1 Pedro 2:1-8
Reina-Valera 1995
2 Desechad, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y toda maledicencia, 2 y desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 ya que habéis gustado la bondad del Señor.
La piedra viva
4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, pero para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6 Por lo cual también dice la Escritura:
«He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo,
escogida, preciosa;
el que crea en él, no será avergonzado.»
7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso. En cambio para los que no creen:
«La piedra que los edificadores desecharon
ha venido a ser la cabeza del ángulo»
8 y:
«Piedra de tropiezo y roca que hace caer.»
Ellos, por su desobediencia, tropiezan en la palabra. ¡Ése es su destino!
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