hijos de Joás, y la multiplicación que hizo de las rentas, y la restauración de la casa de Jehová, he aquí está escrito en la historia del libro de los reyes. Y reinó en su lugar Amasías su hijo.

Footnotes

  1. 2 Crónicas 23:4 Aquí equivale a sábado.
  2. 2 Crónicas 23:8 Aquí equivale a sábado.
  3. 2 Crónicas 23:8 Aquí equivale a sábado.