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27 Pero Absalón insistió y el rey permitió que Amnón y todos los hijos del rey lo acompañaran. 28 Absalón ordenó a sus criados:

— Fijaos bien: cuando Amnón se ponga alegre con el vino y yo os ordene que lo ataquéis, lo matáis. No tengáis miedo, pues soy yo quien os lo ordeno. Tened ánimo y valor.

29 Los criados hicieron con Amnón lo que Absalón les había mandado. Entonces todos los hijos del rey se levantaron, montaron en sus mulas y emprendieron la huida.

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