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Reformas religiosas de Asá(A)

15 Azarías, hijo de Oded, poseído por el espíritu de Dios, salió al encuentro de Asá para decirle: «¡Escúchenme tú, Asá, y todos los de Judá y Benjamín! El Señor está con ustedes, si ustedes están con él. Si ustedes lo buscan, lo encontrarán; pero si lo abandonan, él también los abandonará. Israel ha estado mucho tiempo sin verdadero Dios, sin sacerdote que enseñe y sin instrucción religiosa. Pero cuando, en medio de sus dificultades, el pueblo se ha vuelto al Señor, Dios de Israel, y lo ha buscado, él se ha dejado encontrar. En aquellos tiempos no había paz para nadie, sino mucho sobresalto para los habitantes de los diversos países. Las naciones y las ciudades se destruían unas a otras, porque el Señor los aterraba con toda clase de calamidades. Pero ustedes sean valientes y no se desanimen, porque sus trabajos tendrán una recompensa.»

Cuando Asá oyó este mensaje del profeta, se armó de valor y eliminó los repugnantes ídolos de todo el territorio de Judá y Benjamín y de las ciudades que había conquistado en la montaña de Efraín, y reparó el altar del Señor que estaba frente al vestíbulo del templo del Señor. Después reunió a todo Judá y Benjamín, más los forasteros que había con ellos procedentes de Efraín, Manasés y Simeón, pues muchos de Israel se habían pasado al lado de Asá, al ver que el Señor su Dios estaba con él.

10 Se juntaron en Jerusalén en el mes tercero del año quince del reinado de Asá, 11 y ofrecieron en sacrificio al Señor, en ese día, setecientas reses y siete mil ovejas, de las que habían quitado a los enemigos. 12 Luego se comprometieron solemnemente a buscar de todo corazón al Señor, el Dios de sus antepasados. 13 Y prometieron que cualquiera que no quisiera buscar al Señor, Dios de Israel, fuera mayor o menor, hombre o mujer, sería condenado a muerte. 14 Hicieron el juramento al Señor en alta voz y con gritos de alegría y al son de trompetas y cuernos. 15 Todo Judá se alegró por el juramento que habían hecho, pues juraron de todo corazón, y con toda su voluntad habían buscado al Señor, y él se había dejado encontrar de ellos y les había concedido paz con todos sus vecinos.

16 Además, el rey Asá quitó la categoría de reina madre a Maacá, su abuela, porque había mandado hacer una imagen de Aserá. Asá destruyó aquella imagen; la hizo pedazos y la quemó en el arroyo Cedrón. 17 Y aunque no se quitaron de Israel los santuarios en lugares altos, Asá permaneció siempre fiel, 18 y puso en el templo de Dios todo el oro y la plata que tanto él como su padre habían dedicado al Señor. 19 Y no hubo guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asá.

Pacto de Asá con Ben-hadad(B)

16 Pero en el año treinta y seis del reinado de Asá, el rey de Israel, Baasá, fue a atacar a Judá, y fortificó Ramá para cortarle toda comunicación al rey de Judá. Entonces Asá sacó el oro y la plata de los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que tenía su residencia en Damasco. También le envió este mensaje: «Hagamos tú y yo un pacto, como hicieron nuestros padres. Aquí te envío oro y plata. Rompe el pacto que tienes con Baasá, rey de Israel, y así me dejará en paz.»

Ben-hadad aceptó la proposición del rey Asá, y envió a los jefes de sus tropas a atacar las ciudades de Israel. Así conquistaron Iión, Dan, Abel-maim y todas las ciudades de Neftalí que servían de almacenes. Cuando Baasá lo supo, dejó de fortificar Ramá, suspendiendo sus trabajos. Entonces el rey Asá tomó consigo a todo Judá, y se llevaron de Ramá las piedras y la madera que Baasá había usado para fortificarla, y con ellas fortificó Guebá y Mispá.

Por aquel tiempo fue el profeta Hananí a visitar a Asá, rey de Judá, y a decirle: «El ejército del rey de Siria se te ha escapado de las manos, porque te apoyaste en el rey de Siria y no en el Señor tu Dios. ¿No formaban los etiopes y los libios un ejército sumamente poderoso, con muchísima caballería y carros de combate? Sin embargo, el Señor los entregó en tus manos porque te apoyaste en él. Pues el Señor está atento a lo que ocurre en todo el mundo, para dar fuerza a los que confían sinceramente en él. ¡En esto has actuado como un tonto! Porque de ahora en adelante tendrás más guerras.»

10 Entonces Asá se enfureció de tal manera contra el profeta, que lo mandó encarcelar. También en ese tiempo trató brutalmente a algunos del pueblo.

Muerte de Asá(C)

11 La historia de Asá, desde el principio hasta el fin, está escrita en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asá enfermó gravemente de los pies; pero en su enfermedad no recurrió al Señor, sino a los médicos. 13 Murió en el año cuarenta y uno de su reinado, 14 y lo enterraron en el sepulcro que había mandado hacer en la Ciudad de David. Lo colocaron en una camilla llena de perfumes y de toda clase de sustancias aromáticas hábilmente preparadas. Luego encendieron en su honor una enorme hoguera.

Reinado de Josafat

17 En lugar de Asá reinó su hijo Josafat, quien se mostró fuerte en Israel. Puso tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá, y destacamentos en todo el territorio de Judá y en las ciudades de Efraín que Asá, su padre, había conquistado.

El Señor estuvo con Josafat, porque procedió como David, su antepasado, lo había hecho al principio. No sirvió a las diversas representaciones de Baal, sino al Dios de su padre, cumpliendo sus mandamientos, sin seguir el ejemplo de la gente de Israel. Por eso, el Señor consolidó bajo su mando el reino. Todo Judá le hacía regalos, y llegó a tener grandes riquezas y honores. Siguió con orgullo el camino trazado por el Señor, y una vez más quitó de Judá los santuarios en lugares altos y las representaciones de Aserá.

En el tercer año de su reinado envió a sus funcionarios Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para enseñar en las ciudades de Judá, y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías. Los acompañaban los sacerdotes Elisamá y Joram. Los envió para que, con el libro de la ley del Señor, enseñaran a la gente de Judá. Y ellos recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.

10 Entre tanto, todos los reinos de los países que rodeaban a Judá sentían tal miedo al Señor que no se atrevían a pelear contra Josafat. 11 Al contrario, algunos de los filisteos traían regalos y plata como tributo a Josafat, y los árabes le llevaron siete mil setecientos carneros e igual cantidad de chivos.

12 Josafat, pues, se fue haciendo sumamente poderoso. Construyó en Judá fortalezas y ciudades para almacenes, 13 y tuvo muchas propiedades en las ciudades de Judá. Tuvo también soldados muy valientes en Jerusalén, 14 cuya lista, según su registro por familias, es la siguiente:

Por Judá, como comandante de los jefes de batallón, estaba Adná con trescientos mil soldados. 15 Junto a éste estaba el jefe Johanán con doscientos ochenta mil soldados, 16 y junto a él Amasías, hijo de Zicrí, que se había ofrecido voluntariamente para servir al Señor, con doscientos mil valientes soldados.

17 Por Benjamín estaba Eliadá, un valiente guerrero, con doscientos mil hombres armados con arcos y escudos, 18 y junto a él Jozabad con ciento ochenta mil hombres en pie de guerra.

19 Éstos estaban al servicio del rey, sin contar los que el rey había destinado a las ciudades fortificadas de todo Judá.

Reformas religiosas de Asa

(1 R. 15.13-15)

15 Vino el Espíritu de Dios sobre Azarías hijo de Obed, y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará. Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote que enseñara, y sin ley; pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos. En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitantes de las tierras. Y una gente destruía a otra, y una ciudad a otra ciudad; porque Dios los turbó con toda clase de calamidades. Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra.

Cuando oyó Asa las palabras y la profecía del profeta Azarías hijo de Obed, cobró ánimo, y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que él había tomado en la parte montañosa de Efraín; y reparó el altar de Jehová que estaba delante del pórtico de Jehová. Después reunió a todo Judá y Benjamín, y con ellos los forasteros de Efraín, de Manasés y de Simeón; porque muchos de Israel se habían pasado a él, viendo que Jehová su Dios estaba con él. 10 Se reunieron, pues, en Jerusalén, en el mes tercero del año decimoquinto del reinado de Asa. 11 Y en aquel mismo día sacrificaron para Jehová, del botín que habían traído, setecientos bueyes y siete mil ovejas. 12 Entonces prometieron solemnemente que buscarían a Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma; 13 y que cualquiera que no buscase a Jehová el Dios de Israel, muriese, grande o pequeño, hombre o mujer. 14 Y juraron a Jehová con gran voz y júbilo, al son de trompetas y de bocinas. 15 Todos los de Judá se alegraron de este juramento; porque de todo su corazón lo juraban, y de toda su voluntad lo buscaban, y fue hallado de ellos; y Jehová les dio paz por todas partes.

16 Y aun a Maaca madre del rey Asa, él mismo la depuso de su dignidad, porque había hecho una imagen de Asera; y Asa destruyó la imagen, y la desmenuzó, y la quemó junto al torrente de Cedrón. 17 Con todo esto, los lugares altos no eran quitados de Israel, aunque el corazón de Asa fue perfecto en todos sus días. 18 Y trajo a la casa de Dios lo que su padre había dedicado, y lo que él había consagrado, plata, oro y utensilios. 19 Y no hubo más guerra hasta los treinta y cinco años del reinado de Asa.

Alianza de Asa con Ben-adad

(1 R. 15.16-22)

16 En el año treinta y seis del reinado de Asa, subió Baasa rey de Israel contra Judá, y fortificó a Ramá, para no dejar salir ni entrar a ninguno al rey Asa, rey de Judá. Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo: Haya alianza entre tú y yo, como la hubo entre tu padre y mi padre; he aquí yo te he enviado plata y oro, para que vengas y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de Israel, a fin de que se retire de mí. Y consintió Ben-adad con el rey Asa, y envió los capitanes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel; y conquistaron Ijón, Dan, Abel-maim y las ciudades de aprovisionamiento de Neftalí. Oyendo esto Baasa, cesó de edificar a Ramá, y abandonó su obra. Entonces el rey Asa tomó a todo Judá, y se llevaron de Ramá la piedra y la madera con que Baasa edificaba, y con ellas edificó a Geba y a Mizpa.

En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos. Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti. 10 Entonces se enojó Asa contra el vidente y lo echó en la cárcel, porque se encolerizó grandemente a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo.

Muerte de Asa

(1 R. 15.23-24)

11 Mas he aquí los hechos de Asa, primeros y postreros, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos. 13 Y durmió Asa con sus padres, y murió en el año cuarenta y uno de su reinado. 14 Y lo sepultaron en los sepulcros que él había hecho para sí en la ciudad de David; y lo pusieron en un ataúd, el cual llenaron de perfumes y diversas especias aromáticas, preparadas por expertos perfumistas; e hicieron un gran fuego en su honor.

Reinado de Josafat

17 Reinó en su lugar Josafat su hijo, el cual se hizo fuerte contra Israel. Puso ejércitos en todas las ciudades fortificadas de Judá, y colocó gente de guarnición en tierra de Judá, y asimismo en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado. Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. Jehová, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia. Y se animó su corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá.

Al tercer año de su reinado envió sus príncipes Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñasen en las ciudades de Judá; y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías; y con ellos a los sacerdotes Elisama y Joram. Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de Jehová, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.

10 Y cayó el pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no osaron hacer guerra contra Josafat. 11 Y traían de los filisteos presentes a Josafat, y tributos de plata. Los árabes también le trajeron ganados, siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos. 12 Iba, pues, Josafat engrandeciéndose mucho; y edificó en Judá fortalezas y ciudades de aprovisionamiento. 13 Tuvo muchas provisiones en las ciudades de Judá, y hombres de guerra muy valientes en Jerusalén. 14 Y este es el número de ellos según sus casas paternas: de los jefes de los millares de Judá, el general Adnas, y con él trescientos mil hombres muy esforzados. 15 Después de él, el jefe Johanán, y con él doscientos ochenta mil. 16 Tras este, Amasías hijo de Zicri, el cual se había ofrecido voluntariamente a Jehová, y con él doscientos mil hombres valientes. 17 De Benjamín, Eliada, hombre muy valeroso, y con él doscientos mil armados de arco y escudo. 18 Tras este, Jozabad, y con él ciento ochenta mil dispuestos para la guerra. 19 Estos eran siervos del rey, sin los que el rey había puesto en las ciudades fortificadas en todo Judá.

Reformas de Asá(A)

15 El Espíritu de Dios vino sobre Azarías, hijo de Oded, y este salió al encuentro de Asá y dijo: «Asá, y gente de Judá y de Benjamín, ¡escúchenme! El Señor estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él dejará que ustedes lo hallen; pero si lo abandonan, él los abandonará. Por mucho tiempo Israel estuvo sin el Dios verdadero y sin Ley, pues no había sacerdote que le enseñara. Pero cuando en su tribulación se volvieron al Señor, Dios de Israel, y lo buscaron, él les permitió que lo hallaran. En aquellos tiempos no había seguridad para ningún viajero, sino que los habitantes de todos los países sufrían grandes calamidades. Las naciones y las ciudades se destrozaban unas a otras, porque Dios las castigaba con toda clase de calamidades. Pero ustedes, ¡manténganse firmes y no bajen la guardia, porque sus obras serán recompensadas!».

Cuando Asá oyó este mensaje del profeta Azarías, hijo de Oded,[a] se animó a eliminar los detestables ídolos que había en todo el territorio de Judá y Benjamín y en las ciudades que había conquistado en los montes de Efraín. Además, restauró el altar del Señor que estaba frente al atrio del Templo del Señor.

Después convocó a los habitantes de Judá y de Benjamín, como también a los de Efraín, Manasés y Simeón que vivían entre ellos, pues muchos israelitas se habían unido a Asá, al ver que el Señor su Dios estaba con él.

10 Se reunieron en Jerusalén en el mes tercero del año quince del reinado de Asá. 11 Ese día ofrecieron al Señor setecientos bueyes y siete mil ovejas del botín que habían tomado. 12 Luego hicieron un pacto, mediante el cual se comprometieron a buscar de todo corazón y con toda el alma al Señor, Dios de sus antepasados. 13 Al que no buscara al Señor, Dios de Israel, se le castigaría con la muerte, fuera grande o pequeño, hombre o mujer. 14 Así lo juraron ante el Señor a voz en cuello y en medio de gritos y toques de trompetas y de clarines. 15 Todos los de Judá se alegraron de haber hecho este juramento, porque lo habían hecho de todo corazón y habían buscado al Señor con voluntad sincera, y él se había dejado hallar por ellos y les había concedido vivir con seguridad entre las naciones vecinas.

16 Además, el rey Asá destituyó a su abuela Macá de su puesto como reina madre, porque ella había hecho una imagen repulsiva de la diosa Aserá. Asá derribó la imagen, la redujo a polvo y la quemó en el arroyo de Cedrón. 17 Aunque no quitó de Israel los altares paganos, Asá se mantuvo siempre fiel al Señor.[b] 18 Llevó al Templo de Dios la plata, el oro y los utensilios que él y su padre habían consagrado.

19 Durante los primeros treinta y cinco años del reinado de Asá no hubo guerra.

Pacto de Asá con Ben Adad(B)(C)

16 En el año treinta y seis del reinado de Asá, Basá, rey de Israel, atacó a Judá y fortificó Ramá para aislar totalmente a Asá, rey de Judá.

Entonces Asá sacó plata y oro de los tesoros del Templo del Señor y del palacio real, y se los envió a Ben Adad, rey de Aram, que gobernaba en Damasco. También le envió este mensaje: «Hagamos un pacto tú y yo, como el que hicieron tu padre y el mío. Aquí te envío oro y plata. Anula tu pacto con Basá, rey de Israel, para que se marche de aquí».

Ben Adad estuvo de acuerdo con el rey Asá y envió a los comandantes de su ejército para que atacaran las ciudades de Israel. Así conquistaron Iyón, Dan y Abel Mayin, además de todos los lugares de almacenamiento que había en las ciudades de Neftalí. Cuando Basá se enteró, dejó de fortificar Ramá. Entonces el rey Asá movilizó a todo Judá y se llevó de Ramá las piedras y la madera con que había estado fortificando aquella ciudad y fortificó más bien Gueba y Mizpa.

En esa ocasión el vidente Jananí se presentó ante Asá, rey de Judá, y le dijo: «Por cuanto pusiste tu confianza en el rey de Aram en vez de confiar en el Señor tu Dios, el ejército arameo se te ha escapado de las manos. ¿Acaso los cusitas y los libios no formaban un ejército numeroso y tenían muchos carros de combate y caballos? Sin embargo, el Señor los entregó en tus manos, porque en esa ocasión tú confiaste en él. El Señor recorre con su mirada toda la tierra y está listo para ayudar a quienes le son fieles.[c] De ahora en adelante tendrás guerras, pues actuaste como un necio».

10 Asá se enfureció contra el vidente por lo que este le dijo y lo mandó encarcelar. Al mismo tiempo, Asá oprimió también a una parte del pueblo.

11 Los hechos de Asá, desde el primero hasta el último, están escritos en el libro de los reyes de Judá e Israel. 12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asá se enfermó de los pies; y aunque su enfermedad era grave, no buscó al Señor, sino que recurrió a los médicos. 13 En el año cuarenta y uno de su reinado, Asá murió y fue sepultado con sus antepasados. 14 Lo sepultaron en la tumba que él había mandado cavar en la Ciudad de David, y lo colocaron sobre un lecho lleno de perfumes y diversas clases de especias aromáticas, muy bien preparadas. En su honor encendieron una enorme hoguera.

Josafat, rey de Judá

17 Al rey Asá lo sucedió en el trono su hijo Josafat, quien se impuso a la fuerza sobre Israel. Colocó tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá y guarniciones en el territorio de Judá y en las ciudades de Efraín que su padre Asá había conquistado.

El Señor estuvo con Josafat porque siguió el ejemplo inicial de su padre,[d] pues no buscó a los baales, sino al Dios de su padre, obedeció los mandamientos de Dios y no siguió las prácticas de los israelitas. Por eso el Señor afirmó el reino en sus manos. Todo Judá le llevaba regalos y llegó a tener muchas riquezas y recibió muchos honores. Dedicó su corazón a los caminos del Señor; hasta quitó de Judá los altares paganos y las imágenes de la diosa Aserá.

En el año tercero de su reinado, Josafat envió a sus oficiales Ben Jayil, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías para que instruyeran a la gente en las ciudades de Judá. Con ellos fueron los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías; también los sacerdotes Elisama y Jorán. Llevaron consigo el libro de la Ley del Señor para instruir a los habitantes de Judá. Así que recorrieron todas las ciudades de Judá, enseñando al pueblo.

10 Todos los reinos de las naciones vecinas de Judá sintieron un miedo profundo hacia el Señor y no se atrevieron a declararle la guerra a Josafat. 11 Aun algunos filisteos llevaron a Josafat, como tributo, regalos y plata. Los árabes también le llevaron siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos.

12 Josafat se hizo cada vez más poderoso. Construyó en Judá fortalezas y lugares de almacenamiento, 13 y tenía muchas provisiones en las ciudades. En Jerusalén contaba con un regimiento de soldados muy valientes, 14 cuyo registro, según sus familias patriarcales, es el siguiente:

Comandantes de mil soldados en Judá:

Adnás, comandante al frente de trescientos mil soldados.

15 Le seguía Johanán, comandante al frente de doscientos ochenta mil soldados;

16 junto a este, Amasías, hijo de Zicrí, que se ofreció voluntariamente para servir al Señor y estaba al frente de doscientos mil soldados.

17 De Benjamín:

Eliadá, guerrero valiente, al frente de doscientos mil soldados que portaban arcos y escudos.

18 Le seguía Jozabad, al frente de ciento ochenta mil soldados adiestrados para la guerra.

19 Todos ellos estaban al servicio del rey, sin contar los que este había destinado para las ciudades fortificadas de todo Judá.

Notas al pie

  1. 15:8 Azarías, hijo de Oded (ms. de LXX y Vulgata); Oded (TM).
  2. 15:17 Asá … Señor. Lit. el corazón de Asá fue perfecto con el Señor todos sus días.
  3. 16:9 quienes le son fieles. Lit. los de corazón íntegro para él.
  4. 17:3 de su padre (mss. hebreos y LXX); de su padre David (TM).

Asá es fiel a Dios (1 R 15.11-15)

15 1-6 El espíritu de Dios le dio al profeta Azarías hijo de Oded un mensaje para el rey Asá, el cual decía:

«¡Tú, Asá, y ustedes, tribus de Judá y de Benjamín, pongan atención! Hace mucho tiempo, Israel había dejado de adorar al Dios verdadero, y no tuvo sacerdotes que le enseñasen su ley. En esos días, Dios castigaba a los pueblos con toda clase de angustias. Por todas partes, la gente vivía con mucha inseguridad y temor. Había guerras entre los pueblos y entre las ciudades; nadie estaba tranquilo.

»Aun así, cuando nuestra gente estaba angustiada, se arrepentía y se acercaba a nuestro Dios. Él siempre los recibía. Por eso ahora les digo: Si ustedes le son fieles, él estará siempre con ustedes; cuando lo necesiten, podrán encontrarlo; pero si ustedes lo abandonan, él también los abandonará. ¡Sean valientes, no dejen de obedecer a Dios, y él les dará su recompensa!»

Cuando Asá escuchó al profeta, tuvo el valor de destruir los horribles ídolos que había en todo el territorio de Judá y de Benjamín, y en las ciudades que había conquistado en la montaña de Efraín. Al mismo tiempo, reparó el altar de Dios que estaba frente a la entrada del templo.

Después Asá mandó llamar a toda la gente de las tribus de Judá y de Benjamín. Y como en su territorio vivían muchos de las tribus de Efraín, de Manasés y de Simeón, también ellos respondieron al llamado del rey. Éstos se habían unido a Asá porque se dieron cuenta de que Dios lo ayudaba en todo.

10 El mes de Siván[a] del año quince del reinado de Asá llegaron todos a Jerusalén, 11 y ese día le ofrendaron a Dios setecientas reses y siete mil ovejas, que antes le habían quitado a sus enemigos.

12-15 Fue entonces cuando hicieron un pacto y juraron en voz alta que con toda sinceridad se esforzarían en obedecer solamente al Dios de sus antepasados. También prometieron que quien no lo hiciera sería condenado a muerte, sin importar su edad o sexo.

Cuando terminaron el juramento, todo el pueblo de Judá se llenó de alegría. Festejaron con gritos de gozo y música de trompetas y cuernos, pues Dios los había aceptado. Y como Dios vio que el pueblo había sido sincero, los bendijo y les permitió vivir en paz con todos los pueblos vecinos.

16 Asá le quitó a su abuela Maacá su autoridad de reina madre, porque ella había hecho una imagen de la diosa Astarté. El rey Asá destruyó esa imagen y la quemó en el arroyo de Cedrón. 17 Y aunque no todos los pequeños templos de las colinas se destruyeron, Asá fue fiel a Dios durante toda su vida. 18 También llevó al templo todos los objetos de oro y plata que tanto él como su padre le habían prometido a Dios. 19 Y no hubo guerras hasta el año treinta y cinco del reinado de Asá.

Guerra entre Asá y Baasá (1 R 15.16-22)

16 Pero al año siguiente, Baasá, el rey de Israel, fue a atacar a Asá, rey de Judá,[b] y lo primero que hizo fue conquistar la ciudad de Ramá. Enseguida comenzó a convertir a esa ciudad en una fortaleza, y puso en ella soldados, porque desde allí podía impedir que cualquiera entrara o saliera del territorio gobernado por Asá.

Entonces Asá tomó toda la plata y el oro que había en los tesoros del templo y del palacio del rey, y se los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que vivía en la ciudad de Damasco. Además le envió este mensaje: «Hagamos un pacto tú y yo, como lo hicieron tu padre y el mío. Yo te envío plata y oro a cambio de que rompas el pacto que hiciste con Baasá, para que deje de atacarme».

Ben-hadad estuvo de acuerdo y envió a los jefes de su ejército a pelear contra las ciudades de Israel. Así conquistó las ciudades de Iión, Dan, Abel-maim, y todas las ciudades de Neftalí en las que se almacenaban alimentos.

Cuando el rey Baasá se enteró de esto, dejó de fortificar Ramá. Entonces el rey Asá le ordenó a todos los de Judá que se llevaran las piedras y la madera que Baasá había usado para fortificar la ciudad de Ramá. Con ese material, el rey Asá fortaleció las ciudades de Gueba y Mispá.

Los pecados de Asá

7-9 Pero en esos días el profeta Hananí fue a hablar con Asá, rey de Judá, y lo reprendió así:

«Nuestro Dios vigila todo el mundo, y siempre está dispuesto a ayudar a quienes lo obedecen y confían en él. Acuérdate de que, gracias a tu confianza en Dios, pudiste derrotar a los etíopes y a los libios, a pesar de que ellos tenían un ejército mucho más poderoso que el tuyo.

»Sin embargo, ahora pusiste tu confianza en el rey de Siria y no en tu Dios; por eso, nunca podrás vencer al ejército sirio. Fuiste muy tonto, y ahora vivirás en guerra toda tu vida».

10 Al oír esto, Asá se enojó tanto contra el profeta que lo encerró en la cárcel. También maltrató con crueldad a varios de los habitantes de la ciudad.

Muerte de Asá (1 R 15.23-24)

11 La historia de Asá, de principio a fin, está escrita en el libro de la historia de los reyes de Judá y de Israel.

12 A los treinta y nueve años de su reinado, Asá enfermó gravemente de los pies. Sin embargo, tuvo más confianza en los médicos que en la ayuda que Dios podía brindarle.

13 En el año cuarenta y uno de su reinado, Asá murió. 14 Lo pusieron sobre una camilla, con toda clase de perfumes. Luego encendieron en su honor una gran hoguera, y lo enterraron en la tumba que él mismo había mandado hacer en la Ciudad de David, donde estaban enterrados sus antepasados.

Josafat, rey de Judá

17 1-9 En lugar de Asá reinó su hijo Josafat. Dios ayudó a Josafat porque se comportó como antes lo había hecho David, su antepasado. Josafat no adoró a las imágenes del dios Baal; además tuvo el valor de quitar, de todo el territorio de Judá, los pequeños templos de las colinas, que se usaban para adorar ídolos, y destruyó las imágenes de la diosa Astarté.

Josafat obedeció a Dios, al igual que su padre, pues no siguió el ejemplo de los reyes de Israel. Por el contrario, cuando ya llevaba tres años de gobernar, envió a los oficiales más importantes de su reino a enseñar la ley de Dios a todo el pueblo.

Y ellos así lo hicieron: recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando acerca del libro de la Ley. Éstos son los nombres de los oficiales que envió el rey:

Ben-hail,

Abdías,

Zacarías,

Natanael,

Micaías.

Con ellos iban los siguientes ayudantes de los sacerdotes:

Semaías,

Netanías,

Zebadías,

Asael,

Semiramot,

Jonatán,

Adonías,

Tobías,

Tobadonías.

También los acompañaban los sacerdotes Elisamá y Joram.

En respuesta, Dios le permitió al rey Josafat tener bajo su control a todo su reino, y logró fortalecer sus ciudades para resistir cualquier ataque de Israel. El rey puso jefes del ejército y tropas en todo el territorio de Judá y en sus ciudades fortificadas, y en las ciudades que Asá había conquistado en el territorio de Efraín.

Además, toda la gente de Judá le hacía regalos. Por eso Josafat llegó a ser muy rico y estimado. 10 Y como todos los países vecinos de Judá le tenían miedo a Dios, no se atrevían a pelear contra Josafat. 11 Por el contrario, para estar en paz con Josafat, algunos de los filisteos le llevaban plata y otros regalos. De la misma manera, los árabes le llevaron siete mil setecientos carneros y la misma cantidad de chivos.

12 Josafat se hacía cada vez más poderoso; construyó en el territorio de Judá fortalezas y ciudades para almacenar alimentos, 13 y llegó a poseer muchas propiedades en las ciudades de Judá. Además, tenía en Jerusalén una guardia de soldados muy valientes. 14 Ésta es la lista de los jefes de esos soldados, de acuerdo a la tribu a la que pertenecían.

De la tribu de Judá:

Adná, jefe principal de trescientos mil soldados.

15 Johanán, jefe de doscientos ochenta mil soldados.

16 Amasías hijo de Zicrí, que servía voluntariamente a Dios, jefe de doscientos mil soldados.

17 De la tribu de Benjamín:

Eliadá, jefe de doscientos mil hombres armados con arcos y escudos.

18 Jozabad, jefe de ciento ochenta mil hombres listos para la guerra.

19 Todos estos hombres estaban bajo las órdenes del rey, al igual que los valientes soldados que el rey había enviado a proteger las fortalezas y ciudades por todo el territorio de Judá.

Notas al pie

  1. 2 Crónicas 15:10 Siván: Tercer mes del calendario lunar judío. En nuestro calendario solar corresponde al período que va de mediados de mayo a mediados de junio.
  2. 2 Crónicas 16:1 Judá: En esta época el territorio de Israel estaba dividido en dos reinos: el de Israel, al norte, y el de Judá, al sur.

Reformas religiosas de Asa

15 Y el Espíritu de Dios vino sobre(A) Azarías, hijo de Oded, y salió al encuentro[a] de Asa y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: el Señor estará con vosotros(B) mientras vosotros estéis con Él. Y si le buscáis, se dejará encontrar por vosotros(C); pero si le abandonáis, os abandonará. Y por muchos días Israel estuvo sin el Dios verdadero(D), y sin sacerdote que enseñara, y sin ley(E). Pero en su angustia se volvieron al Señor, Dios de Israel, y le buscaron, y Él se dejó encontrar por ellos(F). Y en aquellos tiempos no había paz para el que salía ni para el que entraba(G), sino muchas tribulaciones sobre todos los habitantes de las tierras. Y era destruida nación por nación, y ciudad por ciudad, porque Dios los afligió con toda clase de adversidades(H). Mas vosotros, esforzaos y no desmayéis[b](I), porque hay recompensa por vuestra obra(J).

Y cuando Asa oyó estas palabras y la profecía del profeta Azarías, hijo de Oded[c], se animó y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que había conquistado en la región montañosa de Efraín(K). Entonces restauró el altar del Señor que estaba delante del pórtico del Señor(L). Y reunió a todo Judá y Benjamín y a los de Efraín, Manasés y Simeón que residían con ellos, porque muchos de Israel se pasaron a él cuando vieron que el Señor su Dios estaba con él(M). 10 Se reunieron, pues, en Jerusalén en el tercer mes del año quince del reinado de Asa. 11 Y aquel día sacrificaron al Señor setecientos bueyes y siete mil ovejas del botín que habían traído(N). 12 E hicieron[d] pacto para buscar al Señor(O), Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma; 13 y que todo el que no buscara al Señor, Dios de Israel, moriría, ya fuera pequeño o grande, hombre o mujer(P). 14 Además, lo juraron al Señor con gran voz, con gritos, con trompetas y con cuernos. 15 Y todo Judá se alegró en cuanto al juramento, porque habían jurado de todo corazón y le habían buscado sinceramente[e], y Él se dejó encontrar por ellos. Y el Señor les dio tranquilidad por todas partes(Q).

16 (R)Y él también depuso a Maaca, su madre[f], de ser reina madre, porque ella había hecho una horrible imagen de[g] Asera, y Asa derribó la[h] horrible imagen(S), la hizo pedazos(T) y la quemó junto al torrente Cedrón. 17 Pero los lugares altos no fueron quitados de Israel; sin embargo, el corazón de Asa fue intachable todos sus días. 18 Y trajo a la casa de Dios las cosas consagradas por su padre y sus propias cosas consagradas: plata, oro y utensilios. 19 Y no hubo más guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asa.

Guerra entre Asa y Baasa

16 (U)En el año treinta y seis del reinado de Asa, subió Baasa, rey de Israel, contra Judá y fortificó[i] Ramá para prevenir que nadie saliera o entrara en ayuda de Asa, rey de Judá. Entonces Asa sacó plata y oro de los tesoros de la casa del Señor y de la casa del rey, y los envió a Ben-adad, rey de Aram, que habitaba en Damasco, diciendo: Haya alianza entre tú y yo, como hubo entre mi padre y tu padre. He aquí, te he enviado plata y oro; ve, rompe tu alianza con Baasa, rey de Israel, para que se aparte de mí. Y escuchó Ben-adad al rey Asa y envió a los comandantes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel, y conquistaron[j] Ijón, Dan, Bel-maim y todas las ciudades de almacenaje[k](V) de Neftalí. Y sucedió que cuando Baasa lo oyó, dejó de fortificar[l] Ramá, y abandonó su obra. Entonces el rey Asa trajo a todo Judá, y se llevaron las piedras de Ramá y la madera con que Baasa había estado edificando, y con ellas fortificó[m] Geba y Mizpa.

En aquel tiempo el vidente Hananí(W) vino a Asa, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Aram y no te has apoyado en el Señor tu Dios(X), por eso el ejército del rey de Aram ha escapado de tu mano. ¿No eran los etíopes y los libios un ejército numeroso con muchísimos carros(Y) y hombres de a caballo(Z)? Sin embargo, porque te apoyaste en el Señor, Él los entregó en tu mano(AA). Porque los ojos del Señor recorren toda la tierra(AB) para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente suyo(AC). Tú has obrado neciamente en esto. Ciertamente, desde ahora habrá guerras contra ti. 10 Entonces Asa se irritó contra el vidente y lo metió en la cárcel[n], porque estaba enojado contra él por esto. Y por ese tiempo, Asa oprimió a algunos del pueblo.

11 (AD)Los hechos de Asa, los primeros y los postreros, he aquí, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asa se enfermó de los pies. Su enfermedad era grave, pero aun en su enfermedad no buscó al Señor, sino a los médicos(AE). 13 Y Asa durmió con sus padres. Murió el año cuarenta y uno de su reinado. 14 Y lo sepultaron en el sepulcro que él había excavado para sí en la ciudad de David, y lo pusieron sobre el lecho que él había llenado de especias de varias clases, mezcladas según el arte de los perfumistas(AF); y le encendieron una hoguera muy grande(AG).

Reinado de Josafat

17 Entonces su hijo Josafat reinó en su lugar(AH), y afirmó su dominio sobre Israel. Puso tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá(AI), y puso guarniciones en la tierra de Judá y en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado(AJ). Y el Señor estuvo con Josafat porque anduvo en los primeros caminos de su padre David y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, anduvo en sus mandamientos y no hizo como Israel(AK). El Señor, pues, afirmó el reino bajo su mano; y todo Judá trajo tributo a Josafat, y tuvo grandes riquezas y honores(AL). Y su corazón se entusiasmó[o] en los caminos del Señor, y además quitó de Judá los lugares altos(AM) y las Aseras.

En el año tercero de su reinado envió a sus oficiales Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñaran(AN) en las ciudades de Judá; y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías, levitas todos; y con estos a los sacerdotes Elisama y Joram(AO). Ellos enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley del Señor(AP); y recorrieron todas las ciudades de Judá y enseñaron al[p] pueblo.

10 Y el terror del Señor vino sobre todos los reinos de las tierras(AQ) que estaban alrededor de Judá, y no hicieron guerra contra Josafat. 11 Y algunos de los filisteos trajeron presentes y plata como tributo(AR) a Josafat; también los árabes le trajeron rebaños: siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos. 12 Josafat se engrandecía más y más, y edificó fortalezas y ciudades de almacenaje en Judá. 13 Y tenía muchas provisiones en las ciudades de Judá, y hombres de guerra, valientes guerreros, en Jerusalén. 14 Este era su número según sus casas paternas: de Judá, de los comandantes de millares, Adnas era el comandante, y con él trescientos mil valientes guerreros; 15 después de él estaba el comandante Johanán, y con él doscientos ochenta mil; 16 y tras este, Amasías, hijo de Zicri, que se ofreció voluntariamente al Señor(AS), y con él doscientos mil valientes guerreros; 17 y de Benjamín, Eliada, un valiente guerrero, y con él doscientos mil armados de arco y escudo; 18 y después de este, Jozabad, y con él ciento ochenta mil armados para la guerra. 19 Estos son los que sirvieron al rey, sin contar los que el rey puso en las ciudades fortificadas por todo Judá(AT).

Notas al pie

  1. 2 Crónicas 15:2 Lit., delante
  2. 2 Crónicas 15:7 Lit., dejéis caer vuestras manos
  3. 2 Crónicas 15:8 Así en algunas versiones antiguas; en heb., la profecía de Oded el profeta
  4. 2 Crónicas 15:12 Lit., Entraron en el
  5. 2 Crónicas 15:15 Lit., con todo su deseo
  6. 2 Crónicas 15:16 Lit., madre del rey Asa
  7. 2 Crónicas 15:16 O, para
  8. 2 Crónicas 15:16 Lit., su
  9. 2 Crónicas 16:1 Lit., edificó
  10. 2 Crónicas 16:4 Lit., hirieron
  11. 2 Crónicas 16:4 Lit., lugares de almacenaje de las ciudades
  12. 2 Crónicas 16:5 Lit., edificar
  13. 2 Crónicas 16:6 Lit., edificó
  14. 2 Crónicas 16:10 Lit., la casa de los cepos
  15. 2 Crónicas 17:6 Lit., se exaltó
  16. 2 Crónicas 17:9 Lit., entre el