Add parallel Print Page Options

Eliseo y la sunamita

Un día pasaba Eliseo por Sunem(A), donde había una mujer distinguida, y ella lo persuadió a que comiera. Y sucedía que siempre que pasaba, entraba allí a comer. Y ella dijo a su marido: «Ahora entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa, es un santo hombre de Dios(B). 10 Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí(C)».

Read full chapter