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Los aliados de David

12 Cuando David todavía estaba desterrado de la presencia de Saúl, hijo de Quis, un grupo de guerreros valientes que iban a ser sus aliados en la guerra fue a unirse con él en Siclag. Estos guerreros estaban armados con arcos, y lo mismo podían lanzar piedras con la honda que disparar flechas, con la mano derecha o con la izquierda. Eran los siguientes:

Parientes de Saúl, de la tribu de Benjamín: Ahiézer, el jefe, y Joás, hijos de Semaá, del pueblo de Guibeá; Jeziel y Pélet, hijos de Azmávet; Beracá y Jehú, que era del pueblo de Anatot; 4a Ismaías, gabaonita, uno de los treinta valientes y jefe de ellos; 4b (5) Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad de Guederá, (6) Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías; Sefatías, el harufita; (7) Elcaná, Isías, Azarel, Joézer y Jasobeam, coreítas; (8) y Joelá y Zebadías, hijos de Jeroham, de Guedor.

(9) También de la tribu de Gad se pasaron algunos al lado de David cuando estaba en la fortaleza del desierto. Eran guerreros valientes, entrenados en la guerra y armados con escudo y lanza. Tenían aspecto como de leones y corrían por los montes como venados. (10) Eran los siguientes: Éser, el primero; Abdías, el segundo; Eliab, el tercero; 10 (11) Mismaná, el cuarto; Jeremías, el quinto; 11 (12) Atai, el sexto; Eliel, el séptimo; 12 (13) Johanán, el octavo; Elzabad, el noveno; 13 (14) Jeremías, el décimo, y Macbanai, el undécimo. 14 (15) Estos descendientes de Gad eran jefes del ejército. Uno solo de ellos valía, el menor por cien, y el mayor por mil. 15 (16) Éstos fueron los que atravesaron el Jordán en primavera, cuando el río iba crecido hasta los bordes, e hicieron huir a todos los que había en los valles, al este y al oeste.

16 (17) Además algunos hombres de las tribus de Benjamín y de Judá fueron a unirse con David en la fortaleza. 17 (18) David salió a su encuentro y les dijo: «Si vienen ustedes en son de paz y para ayudarme, acepto de todo corazón que se unan conmigo; pero si vienen a traicionarme y entregarme a mis enemigos, a pesar de que no he cometido ningún crimen, ¡que el Dios de nuestros antepasados lo vea y los castigue!»

18 (19) Entonces Amasai, jefe de los treinta, poseído por el espíritu, exclamó:

«¡Paz a ti, David, hijo de Jesé!
¡Que la paz esté contigo!
¡Paz a ti y a los que te ayuden,
porque tu Dios te ha ayudado!»

David los recibió y les dio puestos entre los jefes de la tropa.

19 (20) También algunos de la tribu de Manasés se pasaron al lado de David cuando éste se fue a vivir con los filisteos para luchar contra Saúl. Aunque de hecho David no pudo ayudar a los filisteos, porque sus gobernadores, después de reunirse, decidieron despedirlo, pues dijeron: «¡A costa de nuestras cabezas se pasará a Saúl, su señor!» 20 (21) Los hombres de la tribu de Manasés que se pasaron al lado de David cuando éste se fue a Siclag, fueron Adná, Jozabad, Jediael, Micael, Jozabad, Elihú y Siletai, jefes de batallones de Manasés. 21 (22) Éstos fueron los que ayudaron a David al frente de la tropa, porque todos eran guerreros valientes y llegaron a ser jefes del ejército. 22 (23) Y día tras día llegaban más refuerzos a David, hasta que se formó un gran ejército, un ejército de veras formidable.

El ejército de David

23 (24) Éste es el total de las fuerzas equipadas para la guerra que se unieron a David en Hebrón, para pasarle el reino de Saúl, según el mandato del Señor: 24 (25) De la tribu de Judá, seis mil ochocientos hombres con escudos y lanzas, equipados para el combate. 25 (26) De la tribu de Simeón, siete mil cien guerreros valientes, equipados para la guerra. 26 (27) De la tribu de Leví, cuatro mil seiscientos, 27 (28) más tres mil setecientos de la familia de Aarón, con Joiadá, su jefe, 28 (29) y con Sadoc, joven y valiente guerrero, con veintidós jefes de su familia. 29 (30) De la tribu de Benjamín, la misma tribu de Saúl, tres mil hombres, pues hasta entonces la mayoría de ellos había permanecido fiel a Saúl. 30 (31) De la tribu de Efraín, veinte mil ochocientos guerreros valientes, famosos en su clan. 31 (32) De la media tribu de Manasés, dieciocho mil hombres que habían sido nombrados para ir a establecer a David como rey. 32 (33) De la tribu de Isacar, gente experta en conocer los tiempos para saber lo que Israel debía hacer, doscientos jefes con todos los hombres de su tribu bajo sus órdenes. 33 (34) De la tribu de Zabulón, cincuenta mil soldados en pie de guerra, con toda clase de armamento, firmemente decididos a ayudar a David. 34 (35) De la tribu de Neftalí, mil jefes con treinta y siete mil hombres armados con lanzas y escudos. 35 (36) De la tribu de Dan, veintiocho mil seiscientos soldados. 36 (37) De la tribu de Aser, cuarenta mil soldados en pie de guerra. 37 (38) Además, del otro lado del Jordán, ciento veinte mil hombres de las tribus de Rubén y Gad y de la media tribu de Manasés, equipados con toda clase de armamento.

38 (39) Todos estos guerreros, en formación de batalla, fueron a Hebrón firmemente decididos a establecer a David como rey de todo Israel; y todos los demás israelitas, sin excepción, estaban resueltos a hacer lo mismo. 39 (40) Estuvieron allí con David durante tres días, comiendo y bebiendo, porque sus compatriotas les habían preparado lo necesario. 40 (41) Además, sus vecinos, aun los que eran de Isacar, Zabulón y Neftalí, les llevaron comida en asnos, camellos, mulos y bueyes. Les llevaron provisiones varias: harina, tortas de higos, pasas, vino, aceite, toros y ovejas; todo en abundancia, porque había mucha alegría en Israel.

David hace planes para llevar el arca a Jerusalén

13 David consultó a los comandantes de batallón y a los capitanes, es decir, a todos los jefes, y después dijo a todo el pueblo de Israel: «Si a ustedes les parece bien y el Señor nuestro Dios nos da la oportunidad, mandemos aviso a nuestros compatriotas que quedan todavía en las diversas regiones de Israel, y también a todos los sacerdotes y levitas que se hallan en sus ciudades y tierras de pastoreo, invitándolos a que se unan a nosotros, para que nos traigamos el arca de nuestro Dios, pues desde los tiempos de Saúl la hemos tenido olvidada.» Todo el pueblo estuvo de acuerdo en que se hiciera eso, pues a todos les pareció razonable la propuesta.

David intenta trasladar el arca del Señor(A)

David reunió a todo Israel, desde Sihor en la frontera con Egipto hasta la entrada de Hamat, para traer de Quiriat-jearim el arca de Dios. Luego, acompañado de todo Israel, subió a Quiriat-jearim, llamada también Baalá, que está en Judá, para trasladar de allí el arca de Dios, sobre la que se invoca el nombre del Señor, que tiene su trono sobre los querubines. Pusieron el arca sobre una carreta nueva y se la llevaron de la casa de Abinadab. Uzá y Ahió iban guiando la carreta. Mientras tanto, David y todo Israel iban delante de Dios cantando y bailando con todas sus fuerzas, al son de la música de arpas, salterios, panderos, platillos y trompetas. Cuando llegaron al lugar conocido como Era de Quidón, Uzá alargó la mano para sostener el arca, porque habían tropezado los bueyes. 10 Pero el Señor se enfureció con Uzá por haber extendido la mano hacia el arca, y le quitó la vida allí mismo, delante de él.

11 David se disgustó mucho porque el Señor le quitó la vida a Uzá, y por eso llamó a aquel lugar Peres-uzá, nombre que tiene hasta el presente. 12 Pero ese mismo día David tuvo mucho miedo ante Dios, y exclamó: «¡Ni pensar en llevarme el arca de Dios!» 13 Y no se llevó el arca a la Ciudad de David, sino que ordenó que la llevaran a casa de Obed-edom, un hombre de Gat. 14 El arca de Dios se quedó tres meses en casa de Obed-edom, y el Señor bendijo a la familia de Obed-edom y a todas sus cosas.

Hiram envía embajadores a David(B)

14 Hiram, rey de Tiro, envió sus embajadores a David, además de albañiles y carpinteros que llevaron madera de cedro para construirle el palacio. Entonces David comprendió que el Señor lo había confirmado como rey de Israel, porque había hecho prosperar mucho su reinado en atención a su pueblo Israel.

Otros hijos de David(C)

David tomó más esposas en Jerusalén, y tuvo más hijos e hijas. Los hijos que le nacieron en Jerusalén se llamaban: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, Ibhar, Elisúa, Elpélet, Nógah, Néfeg, Jafía, Elisamá, Eliadá y Elifélet.

David derrota a los filisteos(D)

Cuando los filisteos supieron que David había sido consagrado como rey de todo Israel, se lanzaron todos en busca suya; pero David lo supo y les salió al encuentro. Entonces los filisteos avanzaron e hicieron incursiones por el valle de Refaim. 10 Por esto, David consultó al Señor, y le preguntó:

—¿Puedo atacar a los filisteos? ¿Me darás la victoria sobre ellos?

Y el Señor le respondió:

—Atácalos, pues te daré la victoria sobre ellos.

11 David subió a Baal-perasim, y allí los venció. Por eso dijo: «Como un torrente de agua, Dios me ha abierto paso entre mis enemigos.» Y llamaron a aquel lugar Baal-perasim. 12 Además, los filisteos dejaron abandonados a sus dioses, y David los mandó quemar.

13 Pero los filisteos volvieron a hacer incursiones por el valle de Refaim, 14 así que David consultó de nuevo a Dios, y Dios le contestó:

—No los ataques de frente, sino rodéalos y atácalos por la retaguardia cuando llegues a los árboles de bálsamo. 15 Cuando escuches ruido de pasos por encima de las copas de los árboles, lánzate a la batalla, porque eso significa que yo voy delante de ti para herir de muerte al ejército filisteo.

16 David hizo lo que Dios le había ordenado, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Guézer, 17 por lo cual su fama se extendió por todos los países y el Señor hizo que todas las naciones le tuvieran miedo.

El ejército de David

12 Estos son los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra. Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos para tirar piedras con honda y saetas con arco. De los hermanos de Saúl de Benjamín: El principal Ahiezer, después Joás, hijos de Semaa gabaatita; Jeziel y Pelet hijos de Azmavet, Beraca, Jehú anatotita, Ismaías gabaonita, valiente entre los treinta, y más que los treinta; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad gederatita, Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías harufita, Elcana, Isías, Azareel, Joezer y Jasobeam, coreítas, y Joela y Zebadías hijos de Jeroham de Gedor.

También de los de Gad huyeron y fueron a David, al lugar fuerte en el desierto, hombres de guerra muy valientes para pelear, diestros con escudo y pavés; sus rostros eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas. Ezer el primero, Obadías el segundo, Eliab el tercero, 10 Mismana el cuarto, Jeremías el quinto, 11 Atai el sexto, Eliel el séptimo, 12 Johanán el octavo, Elzabad el noveno, 13 Jeremías el décimo y Macbanai el undécimo. 14 Estos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad. El menor tenía cargo de cien hombres, y el mayor de mil. 15 Estos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado por todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al poniente.

16 Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David al lugar fuerte. 17 Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande. 18 Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa.

19 También se pasaron a David algunos de Manasés, cuando vino con los filisteos a la batalla contra Saúl (pero David no les ayudó, porque los jefes de los filisteos, habido consejo, lo despidieron, diciendo: Con peligro de nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl). 20 Así que viniendo él a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés, Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletai, príncipes de millares de los de Manasés. 21 Estos ayudaron a David contra la banda de merodeadores, pues todos ellos eran hombres valientes, y fueron capitanes en el ejército. 22 Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como ejército de Dios.

23 Y este es el número de los principales que estaban listos para la guerra, y vinieron a David en Hebrón para traspasarle el reino de Saúl, conforme a la palabra de Jehová: 24 De los hijos de Judá que traían escudo y lanza, seis mil ochocientos, listos para la guerra. 25 De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres, valientes y esforzados para la guerra. 26 De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos; 27 asimismo Joiada, príncipe de los del linaje de Aarón, y con él tres mil setecientos, 28 y Sadoc, joven valiente y esforzado, con veintidós de los principales de la casa de su padre. 29 De los hijos de Benjamín hermanos de Saúl, tres mil; porque hasta entonces muchos de ellos se mantenían fieles a la casa de Saúl. 30 De los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos, muy valientes, varones ilustres en las casas de sus padres. 31 De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, los cuales fueron tomados por lista para venir a poner a David por rey. 32 De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos. 33 De Zabulón cincuenta mil, que salían a campaña prontos para la guerra, con toda clase de armas de guerra, dispuestos a pelear sin doblez de corazón. 34 De Neftalí, mil capitanes, y con ellos treinta y siete mil con escudo y lanza. 35 De los de Dan, dispuestos a pelear, veintiocho mil seiscientos. 36 De Aser, dispuestos para la guerra y preparados para pelear, cuarenta mil. 37 Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas y gaditas y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con toda clase de armas de guerra.

38 Todos estos hombres de guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel; asimismo todos los demás de Israel estaban de un mismo ánimo para poner a David por rey. 39 Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían preparado para ellos. 40 También los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisión de harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite, y bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.

David propone trasladar el arca a Jerusalén

13 Entonces David tomó consejo con los capitanes de millares y de centenas, y con todos los jefes. Y dijo David a toda la asamblea de Israel: Si os parece bien y si es la voluntad de Jehová nuestro Dios, enviaremos a todas partes por nuestros hermanos que han quedado en todas las tierras de Israel, y por los sacerdotes y levitas que están con ellos en sus ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros; y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella. Y dijo toda la asamblea que se hiciese así, porque la cosa parecía bien a todo el pueblo.

David intenta traer el arca

(2 S. 6.1-11)

Entonces David reunió a todo Israel, desde Sihor de Egipto hasta la entrada de Hamat, para que trajesen el arca de Dios de Quiriat-jearim.(A) Y subió David con todo Israel a Baala de Quiriat-jearim, que está en Judá, para pasar de allí el arca de Jehová Dios, que mora entre los querubines,(B) sobre la cual su nombre es invocado. Y llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab en un carro nuevo; y Uza y Ahío guiaban el carro. Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas.

Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaban. 10 Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios. 11 Y David tuvo pesar, porque Jehová había quebrantado a Uza; por lo que llamó aquel lugar Pérez-uza,[a] hasta hoy. 12 Y David temió a Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo he de traer a mi casa el arca de Dios? 13 Y no trajo David el arca a su casa en la ciudad de David, sino que la llevó a casa de Obed-edom geteo. 14 Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom,(C) y todo lo que tenía.

Hiram envía embajadores a David

(2 S. 5.11-12)

14 Hiram rey de Tiro envió a David embajadores, y madera de cedro, y albañiles y carpinteros, para que le edificasen una casa. Y entendió David que Jehová lo había confirmado como rey sobre Israel, y que había exaltado su reino sobre su pueblo Israel.

Hijos de David nacidos en Jerusalén

(2 S. 5.13-16; 1 Cr. 3.5-9)

Entonces David tomó también mujeres en Jerusalén, y engendró David más hijos e hijas. Y estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, Ibhar, Elisúa, Elpelet, Noga, Nefeg, Jafía, Elisama, Beeliada y Elifelet.

David derrota a los filisteos

(2 S. 5.17-25)

Oyendo los filisteos que David había sido ungido rey sobre todo Israel, subieron todos los filisteos en busca de David. Y cuando David lo oyó, salió contra ellos. Y vinieron los filisteos, y se extendieron por el valle de Refaim. 10 Entonces David consultó a Dios, diciendo: ¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová le dijo: Sube, porque yo los entregaré en tus manos. 11 Subieron, pues, a Baal-perazim, y allí los derrotó David. Dijo luego David: Dios rompió mis enemigos por mi mano, como se rompen las aguas. Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim.[b] 12 Y dejaron allí sus dioses, y David dijo que los quemasen. 13 Y volviendo los filisteos a extenderse por el valle, 14 David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo: No subas tras ellos, sino rodéalos, para venir a ellos por delante de las balsameras.

15 Y así que oigas venir un estruendo por las copas de las balsameras, sal luego a la batalla, porque Dios saldrá delante de ti y herirá el ejército de los filisteos. 16 Hizo, pues, David como Dios le mandó, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Gezer. 17 Y la fama de David fue divulgada por todas aquellas tierras; y Jehová puso el temor de David sobre todas las naciones.

Notas al pie

  1. 1 Crónicas 13:11 Esto es, el quebrantamiento de Uza.
  2. 1 Crónicas 14:11 Esto es, el Señor que quebranta.

Guerreros que se unieron a David

12 Estos fueron los guerreros que se unieron a David en Siclag cuando este se encontraba desterrado por causa de Saúl, hijo de Quis. Ellos lo ayudaron en tiempos de guerra. Eran arqueros que podían lanzar piedras y disparar flechas con ambas manos. De los benjamitas parientes de Saúl:

el jefe Ajiezer y Joás, que eran hijos de Semá de Guibeá;

Jeziel y Pélet hijos de Azmávet;

Beracá y Jehú, oriundos de Anatot; Ismaías, el gabaonita, que era uno de los treinta guerreros y jefe de ellos;

Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad de Guederá, Eluzay, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías, el harufita;

los coreítas Elcaná, Isías, Azarel, Joezer y Yasobeán,

Joelá y Zebadías, hijos de Jeroán, oriundos de Guedor.

También algunos de los gaditas se unieron a David cuando se encontraba en la fortaleza del desierto. Eran guerreros valientes, preparados para la guerra, hábiles en el manejo del escudo y de la lanza, feroces como leones y veloces como gacelas monteses.

Se llamaban: Ezer, el primero;

Abdías, el segundo; Eliab, el tercero;

10 Mismaná, el cuarto; Jeremías, el quinto;

11 Atay, el sexto; Eliel, el séptimo;

12 Johanán, el octavo; Elzabad, el noveno;

13 Jeremías, el décimo, y Macbanay, el undécimo.

14 Estos gaditas eran jefes del ejército; el menor de ellos valía por cien, y el mayor, por mil. 15 Fueron ellos quienes atravesaron el Jordán en el mes primero, cuando el río se desbordó por sus dos riberas, e hicieron huir a los habitantes de los valles hacia el este y el oeste.

16 También algunos guerreros de las tribus de Benjamín y de Judá se unieron a David en la fortaleza. 17 David salió a su encuentro y les dijo:

—Si vienen en son de paz y para ayudarme, los aceptaré; pero si vienen para entregarme a mis enemigos, ¡que el Dios de nuestros antepasados lo vea y lo castigue, pues yo no soy ningún criminal!

18 Y el Espíritu vino sobre Amasay, jefe de los treinta, y este exclamó:

«¡Somos tuyos, David!
    ¡Estamos contigo, hijo de Isaí!
¡Tres veces deseamos la paz
    a ti y a quien te brinde su ayuda!
        ¡Y quien te ayuda es tu Dios!».

David los recibió y los puso entre los jefes de la tropa.

19 También algunos guerreros de Manasés se unieron a David cuando este iba con los filisteos a luchar contra Saúl. Pero David y sus guerreros no les ayudaron, porque los jefes de los filisteos se reunieron y decidieron despedirlo, pues dijeron: «David se pondrá de parte de su señor Saúl y eso nos costará la cabeza». 20 Estos fueron los manasesitas que se unieron a David cuando este fue a Siclag: Adná, Jozabad, Jediael, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletay, jefes manasesitas de escuadrones de mil hombres. 21 Ayudaban a David a combatir a las bandas de invasores, pues cada uno de ellos era un guerrero valiente y comandante del ejército. 22 Y cada día se le unían más soldados a David, hasta que llegó a tener un ejército grande, como un ejército de Dios.

Los que se unieron a David en Hebrón

23 Este es el número de los guerreros diestros para la guerra que se presentaron ante David en Hebrón, para entregarle el reino de Saúl, conforme a la palabra del Señor:

24 De Judá: seis mil ochocientos hombres armados de lanza y escudo, diestros para la guerra.

25 De Simeón: siete mil cien guerreros valientes.

26 Cuatro mil seiscientos de Leví 27 y tres mil setecientos aaronitas, con Joyadá, su oficial a cargo; 28 además, Sadoc, joven guerrero muy valiente, con veintidós oficiales de su familia patriarcal.

29 De Benjamín, parientes de Saúl: tres mil hombres. La mayor parte de ellos había permanecido fiel a la familia de Saúl.

30 De Efraín: veinte mil ochocientos hombres valientes, famosos en sus propias familias patriarcales.

31 De la media tribu de Manasés: dieciocho mil hombres que fueron nombrados para ir a proclamar rey a David.

32 De Isacar: doscientos jefes y todos sus parientes bajo sus órdenes. Eran hombres expertos en el conocimiento de los tiempos y sabían lo que Israel tenía que hacer.

33 De Zabulón: cincuenta mil hombres listos para tomar las armas, preparados para usar cualquier clase de armamento y dispuestos a luchar sin cuartel en favor de David.

34 De Neftalí: mil oficiales con treinta y siete mil hombres armados de escudos y lanzas.

35 De Dan: veintiocho mil seiscientos guerreros listos para el combate.

36 De Aser: cuarenta mil hombres listos para el combate.

37 De las tribus al otro lado del Jordán, es decir, de Rubén, Gad y de la media tribu de Manasés: ciento veinte mil hombres equipados con todo tipo de armamento.

38 Todos estos guerreros, preparados para el combate, fueron a Hebrón decididos a proclamar a David como rey de todo Israel.

También los demás israelitas proclamaron de manera unánime a David como rey. 39 Todos se quedaron allí tres días, comiendo y bebiendo con David, ya que sus hermanos les dotaron de lo necesario. 40 Además, los que vivían cerca, y hasta los de Isacar, Zabulón y Neftalí, traían burros, camellos, mulas y bueyes cargados con harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite. También les llevaron toros y ovejas en abundancia, porque Israel rebosaba de alegría.

Traslado del arca a la casa de Obed Edom(A)

13 Después de consultar a los comandantes de mil y de cien soldados, así como a todos los oficiales, David dijo a la asamblea de Israel: «Si les parece bien y si es lo que el Señor nuestro Dios desea, enviemos mensajeros a todas partes para llamar a nuestros hermanos que se han quedado en el territorio de Israel. También llamemos a los sacerdotes y levitas que están en los pueblos y aldeas, a que se unan a nosotros para traer de regreso el arca de nuestro Dios. La verdad es que desde el tiempo de Saúl no la buscamos».

A la asamblea le agradó la propuesta y acordó que se hiciera así.

Entonces David reunió a todo el pueblo de Israel, desde Sijor en Egipto hasta Lebó Jamat,[a] para trasladar el arca que estaba en Quiriat Yearín. Luego David y todo Israel fueron a Balá, que es Quiriat Yearín de Judá, para trasladar de allí el arca de Dios el Señor, que reina entre los querubines —el arca sobre la cual se invoca su Nombre.

Colocaron el arca de Dios en una carreta nueva y la sacaron de la casa de Abinadab. Uza y Ajío guiaban la carreta. David y todo Israel danzaban ante Dios con gran entusiasmo y cantaban al son de arpas, liras, panderos, címbalos y trompetas.

Al llegar al campo de Quidón, los bueyes tropezaron, pero Uza extendió su mano y sostuvo el arca. 10 Entonces la ira del Señor se encendió contra Uza por haber tocado el arca y lo hirió de muerte, de modo que Uza murió delante de Dios.

11 David se enojó porque el Señor había matado a Uza, así que llamó a aquel lugar Peres Uza,[b] nombre que conserva hasta el día de hoy.

12 Aquel día David se sintió temeroso de Dios y exclamó: «¿Cómo me llevaré el arca de Dios?». 13 Por eso no se la llevó a la Ciudad de David, sino que ordenó que la trasladaran a la casa de Obed Edom, oriundo de Gat. 14 Fue así como el arca de Dios permaneció tres meses en la casa de Obed Edom, y el Señor bendijo a la familia de Obed Edom y todo lo que tenía.

Palacio y familia de David(B)

14 Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David y también madera de cedro, canteros y carpinteros para construirle un palacio. Con esto David se dio cuenta de que el Señor, por amor a su pueblo, lo había establecido a él como rey sobre Israel y había engrandecido su reino.

En Jerusalén David tomó otras esposas y tuvo más hijos e hijas. Los hijos que tuvo allí fueron: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, Ibjar, Elisúa, Elpélet, Noga, Néfeg, Jafía, Elisama, Belyadá y Elifelet.

David derrota a los filisteos(C)

Al enterarse los filisteos de que David había sido ungido rey de todo Israel, subieron todos ellos contra él. Pero David lo supo y salió a su encuentro. Los filisteos habían avanzado e invadido el valle de Refayin. 10 Así que David consultó a Dios:

—¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi poder?

—Atácalos —respondió el Señor—, pues yo los entregaré en tus manos.

11 Entonces fueron a Baal Perasín[c] y allí David los derrotó. Y dijo: «Como se abren brechas en el agua, así Dios ha abierto brechas entre mis enemigos por medio de mí». Por eso a aquel lugar lo llamaron Baal Perasín. 12 Allí los filisteos abandonaron a sus dioses y estos fueron quemados por orden de David.

13 Pero los filisteos volvieron a invadirlos en el valle. 14 Así que David volvió a consultar a Dios y este respondió:

—No los ataques de frente, sino rodéalos hasta llegar a los árboles de bálsamo y entonces atácalos por la retaguardia. 15 Tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, atácalos, pues eso quiere decir que Dios va al frente de ti para derrotar al ejército filisteo.

16 Así lo hizo David, tal como Dios se lo había ordenado, y derrotaron al ejército filisteo desde Gabaón hasta Guézer.

17 La fama de David se extendió por todas las regiones, y el Señor hizo que todos los pueblos le tuvieran miedo.

Notas al pie

  1. 13:5 Lebó Jamat. Alt. la entrada de Jamat.
  2. 13:11 En hebreo, Peres Uza significa golpe de Uza o brecha en Uza.
  3. 14:11 En hebreo, Baal Perasín significa el dueño de las brechas.

Los aliados de David

12 En los días en que David tuvo que huir de Saúl hijo de Quis, un grupo de soldados valientes se le unió en Siclag para ayudarlo en las batallas. Estos soldados eran capaces de disparar piedras y flechas con cualquiera de las dos manos. Ésta es la lista de sus nombres y lugares de origen:

De los descendientes de Saúl

De los descendientes de Saúl, que pertenecían a la tribu de Benjamín:

Ahiézer hijo de Semaá, de Guibeá, que era el jefe;

Joás hijo de Semaá, de Guibeá;

Jeziel y Pélet, hijos de Azmávet;

Beracá y Jehú, de Anatot;

Ismaías de Gabaón, jefe de los treinta soldados más valientes;

Jeremías,

Jahaziel,

Johanán,

Jozabad de Guederá,

5-7 Eluzai,

Jerimot,

Bealías,

Semarías,

Sefatías el harufita,

Joelá y Zebadías, hijos de Jeroham, de Guedor.

De los descendientes de Coré

De los descendientes de Coré:

Elcaná,

Isías,

Azarel,

Joézer,

Jasobeam.

De la tribu de Gad

8-15 De la tribu de Gad hubo algunos hombres que se unieron a David cuando se refugió en una fortaleza del desierto. Eran soldados valientes, entrenados para la guerra, y que usaban muy bien el escudo y la lanza. Peleaban como leones y corrían como venados. Todos eran jefes del ejército; unos eran jefes de cien, y otros de mil.

En cierta ocasión, estos hombres cruzaron el río Jordán e hicieron huir por todos lados a los que vivían en los valles. Esto sucedió al comienzo de la primavera, que es cuando el Jordán crece mucho.

Éstos son los nombres de esos soldados, en orden de importancia:

Éser,

Abdías,

Eliab,

Mismaná,

Jeremías,

Atai,

Eliel,

Johanán,

Elzabad,

Jeremías,

Macbanai.

De las tribus de Benjamín y Judá

16 Mientras David estaba en la fortaleza, algunos hombres de las tribus de Benjamín y de Judá fueron a verlo para unirse a él. 17 Al verlos, David salió a su encuentro y les dijo:

«Si sus intenciones son buenas y vienen para ayudarme, acepto de todo corazón que se unan a mi tropa; pero si lo que quieren es traicionarme y entregarme a mis enemigos, ¡que nuestro Dios los castigue! Yo a nadie le he causado daño, pues no soy un criminal».

18 Entonces el espíritu de Dios tomó control de Amasai, jefe de los treinta soldados más valientes del ejército de David, y lo hizo exclamar:

«¡El éxito está contigo, David!
¡La victoria siempre te acompaña,
y acompañará a los que se te unan,
porque Dios te hace triunfar!»

David los aceptó, y hasta los puso entre los jefes de la tropa.

De la tribu de Manasés

19-21 En cierta ocasión, cuando David se unió a uno de los jefes filisteos para enfrentarse a Saúl, los demás jefes no lo aceptaron, pues decían: «¡David nos matará y así podrá regresar al lado de su rey Saúl!»

Los soldados que acompañaban a David a esa batalla eran hombres de la tribu de Manasés, todos ellos soldados valientes y jefes de tropa. Se habían unido a David cuando estaba en el refugio de Siclag, y lo ayudaron a combatir tropas enemigas. Éstos son sus nombres:

Adná,

Jozabad,

Jediael,

Micael,

Jozabad,

Elihú,

Siletai.

22 Y día tras día, más hombres se le unían a David, hasta que llegó a tener un gran ejército.

El ejército de David

23-38 Cuando Saúl murió, y David ya reinaba sobre Judá en Hebrón, las demás tribus de Israel le pidieron a David que fuera su rey. Por eso, todos los hombres entrenados para la guerra fueron a Hebrón con la firme decisión de reconocer a David como rey de todo Israel. Así cumplió Dios su promesa a David.

Éste fue el número total de esos hombres:

De la tribu de Judá: seis mil ochocientos, con escudos y lanzas.

De la tribu de Simeón: siete mil cien valientes soldados.

De la tribu de Leví: cuatro mil seiscientos.

De la familia de Aarón: tres mil setecientos; Joiadá era el jefe.

De la familia de Sadoc, soldado joven y valiente: veintidós.

De la tribu de Benjamín, que había sido fiel a Saúl: tres mil.

De la tribu de Efraín: veinte mil ochocientos soldados reconocidos por su valentía entre sus grupos familiares.

De la media tribu de Manasés: dieciocho mil.

De la tribu de Isacar: doscientos jefes, sin contar los soldados bajo sus órdenes. Estos jefes sabían hacer muy buenos planes de guerra.

De la tribu de Zabulón: cincuenta mil soldados siempre listos para entrar en combate.

De la tribu de Neftalí: mil jefes con treinta y siete mil soldados con lanzas y escudos.

De la tribu de Dan: veintiocho mil seiscientos.

De la tribu de Aser: cuarenta mil soldados listos para entrar en combate.

De las tribus de Rubén y Gad, y de la media tribu de Manasés, que vivían del otro lado del río Jordán: ciento veinte mil soldados bien armados.

39 Durante tres días, todos estos hombres estuvieron con David en Hebrón, comiendo y bebiendo lo que sus parientes les habían preparado. 40 Además, los vecinos de ese lugar, y aun los que vivían en lugares lejanos como Isacar, Zabulón y Neftalí, les llevaron comida en abundancia: harina, panes de higos, pasas, vino, aceite, toros y ovejas. Éstos fueron días de fiesta y alegría para todo el pueblo de Israel.

David intenta llevar el cofre a Jerusalén (2 S 6.1-11)

13 David consultó a los jefes de su ejército, 2-3 y después les dijo a los israelitas:

«Desde que Saúl era rey, nos hemos olvidado del cofre de nuestro Dios. Por eso, si ustedes creen que está bien, y si es la voluntad de nuestro Dios, vamos a llamar al resto del pueblo, y también a todos los sacerdotes y los ayudantes que están en sus ciudades y tierras de pastoreo. Los invitaremos para que, junto con ellos, traigamos el cofre del pacto de Dios».

Y los israelitas aceptaron lo que David propuso.

5-6 Entonces David reunió a todo el pueblo de Israel. Lo reunió desde Sihor, en la frontera con Egipto, hasta la entrada de Hamat. Luego fue con ellos a Quiriat-jearim, también llamada Baalá de Judá, para llevarse a Jerusalén el cofre de Dios todopoderoso. Ante ese cofre se ora a Dios, que reina entre los querubines.

Los israelitas sacaron el cofre de la casa de Abinadab, y lo pusieron sobre una carreta nueva que iban guiando Uzá y Ahió.

David y todos los israelitas iban danzando con todas sus fuerzas y cantando muy alegres delante de Dios, al son de la música de guitarras, arpas, panderos, platillos y trompetas. Cuando llegaron a un lugar donde se limpiaba el trigo, que pertenecía a Quidón, los bueyes que jalaban la carreta se tropezaron. Entonces Uzá sostuvo el cofre para que no se cayera, 10-11 pero a Dios no le gustó que él tocara el cofre, y allí mismo le quitó la vida, partiéndolo en dos. David se enojó mucho porque Dios le había quitado la vida a Uzá, y por eso llamó a ese lugar Peres-uzá.[a] 12 Pero luego sintió miedo y dijo: «Es mejor que no me lleve el cofre de Dios».

13-14 Y David no se atrevió a llevar el cofre de Dios a Jerusalén, así que lo dejó en casa de Obed-edom, que vivía en Gat. El cofre de Dios se quedó allí tres meses, y durante ese tiempo Dios bendijo a la familia de Obed-edom y todo lo que tenía.

Hiram envía sus representantes a David (2 S 5.11-12)

14 1-2 Cada día David tenía más y más poder, pues el Dios todopoderoso lo ayudaba. David sabía que Dios le había dado ese poder, y que lo había hecho rey de Israel por amor a su pueblo.

Hiram, el rey de Tiro, envió gente que sabía construir con madera y piedra. Con ellos envió madera para que le hicieran a David un palacio en Jerusalén.

David tiene más hijos (2 S 5.13-16)

3-4 En Jerusalén David tuvo más esposas; los hijos que tuvo con ellas fueron:

Samúa,

Sobab,

Natán,

Salomón,

Ibhar,

Elisúa,

Elpélet,

Nógah,

Néfeg,

Jafía,

Elisamá,

Beeliadá,

Elifélet.

David vence a los filisteos (2 S 5.17-25)

8-10 Cuando los filisteos supieron que David ya era rey de todo Israel, se unieron para atacarlo y fueron al valle de Refaim, donde comenzaron a atacar las aldeas vecinas. Pero David se enteró y salió a encontrarse con ellos. Allí consultó a Dios: «Si salgo a pelear contra los filisteos, ¿me ayudarás a vencerlos?»

Y Dios le contestó: «Claro que sí. Yo te ayudaré a vencerlos».

11-12 Entonces David salió a Baal-perasim, y allí venció a los filisteos. Los filisteos huyeron y dejaron tirados sus ídolos, así que David ordenó que los quemaran. A ese lugar David lo llamó Baal-perasim,[b] pues dijo: «Dios es fuerte como la corriente de un río, pues me abrió el camino para vencer a mis enemigos.»

13 Pero los filisteos volvieron a atacar a David y ocuparon todo el valle de Refaim. 14 David volvió a consultar a Dios, y Dios le respondió:

«No los ataques de frente; rodéalos y atácalos por detrás. Cuando llegues a donde están los árboles de bálsamo, 15 oirás mis pasos en la punta de los árboles. Ésa será la señal para que te lances al ataque. Ahí me verás ir delante de ti, para destruir al ejército filisteo».

16 Así lo hizo David, y ese día venció a los filisteos desde Gabaón hasta Guézer. 17 David se hizo muy famoso en toda la tierra, y Dios hizo que todas las naciones le tuvieran miedo a David.

Notas al pie

  1. 1 Crónicas 13:10 En hebreo, Peres-uzá significa golpe contra Uzá, o también brecha en Uzá.
  2. 1 Crónicas 14:11 En hebreo, Baal-perasim significa Señor de los caminos.

El ejército de David

12 Y estos son los que vinieron a David en Siclag, mientras aún se ocultaba[a] por causa de Saúl, hijo de Cis. Eran de los hombres valientes que le ayudaron en la guerra(A). Estaban armados con arcos, y usaban tanto la mano derecha como la izquierda para lanzar piedras y tirar flechas con el arco(B). Eran parientes[b] de Saúl(C) de Benjamín. El jefe era Ahiezer, después Joás, hijos de Semaa guibeatita; Jeziel y Pelet, hijos de Azmavet; Beraca y Jehú anatotita; Ismaías gabaonita, hombre valiente entre los treinta, y jefe de[c] los treinta. [d]Después Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad gederatita, [e]Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías harufita, Elcana, Isías, Azareel, Joezer, Jasobeam, coreítas, y Joela y Zebadías, hijos de Jeroham de Gedor.

También de los de Gad se pasaron a[f] David en la fortaleza en el desierto, hombres fuertes y valientes, entrenados para la guerra, diestros con el escudo y la lanza, cuyos rostros eran como rostros de leones, y eran tan ligeros como las gacelas sobre los montes(D). Ezer fue el primero, Obadías el segundo, Eliab el tercero, 10 Mismana el cuarto, Jeremías el quinto, 11 Atai el sexto, Eliel el séptimo, 12 Johanán el octavo, Elzabad el noveno, 13 Jeremías el décimo, Macbanai el undécimo. 14 De los hijos de Gad, estos fueron capitanes[g] del ejército; el menor valía por cien y el mayor por mil(E). 15 Estos son los que cruzaron el Jordán en el primer mes, cuando inundaba todas sus riberas, y pusieron en fuga a todos los de los valles, tanto al oriente como al occidente(F).

16 Entonces vinieron algunos de los hijos de Benjamín y Judá a David a la fortaleza. 17 Y salió David a su encuentro, y les habló, diciendo[h]: Si venís a mí en paz para ayudarme, mi corazón se unirá con vosotros; pero si venís para entregarme a mis enemigos, ya que no hay maldad[i] en mis manos[j], que el Dios de nuestros padres lo vea y decida. 18 Entonces el Espíritu vino sobre[k](G) Amasai(H), jefe de los treinta, el cual dijo:

Tuyos somos, oh David,
y contigo estamos, hijo de Isaí.
Paz, paz a ti(I),
y paz al que te ayuda;
ciertamente tu Dios te ayuda.

Entonces David los recibió y los hizo capitanes[l] del grupo.

19 Algunos de Manasés se pasaron también a David, cuando este iba con los filisteos a la batalla contra Saúl(J). Pero estos no les ayudaron, porque los príncipes de los filisteos, después de tomar consejo, lo despidieron, diciendo: A costa de[m] nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl. 20 Y cuando él iba a Siclag, se pasaron a él de Manasés: Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletai, capitanes[n] de miles que eran de Manasés. 21 Ellos ayudaron a David contra la banda de merodeadores(K), pues todos eran hombres fuertes y valientes, y fueron capitanes en el ejército. 22 Porque día tras día se pasaban hombres a David para ayudarlo, hasta que hubo un gran ejército[o], como un ejército[p] de Dios(L).

23 Y estos son los números de los escuadrones[q] equipados para la guerra, que vinieron a David en Hebrón(M) para transferirle el reino de Saúl(N), conforme a la palabra[r] del Señor(O): 24 Los hijos de Judá que llevaban escudo y lanza eran seis mil ochocientos, equipados para la guerra. 25 De los hijos de Simeón, hombres fuertes y valientes para la guerra, siete mil cien. 26 De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos. 27 Y Joiada, príncipe de la casa de Aarón, y con él tres mil setecientos; 28 también Sadoc(P), joven fuerte y valiente, y de la casa de su padre veintidós capitanes. 29 De los hijos de Benjamín, parientes de Saúl(Q), tres mil; porque hasta entonces la mayor parte de ellos habían permanecido fieles a la casa de Saúl(R). 30 De los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos, hombres fuertes y valientes, famosos en sus casas paternas. 31 De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, que por nombre fueron designados para venir y hacer rey a David. 32 De los hijos de Isacar, expertos en discernir los tiempos(S), con conocimiento de lo que Israel debía hacer, sus jefes eran doscientos; y todos sus parientes estaban bajo sus órdenes. 33 De Zabulón había cincuenta mil que salieron con el ejército, que podían ponerse en orden de batalla con toda clase de armas de guerra y que ayudaron a David sin doblez de corazón(T). 34 De Neftalí había mil capitanes, y con ellos treinta y siete mil con escudo y lanza. 35 De los de Dan que podían ponerse en orden de batalla, había veintiocho mil seiscientos. 36 De Aser había cuarenta mil que salieron con el ejército para ponerse en orden de batalla. 37 Y del otro lado del Jordán de los rubenitas y gaditas y de la media tribu de Manasés, había ciento veinte mil con toda clase de armas de guerra para la batalla.

38 Todos estos, hombres de guerra, que podían ponerse en orden de batalla, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para hacer rey a David sobre todo Israel; también todos los demás de Israel eran de un mismo parecer para hacer rey a David(U). 39 Y estuvieron allí con David tres días, comiendo y bebiendo, porque sus parientes habían hecho provisión para ellos. 40 También, los que estaban cerca de ellos, y hasta Isacar, Zabulón y Neftalí, trajeron víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; grandes cantidades de tortas de harina, tortas de higos y racimos de uvas pasas, vino, aceite, bueyes y ovejas(V). Verdaderamente había alegría en Israel.

Traslado del arca

13 Entonces David consultó con los capitanes de millares y de centenas, es decir, con todos los jefes. Y David dijo a toda la asamblea de Israel: Si os parece bien, y si es del Señor nuestro Dios, enviemos mensaje a todas partes, a nuestros parientes[s] que permanecen en toda la tierra de Israel, y también a los sacerdotes y a los levitas que están con ellos en sus ciudades y tierras de pastos, para que se reúnan con nosotros; y traigamos a nuestro lado el arca de nuestro Dios, porque no la consultamos[t] en los días de Saúl(W). Toda la asamblea dijo que así lo harían, porque esto pareció bien a todo el pueblo. (X)Entonces David congregó a todo Israel(Y), desde Sihor de Egipto hasta la entrada de Hamat, para traer el arca de Dios de Quiriat-jearim(Z). Y subió David con todo Israel(AA) a Baala, es decir, a Quiriat-jearim(AB), que pertenece a Judá, para hacer subir desde allí el arca de Dios el Señor, que está[u] sobre los querubines, donde se invoca su nombre(AC). Y llevaron[v] el arca de Dios de la casa de Abinadab(AD) en un carro nuevo, y Uza y Ahío guiaban el carro. David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos y liras, con arpas, panderos, con címbalos y trompetas(AE).

Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano para sostener el arca, porque los bueyes casi la volcaron(AF). 10 Y se encendió la ira del Señor contra Uza, y lo hirió porque había extendido su mano al arca(AG); y allí murió delante de Dios(AH). 11 Entonces David se enojó porque el Señor había estallado en ira[w] contra Uza; y llamó aquel lugar Pérez-uza[x] hasta el día de hoy. 12 David tuvo temor a Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo puedo traer a mí el arca de Dios? 13 Así que David no llevó consigo el arca a la ciudad de David, sino que la hizo llevar[y] a la casa de Obed-edom(AI) geteo. 14 Así que el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo el Señor a la familia de Obed-edom(AJ) y todo lo que tenía.

David y su familia

14 (AK)Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David, con madera de cedro, albañiles y carpinteros, para edificarle una casa. Y comprendió David que el Señor lo había confirmado por rey sobre Israel, y que su reino había sido exaltado en gran manera por amor a su pueblo Israel.

(AL)Entonces David tomó más mujeres en Jerusalén, y engendró David más hijos e hijas. Y estos son los nombres de los hijos que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, Ibhar, Elisúa, Elpelet, Noga, Nefeg, Jafía, Elisama, Beeliada y Elifelet.

(AM)Al oír los filisteos que David había sido ungido rey sobre todo Israel, todos los filisteos subieron en busca de David; y cuando David se enteró, salió contra ellos. Pues los filisteos habían venido y hecho una incursión en el valle de Refaim(AN). 10 David consultó a Dios, diciendo: ¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y el Señor le dijo: Sube, porque los entregaré en tu mano. 11 Entonces subieron a Baal-perazim, y David los derrotó[z] allí. Y dijo David: Dios ha abierto brecha entre mis enemigos por mi mano, como brecha de aguas. Por eso llamó aquel lugar Baal-perazim[aa]. 12 Y ellos abandonaron allí sus dioses, y David ordenó que fueran quemados.

13 Después los filisteos hicieron de nuevo otra incursión en el valle(AO). 14 David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo: No subas contra[ab] ellos; dales un rodeo por detrás[ac], y sal a ellos frente a las balsameras. 15 Y[ad] cuando oigas el sonido de marcha en las copas de las balsameras, entonces saldrás a la batalla, porque Dios ya habrá salido delante de ti para herir al ejército de los filisteos. 16 David hizo tal como Dios le había mandado, e hirieron al ejército de los filisteos desde Gabaón[ae] hasta Gezer. 17 La fama de David se extendió por todas aquellas[af] tierras, y el Señor puso el terror de David[ag] sobre todas las naciones(AP).

Notas al pie

  1. 1 Crónicas 12:1 Lit., estaba encerrado
  2. 1 Crónicas 12:2 Lit., hermanos, y así en el resto del cap.
  3. 1 Crónicas 12:4 Lit., sobre
  4. 1 Crónicas 12:4 En el texto heb. aquí comienza el vers. 5
  5. 1 Crónicas 12:5 En el texto heb., vers. 6
  6. 1 Crónicas 12:8 Lit., se separaron hacia
  7. 1 Crónicas 12:14 O, jefes
  8. 1 Crónicas 12:17 Lit., respondió y les dijo
  9. 1 Crónicas 12:17 Lit., violencia
  10. 1 Crónicas 12:17 Lit., palmas
  11. 1 Crónicas 12:18 Lit., revistió a
  12. 1 Crónicas 12:18 O, jefes
  13. 1 Crónicas 12:19 Lit., Con
  14. 1 Crónicas 12:20 O, jefes
  15. 1 Crónicas 12:22 Lit., campamento
  16. 1 Crónicas 12:22 Lit., campamento
  17. 1 Crónicas 12:23 Lit., las cabezas
  18. 1 Crónicas 12:23 Lit., boca
  19. 1 Crónicas 13:2 Lit., hermanos
  20. 1 Crónicas 13:3 O, buscamos
  21. 1 Crónicas 13:6 Lit., está sentado
  22. 1 Crónicas 13:7 Lit., E hicieron andar
  23. 1 Crónicas 13:11 Lit., el Señor había hecho una brecha
  24. 1 Crónicas 13:11 I.e., la brecha de Uza
  25. 1 Crónicas 13:13 Lit., desviar
  26. 1 Crónicas 14:11 Lit., hirió
  27. 1 Crónicas 14:11 I.e., el señor de la brecha
  28. 1 Crónicas 14:14 Lit., tras
  29. 1 Crónicas 14:14 Lit., de sobre ellos
  30. 1 Crónicas 14:15 Lit., Y sucederá que
  31. 1 Crónicas 14:16 En 2 Sam. 5:25, Geba
  32. 1 Crónicas 14:17 Lit., las
  33. 1 Crónicas 14:17 Lit., de él