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Reinado de Ezequías(A)

29 Ezequías empezó a reinar cuando tenía veinticinco años de edad, y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre se llamaba Abí, y era hija de Zacarías. Los hechos de Ezequías fueron rectos a los ojos del Señor, como todos los de su antepasado David. Él fue quien en el mes primero del primer año de su reinado abrió las puertas del templo del Señor, y las reparó. Luego llamó a los sacerdotes y levitas, los reunió en la plaza oriental y les dijo: «Levitas, escúchenme: purifíquense ahora, y purifiquen también el templo del Señor, Dios de sus antepasados. Saquen del santuario todo lo que sea impuro. Porque nuestros antepasados fueron infieles, sus actos fueron malos a los ojos del Señor nuestro Dios, y lo abandonaron. Apartaron su vista y despreciaron el lugar donde reside el Señor. Cerraron las puertas del vestíbulo, apagaron las lámparas, y dejaron de quemar incienso y de ofrecer holocaustos en el santuario al Dios de Israel. Por eso, el Señor se enojó con Judá y Jerusalén, y las dejó convertidas en algo que causaba terror y espanto, como lo han visto ustedes con sus propios ojos. Por eso, nuestros padres cayeron muertos en la guerra, y nuestros hijos e hijas y nuestras esposas fueron llevados prisioneros. 10 Así pues, he decidido hacer una alianza con el Señor, Dios de Israel, para que aparte su ira de nosotros. 11 Por consiguiente, hijos míos, no se den descanso, porque el Señor los ha escogido para que estén siempre a su disposición y le sirvan, y para que le ofrezcan incienso.»

12 Los levitas que inmediatamente empezaron a trabajar fueron los siguientes: de los descendientes de Quehat, Máhat hijo de Amasai y Joel hijo de Azarías; de los de Merarí, Quis hijo de Abdí y Azarías hijo de Jehaleel; de los de Guersón, Joah hijo de Zimá y Edén hijo de Joah; 13 de los de Elisafán, Simrí y Jehiel; de los de Asaf, Zacarías y Matanías; 14 de los de Hemán, Jehiel y Simí, y de los de Jedutún, Semaías y Uziel. 15 Primero reunieron a sus parientes y se purificaron todos; luego entraron en el templo para purificarlo, según la orden que el rey les había dado de acuerdo con el mandato del Señor.

16 Después penetraron los sacerdotes en el interior del templo para purificarlo. Sacaron al atrio del templo todas las cosas impuras que encontraron en el edificio interior, y los levitas las llevaron al arroyo Cedrón. 17 Comenzaron a hacer la purificación el día primero del primer mes, y para el día ocho del mes ya habían llegado al vestíbulo del templo del Señor. El resto del templo lo purificaron en otros ocho días, y para el día dieciséis ya habían terminado. 18 Después entraron en el palacio del rey Ezequías, y le dijeron: «Ya hemos purificado todo el templo: el altar de los holocaustos con todos sus utensilios, y la mesa para los panes consagrados con todos sus utensilios. 19 También hemos ordenado y purificado todos los utensilios que el rey Ahaz, durante su reinado, había desechado por causa de su infidelidad, y ahora están ya delante del altar del Señor.»

20 El rey Ezequías se levantó muy temprano, reunió a las autoridades de la ciudad y se fue al templo del Señor. 21 Llevaban siete becerros, siete carneros, siete corderos y siete cabritos, como ofrenda por el pecado a favor de la familia real, del templo y de Judá. El rey ordenó a los sacerdotes, descendientes de Aarón, que los ofrecieran en holocausto sobre el altar del Señor. 22 Los sacerdotes mataron los becerros, recogieron la sangre y rociaron con ella el altar. Luego hicieron lo mismo con los carneros, y también con los corderos.

23 Después llevaron los cabritos de la ofrenda por el pecado delante del rey y de la comunidad, y ellos pusieron las manos sobre los animales. 24 A continuación, los sacerdotes los mataron y derramaron su sangre sobre el altar como ofrenda por el pecado, para obtener el perdón de los pecados de todo Israel, pues el rey había ordenado que el holocausto se ofreciera por todo Israel.

25 Ezequías también puso en el templo del Señor levitas con platillos, salterios y cítaras, según la norma que David, y Gad, vidente al servicio del rey, y el profeta Natán habían dado. Porque aquella norma la había dado el Señor por medio de sus profetas.

26 Los levitas estaban de pie con los instrumentos musicales de David, y los sacerdotes con las trompetas. 27 Entonces Ezequías dispuso que se ofreciera el holocausto sobre el altar. Y en el momento de comenzar el holocausto, empezaron también los cantos en honor del Señor y el toque de las trompetas, acompañados por los instrumentos musicales del rey David. 28 La comunidad estaba de rodillas en actitud de adoración mientras el coro cantaba y los sacerdotes tocaban las trompetas. Todo esto duró hasta que se terminó el holocausto. 29 Cuando éste terminó, el rey y todos los que lo acompañaban se arrodillaron en actitud de adoración. 30 Después el rey Ezequías y las autoridades ordenaron a los levitas que alabaran al Señor con los salmos de David y del profeta Asaf. Y ellos lo hicieron con mucha alegría, y también se arrodillaron en actitud de adoración.

31 Luego Ezequías dijo a la gente: «Ya que ustedes se han consagrado ahora al Señor, acérquense y traigan sacrificios y ofrendas de acción de gracias para el templo del Señor.» Entonces la comunidad llevó sacrificios y ofrendas de acción de gracias, y los que tuvieron voluntad de hacerlo, ofrecieron holocaustos. 32 Los animales que llevó la comunidad para los holocaustos fueron setenta toros, cien carneros y doscientos corderos. Todo era para ofrecerlo al Señor como holocausto. 33 El total de animales que ofrecieron fue de seiscientas reses y tres mil cabezas de ganado menor.

34 Pero como había pocos sacerdotes, y no alcanzaban a quitarles la piel a todos los animales para los holocaustos, tuvieron que ayudarles sus hermanos, los levitas, a terminar la labor, hasta que los otros sacerdotes se purificaron; porque los levitas se habían mostrado mejor dispuestos a purificarse que los sacerdotes. 35 Además, había una gran cantidad de holocaustos que ofrecer, y la grasa de los sacrificios de reconciliación, y las ofrendas de vino que se hacían junto con los holocaustos.

De este modo se restableció el culto en el templo del Señor. 36 Y tanto Ezequías como todo el pueblo se alegraron de lo que Dios había hecho por el pueblo, pues todo había sucedido con gran rapidez.

Ezequías celebra la Pascua

30 Ezequías mandó avisar en todo Israel y Judá, y también envió cartas a Efraín y Manasés, para invitarlos a acudir al templo del Señor en Jerusalén a celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel. El rey, después de haber consultado con sus funcionarios y con toda la comunidad de Jerusalén, había decidido celebrar la Pascua en el segundo mes, ya que no había podido celebrarla a su debido tiempo porque no había bastantes sacerdotes que se hubieran purificado ni el pueblo se había reunido en Jerusalén. Y como tanto al rey como a toda la comunidad les había parecido buena la propuesta, decidieron hacer circular por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, la invitación a ir a celebrar en Jerusalén la Pascua del Señor, Dios de Israel. Porque antes no la habían celebrado con mucha asistencia, como estaba prescrito.

Así pues, salieron mensajeros por todo Israel y Judá con cartas del rey y de sus funcionarios para proclamar la orden real: «Israelitas: vuélvanse al Señor, Dios de Abraham, Isaac e Israel, y él se volverá a ustedes, el resto que ha escapado de las manos de los reyes de Asiria. No sean como sus antepasados y como sus hermanos, que por ser infieles al Señor, Dios de sus antepasados, él los entregó a la destrucción, como ustedes ven. Por consiguiente, no sean tercos como sus antepasados; extiendan la mano al Señor para renovar la alianza y vengan a su santuario, que él ha consagrado para siempre. Sirvan al Señor su Dios, y él dejará de estar enojado con ustedes. Si ustedes se vuelven al Señor, los enemigos que ahora tienen prisioneros a sus hermanos y a sus hijos tendrán compasión de ellos y los dejarán volver a este país, porque el Señor, el Dios de ustedes, es compasivo y misericordioso y no los rechazará a ustedes, si ustedes se vuelven a él.»

10 Los mensajeros recorrieron el territorio de Efraín y Manasés, yendo de ciudad en ciudad hasta llegar a Zabulón. Pero la gente se reía y se burlaba de ellos. 11 Sin embargo, algunos hombres de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón se humillaron ante Dios y acudieron a Jerusalén. 12 Dios también movió a la gente de Judá para que estuvieran de acuerdo en cumplir la orden del rey y de las autoridades, según lo mandado por el Señor.

13 Así pues, una multitud sumamente grande se reunió el segundo mes en Jerusalén para celebrar la fiesta de los panes sin levadura. 14 Empezaron por quitar todos los altares y lugares para quemar incienso que había en Jerusalén, y los echaron al arroyo Cedrón. 15 El día catorce del segundo mes mataron el cordero de la Pascua. Los sacerdotes y levitas, sintiendo vergüenza de sí mismos, se purificaron y llevaron al templo del Señor animales para los holocaustos. 16 Luego ocuparon sus puestos, según les está asignado en la ley de Moisés, hombre de Dios. Los sacerdotes rociaban la sangre que les entregaban los levitas. 17 Y como en la comunidad había muchos que no se habían purificado, los levitas tuvieron que matar para la Pascua los animales de todos aquellos que no se habían purificado, a fin de consagrarlos al Señor. 18 En efecto, un gran número de personas de Efraín, Manasés, Isacar y Zabulón participaron de la comida de la Pascua, pero no de acuerdo con lo prescrito, pues no se habían purificado. Pero Ezequías oró por ellos, diciendo: «Señor bondadoso, perdona a todos los de corazón sincero que te buscan a ti, 19 oh Señor, Dios de sus antepasados, aunque no se hayan purificado como lo requiere la santidad del templo.»

20 Y el Señor atendió la petición de Ezequías y perdonó al pueblo. 21 Así que, durante siete días, los israelitas que se encontraban en Jerusalén celebraron con mucha alegría la fiesta de los panes sin levadura. Y los sacerdotes y levitas estuvieron alabando diariamente al Señor con los imponentes instrumentos de música sagrada. 22 Ezequías felicitó a todos los levitas que habían demostrado sus excelentes disposiciones para el servicio del Señor.

Y después de haber participado de la comida de la fiesta durante siete días, de haber ofrecido sacrificios de reconciliación y de haber alabado al Señor, Dios de sus antepasados, 23 toda la comunidad decidió prolongar la fiesta por otros siete días, lo cual hicieron muy contentos; 24 porque Ezequías, rey de Judá, regaló a la comunidad mil becerros y siete mil ovejas, y por su parte las autoridades regalaron al pueblo mil becerros y diez mil ovejas. Muchos sacerdotes se purificaron. 25 Toda la comunidad de Judá se alegró, lo mismo que los sacerdotes, los levitas y toda la gente que había venido de Israel, y los extranjeros que llegaron del territorio de Israel o que vivían en Judá. 26 Hubo, pues, mucha alegría en Jerusalén, porque desde los tiempos de Salomón, hijo de David y rey de Israel, no había ocurrido nada semejante en Jerusalén. 27 Después los sacerdotes y levitas, de pie, bendijeron al pueblo; y el Señor los escuchó, y su oración llegó hasta el cielo, el lugar donde el Dios santo reside.

Reinado de Ezequías

(2 R. 18.1-3)

29 Comenzó a reinar Ezequías siendo de veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.

Ezequías restablece el culto del templo

En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó. E hizo venir a los sacerdotes y levitas, y los reunió en la plaza oriental. Y les dijo: ¡Oídme, levitas! Santificaos ahora, y santificad la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia. Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios; porque le dejaron, y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas. Y aun cerraron las puertas del pórtico, y apagaron las lámparas; no quemaron incienso, ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel. Por tanto, la ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalén, y los ha entregado a turbación, a execración y a escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos. Y he aquí nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados cautivos por esto. 10 Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira. 11 Hijos míos, no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis delante de él y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso.

12 Entonces se levantaron los levitas Mahat hijo de Amasai y Joel hijo de Azarías, de los hijos de Coat; de los hijos de Merari, Cis hijo de Abdi y Azarías hijo de Jehalelel; de los hijos de Gersón, Joa hijo de Zima y Edén hijo de Joa; 13 de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel; de los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías; 14 de los hijos de Hemán, Jehiel y Simei; y de los hijos de Jedutún, Semaías y Uziel. 15 Estos reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová, para limpiar la casa de Jehová. 16 Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón. 17 Comenzaron a santificarse el día primero del mes primero, y a los ocho del mismo mes vinieron al pórtico de Jehová; y santificaron la casa de Jehová en ocho días, y en el día dieciséis del mes primero terminaron. 18 Entonces vinieron al rey Ezequías y le dijeron: Ya hemos limpiado toda la casa de Jehová, el altar del holocausto, y todos sus instrumentos, y la mesa de la proposición con todos sus utensilios. 19 Asimismo hemos preparado y santificado todos los utensilios que en su infidelidad había desechado el rey Acaz, cuando reinaba; y he aquí están delante del altar de Jehová.

20 Y levantándose de mañana, el rey Ezequías reunió los principales de la ciudad, y subió a la casa de Jehová. 21 Y presentaron siete novillos, siete carneros, siete corderos y siete machos cabríos para expiación por el reino, por el santuario y por Judá. Y dijo a los sacerdotes hijos de Aarón que los ofreciesen sobre el altar de Jehová. 22 Mataron, pues, los novillos, y los sacerdotes recibieron la sangre, y la esparcieron sobre el altar; mataron luego los carneros, y esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron los corderos, y esparcieron la sangre sobre el altar. 23 Después hicieron acercar delante del rey y de la multitud los machos cabríos para la expiación, y pusieron sobre ellos sus manos; 24 y los sacerdotes los mataron, e hicieron ofrenda de expiación con la sangre de ellos sobre el altar, para reconciliar a todo Israel; porque por todo Israel mandó el rey hacer el holocausto y la expiación.

25 Puso también levitas en la casa de Jehová con címbalos, salterios y arpas, conforme al mandamiento de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Natán, porque aquel mandamiento procedía de Jehová por medio de sus profetas. 26 Y los levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas. 27 Entonces mandó Ezequías sacrificar el holocausto en el altar; y cuando comenzó el holocausto, comenzó también el cántico de Jehová, con las trompetas y los instrumentos de David rey de Israel. 28 Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompeteros sonaban las trompetas; todo esto duró hasta consumirse el holocausto. 29 Y cuando acabaron de ofrecer, se inclinó el rey, y todos los que con él estaban, y adoraron. 30 Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David y de Asaf vidente; y ellos alabaron con gran alegría, y se inclinaron y adoraron.

31 Y respondiendo Ezequías, dijo: Vosotros os habéis consagrado ahora a Jehová; acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehová. Y la multitud presentó sacrificios y alabanzas; y todos los generosos de corazón trajeron holocaustos. 32 Y fue el número de los holocaustos que trajo la congregación, setenta bueyes, cien carneros y doscientos corderos, todo para el holocausto de Jehová. 33 Y las ofrendas fueron seiscientos bueyes y tres mil ovejas. 34 Mas los sacerdotes eran pocos, y no bastaban para desollar los holocaustos; y así sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que acabaron la obra, y hasta que los demás sacerdotes se santificaron; porque los levitas fueron más rectos de corazón para santificarse que los sacerdotes. 35 Así, pues, hubo abundancia de holocaustos, con grosura de las ofrendas de paz, y libaciones para cada holocausto. Y quedó restablecido el servicio de la casa de Jehová. 36 Y se alegró Ezequías con todo el pueblo, de que Dios hubiese preparado el pueblo; porque la cosa fue hecha rápidamente.

Ezequías celebra la pascua

30 Envió después Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraín y a Manasés, para que viniesen a Jerusalén a la casa de Jehová para celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel. Y el rey había tomado consejo con sus príncipes, y con toda la congregación en Jerusalén, para celebrar la pascua en el mes segundo; porque entonces no la podían celebrar, por cuanto no había suficientes sacerdotes santificados, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén.(A) Esto agradó al rey y a toda la multitud. Y determinaron hacer pasar pregón por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que viniesen a celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel, en Jerusalén; porque en mucho tiempo no la habían celebrado al modo que está escrito. Fueron, pues, correos con cartas de mano del rey y de sus príncipes por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, y decían: Hijos de Israel, volveos a Jehová el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, y él se volverá al remanente que ha quedado de la mano de los reyes de Asiria. No seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se rebelaron contra Jehová el Dios de sus padres, y él los entregó a desolación, como vosotros veis. No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres; someteos a Jehová, y venid a su santuario, el cual él ha santificado para siempre; y servid a Jehová vuestro Dios, y el ardor de su ira se apartará de vosotros. Porque si os volviereis a Jehová, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volverán a esta tierra; porque Jehová vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartará de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a él.

10 Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón; mas se reían y burlaban de ellos. 11 Con todo eso, algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron, y vinieron a Jerusalén. 12 En Judá también estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón para cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Jehová.

13 Y se reunió en Jerusalén mucha gente para celebrar la fiesta solemne de los panes sin levadura en el mes segundo, una vasta reunión. 14 Y levantándose, quitaron los altares que había en Jerusalén; quitaron también todos los altares de incienso, y los echaron al torrente de Cedrón. 15 Entonces sacrificaron la pascua, a los catorce días del mes segundo; y los sacerdotes y los levitas llenos de vergüenza se santificaron, y trajeron los holocaustos a la casa de Jehová. 16 Y tomaron su lugar en los turnos de costumbre, conforme a la ley de Moisés varón de Dios; y los sacerdotes esparcían la sangre que recibían de manos de los levitas. 17 Porque había muchos en la congregación que no estaban santificados, y por eso los levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se habían purificado, para santificarlos a Jehová. 18 Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y Manasés, y de Isacar y Zabulón, no se habían purificado, y comieron la pascua no conforme a lo que está escrito. Mas Ezequías oró por ellos, diciendo: Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha preparado su corazón para buscar a Dios, 19 a Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté purificado según los ritos de purificación del santuario. 20 Y oyó Jehová a Ezequías, y sanó al pueblo. 21 Así los hijos de Israel que estaban en Jerusalén celebraron la fiesta solemne de los panes sin levadura por siete días con grande gozo; y glorificaban a Jehová todos los días los levitas y los sacerdotes, cantando con instrumentos resonantes a Jehová. 22 Y habló Ezequías al corazón de todos los levitas que tenían buena inteligencia en el servicio de Jehová. Y comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne por siete días, ofreciendo sacrificios de paz, y dando gracias a Jehová el Dios de sus padres.

23 Y toda aquella asamblea determinó que celebrasen la fiesta por otros siete días; y la celebraron otros siete días con alegría. 24 Porque Ezequías rey de Judá había dado a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y también los príncipes dieron al pueblo mil novillos y diez mil ovejas; y muchos sacerdotes ya se habían santificado. 25 Se alegró, pues, toda la congregación de Judá, como también los sacerdotes y levitas, y toda la multitud que había venido de Israel; asimismo los forasteros que habían venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Judá. 26 Hubo entonces gran regocijo en Jerusalén; porque desde los días de Salomón hijo de David rey de Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén. 27 Después los sacerdotes y levitas, puestos en pie, bendijeron al pueblo; y la voz de ellos fue oída, y su oración llegó a la habitación de su santuario, al cielo.

Ezequías, rey de Judá(A)

29 Ezequías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre era Abías hija de Zacarías. Ezequías hizo lo que agrada al Señor, pues en todo siguió el ejemplo de su antepasado David.

En el mes primero del primer año de su reinado, Ezequías mandó que se abrieran las puertas del Templo del Señor y las reparó. En la plaza oriental convocó a los sacerdotes y a los levitas y les dijo: «¡Levitas, escúchenme! Conságrense ustedes y consagren también el Templo del Señor, Dios de sus antepasados, y saquen las cosas profanas que hay en el santuario. Es un hecho que nuestros antepasados se rebelaron e hicieron lo que ofende al Señor nuestro Dios y que lo abandonaron. Es también un hecho que le dieron la espalda al Señor y que despreciaron el lugar donde él habita. Así mismo, cerraron las puertas del atrio, apagaron las lámparas, y dejaron de quemar incienso y de ofrecer holocaustos en el santuario al Dios de Israel. ¡Por eso la ira del Señor cayó sobre Judá y Jerusalén y los convirtió en objeto de horror, de ruina y de burla, tal como ustedes pueden verlo ahora con sus propios ojos! ¡Por eso nuestros antepasados murieron a filo de espada y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados al cautiverio! 10 Yo me propongo ahora hacer un pacto con el Señor, Dios de Israel, para que retire de nosotros su ardiente ira. 11 Así que, hijos míos, no sean negligentes, pues el Señor los ha escogido a ustedes para que estén en su presencia, le sirvan, sean sus ministros y le quemen incienso».

12 Estos son los levitas que se dispusieron a trabajar:

De los descendientes de Coat:

Mahat, hijo de Amasay, y Joel, hijo de Azarías.

De los descendientes de Merari:

Quis, hijo de Abdí, y Azarías, hijo de Yalelel.

De los descendientes de Guersón:

Joa, hijo de Zimá, y Edén, hijo de Joa.

13 De los descendientes de Elizafán:

Simri y Jeyel.

De los descendientes de Asaf:

Zacarías y Matanías.

14 De los descendientes de Hemán:

Jehiel y Simí.

De los descendientes de Jedutún:

Semaías y Uziel.

15 Estos reunieron a sus parientes, se consagraron y entraron en el Templo del Señor para purificarlo, cumpliendo así la orden del rey, según las palabras del Señor. 16 Después los sacerdotes entraron al interior del Templo del Señor para purificarlo. Sacaron al atrio del Templo todos los objetos impuros que encontraron allí, y los levitas los recogieron y los arrojaron al arroyo de Cedrón. 17 Comenzaron a consagrar el Templo del Señor el primer día del mes primero, y al octavo día ya habían llegado a la entrada del Templo del Señor. Para completar la consagración emplearon otros ocho días, de modo que terminaron el día dieciséis del mes primero.

18 Más tarde, se presentaron ante el rey Ezequías y le dijeron: «Ya hemos purificado el Templo del Señor, el altar de los holocaustos con sus utensilios y la mesa para el pan consagrado con sus utensilios. 19 Además, hemos reparado y consagrado todos los utensilios que, en su rebeldía, el rey Acaz profanó durante su reinado, y los hemos puesto ante el altar del Señor».

20 El rey Ezequías se levantó muy de mañana, reunió a los oficiales de la ciudad y se fue con ellos al Templo del Señor. 21 Llevaron siete novillos, siete carneros y siete corderos; además, como ofrenda para el perdón por el pecado del reino, del santuario y de Judá, llevaron siete machos cabríos. El rey ordenó a los sacerdotes descendientes de Aarón que los ofrecieran en holocausto sobre el altar del Señor. 22 Los sacerdotes sacrificaron los toros, recogieron la sangre y la rociaron sobre el altar; luego mataron los carneros y rociaron la sangre sobre el altar; después mataron los corderos y rociaron la sangre sobre el altar. 23 Finalmente, a los machos cabríos de la ofrenda por el pecado los llevaron y los colocaron delante del rey y de la asamblea para que pusieran las manos sobre ellos; 24 luego los mataron y rociaron la sangre sobre el altar como un sacrificio para obtener el perdón por el pecado de todo Israel, pues el rey había ordenado que el holocausto y el sacrificio por el pecado se ofrecieran por todo Israel.

25 Ezequías instaló también a los levitas en el Templo del Señor, con música de címbalos, liras y arpas, tal como lo habían ordenado David, Natán, el profeta, y Gad, el vidente del rey. Este mandamiento lo dio el Señor por medio de sus profetas. 26 Los levitas estaban de pie con los instrumentos musicales de David y los sacerdotes, con las trompetas.

27 Entonces Ezequías ordenó que se ofreciera el holocausto sobre el altar. En cuanto comenzó el holocausto, comenzaron también los cantos al Señor y el toque de trompetas, acompañados de los instrumentos musicales de David, rey de Israel. 28 Toda la asamblea permaneció postrada hasta que terminó el holocausto, mientras los cantores entonaban los cantos y los trompetistas hacían resonar sus instrumentos.

29 Cuando terminaron de ofrecer el holocausto, el rey y todos los que estaban con él se postraron para adorar. 30 El rey Ezequías y los oficiales ordenaron a los levitas que cantaran al Señor las alabanzas que David y Asaf el vidente habían compuesto. Los levitas lo hicieron con alegría y se postraron en adoración.

31 Luego Ezequías dijo: «Ahora que ustedes se han consagrado al Señor, acérquense y preséntenle en su Templo los sacrificios y las ofrendas de acción de gracias». Así que la asamblea llevó sacrificios y ofrendas de acción de gracias, y todos los que dispusieron su corazón llevaron holocaustos.

32 Llevaron setenta bueyes, cien carneros y doscientos corderos, para ofrecerlos en holocausto al Señor. 33 También se consagraron seiscientos bueyes y tres mil ovejas y cabras. 34 Pero como los sacerdotes eran pocos y no podían desollar todos los animales para el holocausto, sus parientes levitas tuvieron que ayudarlos para terminar el trabajo, a fin de que los otros sacerdotes pudieran consagrarse, pues los levitas habían sido más diligentes en consagrarse que los sacerdotes. 35 Se ofrecieron muchos holocaustos, además de la grasa de los sacrificios de comunión y de las ofrendas líquidas para cada holocausto.

Así fue como se restableció el culto en el Templo del Señor. 36 Y Ezequías y todo el pueblo se regocijaron de que Dios hubiera preparado al pueblo para hacerlo todo con rapidez.

Celebración de la Pascua

30 Ezequías escribió cartas a todo Israel y Judá, incluyendo a las tribus de Efraín y Manasés, y se las envió, para que acudieran al Templo del Señor en Jerusalén a celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel. El rey, los oficiales y toda la asamblea habían decidido celebrar la Pascua en el mes segundo. No pudieron hacerlo en la fecha correspondiente porque muchos de los sacerdotes aún no se habían consagrado y el pueblo no se había reunido en Jerusalén. Como la propuesta agradó al rey y a la asamblea, acordaron pregonar por todo Israel, desde Dan hasta Berseba, que todos debían acudir a Jerusalén para celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel, pues muchos no la celebraban como está ordenado.

Los mensajeros salieron por todo Israel y Judá con las cartas del rey y de sus oficiales, y de acuerdo con la orden del rey iban proclamando:

«Israelitas, vuélvanse al Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, para que él se vuelva al remanente de ustedes, que escapó del poder de los reyes de Asiria. No sean como sus antepasados ni como sus hermanos, que se rebelaron contra el Señor, Dios de sus antepasados. Por eso él los entregó a la ruina, como ahora lo pueden ver. No sean tercos como sus antepasados. Sométanse al Señor y entren en su santuario, que él consagró para siempre. Sirvan al Señor su Dios para que él retire su ardiente ira. Si se vuelven al Señor, sus hermanos y sus hijos serán tratados con benevolencia por aquellos que los tienen cautivos, y podrán regresar a esta tierra. El Señor su Dios es misericordioso y compasivo. Si ustedes se vuelven a él, jamás los abandonará».

10 Los mensajeros recorrieron toda la región de Efraín y Manasés de ciudad en ciudad, hasta llegar a la región de Zabulón; pero la gente se reía y se burlaba de ellos. 11 No obstante, algunos de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón se humillaron y fueron a Jerusalén. 12 También los habitantes de Judá, movidos por Dios, cumplieron unánimes la orden del rey y de los oficiales, conforme a la palabra del Señor.

13 En el mes segundo, una inmensa muchedumbre se reunió en Jerusalén para celebrar la fiesta de los Panes sin levadura. 14 Quitaron los altares que había en Jerusalén y los altares donde se quemaba incienso y los arrojaron al arroyo de Cedrón.

15 El día catorce del mes segundo celebraron[a] la Pascua. Los sacerdotes y los levitas, compungidos, se consagraron y llevaron holocaustos al Templo del Señor, 16 después de lo cual ocuparon sus respectivos puestos, conforme a lo ordenado en la Ley de Moisés, hombre de Dios. Los levitas entregaban la sangre a los sacerdotes y estos la rociaban. 17 Como muchos de la asamblea no se habían consagrado al Señor, para llevarlo a cabo los levitas tuvieron que matar por ellos los corderos de la Pascua. 18 En efecto, mucha gente de Efraín, de Manasés, de Isacar y de Zabulón participó de la comida pascual sin haberse purificado, con los que transgredieron la Ley. Pero Ezequías oró así a favor de ellos: «Perdona, buen Señor, 19 a todo el que se ha empeñado de todo corazón en buscarte a ti, Señor, Dios de sus antepasados, aunque no se haya purificado según las normas del santuario». 20 Y el Señor escuchó a Ezequías y perdonó[b] al pueblo.

21 Los israelitas que se encontraban en Jerusalén celebraron, con mucho gozo y durante siete días, la fiesta de los Panes sin levadura. Los levitas y los sacerdotes alababan al Señor todos los días, y le entonaban cantos al son de sus instrumentos musicales.[c]

22 Y Ezequías felicitó a los levitas que habían tenido una buena disposición para servir al Señor. Durante siete días celebraron la fiesta y participaron de la comida pascual, ofreciendo sacrificios de comunión y alabando al Señor, Dios de sus antepasados.

23 Pero toda la asamblea acordó prolongar la fiesta siete días más, y llenos de gozo celebraron esos siete días. 24 Ezequías, rey de Judá, obsequió a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas y cabras; también los oficiales regalaron mil terneros y diez mil ovejas y cabras. Y muchos más sacerdotes se consagraron. 25 Toda la asamblea de Judá estaba alegre, lo mismo que todos los sacerdotes, levitas y extranjeros que habían llegado de Israel, así como los que vivían en Judá. 26 Desde la época de Salomón, hijo de David, rey de Israel, no se había celebrado en Jerusalén una fiesta como esa. 27 Después los sacerdotes y los levitas se pusieron de pie, bendijeron al pueblo y Dios los escuchó. Su oración llegó hasta el cielo, el santo lugar donde Dios habita.

Footnotes

  1. 30:15 celebraron. Lit. sacrificaron.
  2. 30:20 perdonó. Lit. sanó.
  3. 30:21 sus instrumentos musicales. Lit. los instrumentos poderosos del Señor.

Reinado de Ezequías

29 (A)Ezequías comenzó a reinar cuando tenía veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Abías[a], hija de Zacarías. E hizo lo recto ante los ojos del Señor, conforme a todo lo que su padre David había hecho(B).

En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa del Señor(C) y las reparó. Hizo venir a los sacerdotes y a los levitas y los reunió en la plaza oriental. Entonces les dijo: Oídme, levitas. Santificaos ahora, y santificad la casa del Señor(D), Dios de vuestros padres, y sacad lo inmundo del lugar santo. Porque nuestros padres han sido infieles y han hecho lo malo ante los ojos del Señor nuestro Dios, le han abandonado, han apartado sus rostros de la morada del Señor y le han vuelto[b] las espaldas(E). También han cerrado las puertas del pórtico y han apagado las lámparas, y no han quemado incienso ni ofrecido holocaustos en el lugar santo al Dios(F) de Israel. Por tanto vino la ira del Señor(G) contra Judá y Jerusalén, y Él los hizo objeto de espanto, de horror y de burla(H), como lo veis con vuestros propios ojos. Porque he aquí, nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos y nuestras hijas y nuestras mujeres están en cautividad a causa de esto(I). 10 Ahora he decidido en mi corazón hacer un pacto con el Señor, Dios de Israel(J), para que el ardor de su ira se aparte de nosotros. 11 Hijos míos, no seáis ahora negligentes, porque el Señor os ha escogido a fin de que estéis delante de Él, para servirle(K) y para ser sus ministros y quemar incienso.

12 Entonces se levantaron los levitas: Mahat(L), hijo de Amasai, y Joel, hijo de Azarías, de los hijos de los coatitas; y de los hijos de Merari(M), Cis, hijo de Abdi, y Azarías, hijo de Jehalelel; y de los gersonitas, Joa, hijo de Zima, y Edén, hijo de Joa; 13 de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel[c]; y de los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías; 14 de los hijos de Hemán, Jehiel y Simei; y de los hijos de Jedutún, Semaías y Uziel. 15 Y estos reunieron a sus hermanos, se santificaron(N) y entraron para limpiar la casa del Señor(O), conforme al mandamiento del rey según las palabras del Señor(P). 16 Entraron los sacerdotes al interior de la casa del Señor para limpiarla, y sacaron al atrio de la casa del Señor todas las cosas inmundas que hallaron en el templo del Señor. Entonces los levitas las recogieron[d] para llevarlas fuera al torrente Cedrón(Q). 17 Comenzaron la santificación[e] el primer día del mes primero(R), y el octavo día del mes entraron al pórtico del Señor; entonces santificaron la casa del Señor en ocho días, y terminaron el día dieciséis del mes primero(S). 18 Y fueron al rey Ezequías, y le dijeron: Hemos limpiado toda la casa del Señor, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la mesa del pan de la proposición con todos sus utensilios. 19 Además, todos los utensilios que el rey Acaz en su infidelidad había desechado(T) durante su reino los hemos preparado y santificado, y he aquí, están delante del altar del Señor.

20 Entonces el rey Ezequías se levantó temprano y reunió a los príncipes de la ciudad y subió a la casa del Señor. 21 (U)Y trajeron siete novillos, siete carneros, siete corderos y siete machos cabríos como ofrenda por el pecado del reino, por el santuario y por Judá. Y el rey ordenó a los sacerdotes, los hijos de Aarón, que los ofrecieran sobre el altar del Señor. 22 Mataron los novillos[f], y los sacerdotes recogieron[g] la sangre y la esparcieron sobre el altar(V). También mataron los carneros y esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron los corderos y esparcieron la sangre sobre el altar. 23 Después trajeron los machos cabríos de la ofrenda por el pecado del rey y de la asamblea, y pusieron sus manos sobre ellos(W). 24 Los sacerdotes los mataron y purificaron el altar con su sangre como expiación(X) por todo Israel, porque el rey había ordenado el holocausto y la ofrenda por el pecado por todo Israel.

25 Luego situó a los levitas en la casa del Señor con címbalos, con arpas(Y) y con liras, conforme al mandamiento de David(Z) y de Gad, el vidente del rey(AA), y del profeta Natán(AB); porque el mandamiento procedía del Señor por medio[h] de sus profetas. 26 Los levitas se colocaron con los instrumentos musicales de David(AC), y los sacerdotes con las trompetas(AD). 27 Entonces Ezequías mandó ofrecer el holocausto sobre el altar. Cuando el holocausto comenzó, también comenzó el canto al Señor con las trompetas, acompañado por[i] los instrumentos de David(AE), rey de Israel. 28 Mientras toda la asamblea adoraba, también los cantores cantaban y las trompetas sonaban; todo esto continuó hasta que se consumió el holocausto.

29 Después de consumido el holocausto, el rey y todos los que estaban con él se inclinaron y adoraron(AF). 30 Entonces el rey Ezequías y los oficiales ordenaron a los levitas que cantaran alabanzas al Señor con las palabras de David y del vidente Asaf. Cantaron alabanzas con alegría, y se inclinaron y adoraron(AG). 31 Y Ezequías habló[j], y dijo: Ahora que vosotros os habéis consagrado[k](AH) al Señor, acercaos y traed sacrificios y ofrendas de gratitud a la casa del Señor. Y la asamblea trajo sacrificios y ofrendas de gratitud, y todos los que quisieron[l](AI) trajeron holocaustos. 32 El número de los holocaustos que la asamblea trajo fue de setenta bueyes, cien carneros y doscientos corderos; todos estos fueron para el holocausto al Señor. 33 Y las cosas consagradas fueron seiscientos bueyes y tres mil ovejas. 34 Pero los sacerdotes eran pocos, y no pudieron desollar todos los holocaustos; por eso sus hermanos los levitas los ayudaron(AJ) hasta que se acabó la obra y hasta que los otros sacerdotes se hubieron santificado. Porque los levitas fueron más cuidadosos[m] para santificarse que los sacerdotes(AK). 35 Y hubo también holocaustos(AL) en abundancia con grosura de las ofrendas(AM) de paz y con libaciones para los holocaustos. Así quedó restablecido el servicio de la casa del Señor(AN). 36 Entonces se regocijó Ezequías con todo el pueblo por lo que Dios había preparado para el[n] pueblo, pues todo[o] sucedió rápidamente.

Celebración de la Pascua

30 Entonces Ezequías envió aviso por todo Israel y Judá, y también escribió cartas a Efraín y a Manasés, para que vinieran a la casa del Señor en Jerusalén a fin de celebrar[p] la Pascua al Señor, Dios de Israel. Pues el rey y sus príncipes y toda la asamblea en Jerusalén habían decidido celebrar la Pascua en el mes segundo(AO), porque no la habían podido celebrar a su debido tiempo, pues los sacerdotes no se habían santificado en número suficiente(AP), ni el pueblo se había reunido en Jerusalén. Y esto pareció[q] bien a los ojos del rey y[r] de toda la asamblea. Así que proclamaron un decreto para hacer correr la voz por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan(AQ), para que vinieran a celebrar la Pascua al Señor, Dios de Israel, en Jerusalén. Porque muchos[s] no la habían celebrado como estaba escrito. Y los mensajeros[t] fueron por todo Israel y Judá con cartas de mano del rey y de sus príncipes, conforme al mandamiento del rey(AR), diciendo: Hijos de Israel, volveos al Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, para que Él se vuelva a aquellos de vosotros que escapasteis y que habéis quedado de la mano[u] de los reyes de Asiria(AS). No seáis como vuestros padres y vuestros hermanos, que fueron infieles al Señor, Dios de sus padres, de modo que Él los ha hecho objeto de horror(AT), como vosotros veis(AU). Y no endurezcáis vuestra cerviz(AV) como vuestros padres, sino someteos[v] al Señor y entrad en su santuario, que Él ha santificado para siempre, y servid al Señor vuestro Dios para que su ardiente ira se aparte de vosotros(AW). Porque si os volvéis al Señor(AX), vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán compasión delante de los que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra. Porque el Señor vuestro Dios es clemente y compasivo(AY), y no apartará su rostro de vosotros si os volvéis a Él. 10 Pasaron, pues, los correos[w] de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y de Manasés y hasta Zabulón, pero los escarnecían y se burlaban de ellos(AZ). 11 No obstante, algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron y vinieron a Jerusalén(BA). 12 También sobre Judá estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón a fin de hacer lo que el rey y los príncipes ordenaron conforme a la palabra del Señor(BB).

13 Y se reunió mucha gente en Jerusalén en el mes segundo(BC) para celebrar la fiesta de los panes sin levadura[x]; una asamblea muy grande. 14 Y se levantaron y quitaron los altares que había en Jerusalén; también quitaron todos los altares(BD) de incienso y los arrojaron al torrente Cedrón(BE). 15 Entonces mataron los corderos de la Pascua el día catorce del mes segundo(BF). Y los sacerdotes y los levitas, avergonzados, se santificaron(BG) y trajeron holocaustos a la casa del Señor. 16 Y se colocaron en sus puestos según su costumbre, conforme a la ley de Moisés, hombre de Dios; los sacerdotes rociaban la sangre que recibían de mano de los levitas(BH). 17 Porque había muchos en la asamblea que no se habían santificado; por eso los levitas estaban encargados de la matanza de los corderos de la Pascua por todo el que estaba inmundo, para santificarlos al Señor(BI). 18 Pues una gran multitud del pueblo, es decir, muchos de Efraín y de Manasés, de Isacar y de Zabulón(BJ), no se habían purificado; no obstante, comieron la Pascua(BK) contrario a lo escrito(BL). Empero[y] Ezequías oró por ellos, diciendo: Que el buen Señor perdone 19 a todo el que prepare su corazón para buscar a Dios(BM) el Señor, Dios de sus padres, aunque no lo haga conforme a los ritos de purificación del santuario. 20 Y oyó el Señor a Ezequías y sanó al pueblo(BN). 21 Y los hijos de Israel que se hallaban en Jerusalén celebraron con gran alegría la fiesta de los panes sin levadura por siete días(BO); y los levitas y los sacerdotes alababan al Señor día tras día, cantando con instrumentos resonantes al Señor. 22 Entonces Ezequías habló al corazón(BP) de todos los levitas que mostraban buen entendimiento en las cosas del Señor. Y comieron durante los siete días señalados, sacrificando ofrendas de paz y dando gracias al Señor, Dios de sus padres(BQ).

23 Y toda la asamblea determinó celebrar la fiesta otros siete días(BR); y celebraron los siete días con alegría. 24 Porque Ezequías, rey de Judá, había contribuido a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas(BS); y los príncipes habían contribuido a la asamblea mil novillos y diez mil ovejas; y gran número de sacerdotes se santificaron(BT). 25 Y se regocijó toda la asamblea de Judá, junto con los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo[z] que vino de Israel, tanto los peregrinos que vinieron de la tierra de Israel(BU) como los que habitaban en Judá. 26 Y hubo gran regocijo en Jerusalén, porque desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén(BV). 27 Entonces los sacerdotes levitas(BW) se levantaron y bendijeron al pueblo(BX); y se oyó su voz, y su oración llegó hasta su santa morada(BY), hasta los cielos.

Footnotes

  1. 2 Crónicas 29:1 En 2 Rey. 18:2, Abi
  2. 2 Crónicas 29:6 Lit., dado
  3. 2 Crónicas 29:13 O, Jeuel
  4. 2 Crónicas 29:16 Lit., recibieron
  5. 2 Crónicas 29:17 Lit., a santificar
  6. 2 Crónicas 29:22 Lit., bueyes
  7. 2 Crónicas 29:22 Lit., recibieron
  8. 2 Crónicas 29:25 Lit., mano
  9. 2 Crónicas 29:27 Lit., y conforme a la autoridad de
  10. 2 Crónicas 29:31 Lit., respondió
  11. 2 Crónicas 29:31 Lit., llenado vuestras manos
  12. 2 Crónicas 29:31 Lit., de corazón dispuesto
  13. 2 Crónicas 29:34 Lit., rectos de corazón
  14. 2 Crónicas 29:36 Otra posible lectura es: de que Dios había preparado al
  15. 2 Crónicas 29:36 Lit., el asunto
  16. 2 Crónicas 30:1 Lit., hacer, y así en el resto del cap.
  17. 2 Crónicas 30:4 Lit., estuvo
  18. 2 Crónicas 30:4 Lit., en los ojos
  19. 2 Crónicas 30:5 O, en gran número
  20. 2 Crónicas 30:6 Lit., corredores
  21. 2 Crónicas 30:6 Lit., palma
  22. 2 Crónicas 30:8 Lit., dad una mano
  23. 2 Crónicas 30:10 Lit., corredores
  24. 2 Crónicas 30:13 O, de los Azimos, y así en el vers. 21
  25. 2 Crónicas 30:18 Lit., Porque
  26. 2 Crónicas 30:25 Lit., toda la asamblea