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21 Cuando David llegó adonde estaban los doscientos hombres que por desfallecimiento no habían podido acompañarlo y se habían quedado en el arroyo de Besor, estos salieron a recibir a David y a la gente. David se acercó a ellos y los saludó. 22 Pero algunos de los que habían acompañado a David, gente desalmada y ruin, dijeron:

— Como no han venido con nosotros, no tendrán parte del botín recuperado. Que cada cual tome a su mujer y a sus hijos y se marche.

23 Pero David replicó:

— No podéis hacer eso, hermanos, pues ha sido el Señor quien nos lo ha dado; él nos ha protegido y nos ha entregado la banda que nos había atacado.

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