1 Samuel 17:28-37
Reina-Valera 1995
28 Al oírlo hablar así con aquellos hombres, Eliab, su hermano mayor, se encendió en ira contra David y le dijo:
—¿Para qué has descendido acá? ¿A quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón; has venido para ver la batalla.
29 —¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar? —dijo David.
30 Y, apartándose de él, se dirigió a otros y les preguntó de igual manera; y el pueblo le dio la misma respuesta de antes. 31 Fueron oídas las palabras que había dicho David, y se lo contaron a Saúl, que lo hizo venir. 32 Dijo David a Saúl:
—Que nadie se desanime a causa de ése; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.
33 Dijo Saúl a David:
—Tú no podrás ir contra aquel filisteo, y pelear con él, porque eres un muchacho, mientras que él es un hombre de guerra desde su juventud.
34 David respondió a Saúl:
—Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre. Cuando venía un león o un oso, y se llevaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, lo hería y se lo arrancaba de la boca; y si se revolvía contra mí, le echaba mano a la quijada, lo hería y lo mataba. 36 Ya fuera león o fuera oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 37 Jehová —añadió David—, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de manos de este filisteo.
Dijo Saúl a David:
—Ve, y que Jehová sea contigo.
Read full chapterCopyright © 1995 by United Bible Societies