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El pecado de Jeroboam

25 Entonces reedificó Jeroboam a Siquem en el monte de Efraín, y habitó en ella; y saliendo de allí, reedificó a Penuel. 26 Y dijo Jeroboam en su corazón: Ahora se volverá el reino a la casa de David, 27 si este pueblo subiere a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén; porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam rey de Judá, y me matarán a mí, y se volverán a Roboam rey de Judá. 28 Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto.(A) 29 Y puso uno en Bet-el, y el otro en Dan. 30 Y esto fue causa de pecado; porque el pueblo iba a adorar delante de uno hasta Dan. 31 Hizo también casas sobre los lugares altos, e hizo sacerdotes de entre el pueblo, que no eran de los hijos de Leví. 32 Entonces instituyó Jeroboam fiesta solemne en el mes octavo, a los quince días del mes, conforme a la fiesta solemne que se celebraba en Judá; y sacrificó sobre un altar. Así hizo en Bet-el, ofreciendo sacrificios a los becerros que había hecho. Ordenó también en Bet-el sacerdotes para los lugares altos que él había fabricado. 33 Sacrificó, pues, sobre el altar que él había hecho en Bet-el, a los quince días del mes octavo, el mes que él había inventado de su propio corazón;(B) e hizo fiesta a los hijos de Israel, y subió al altar para quemar incienso.

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Los becerros de oro en Betel y Dan

25 Jeroboán fortificó la ciudad de Siquén en la región montañosa de Efraín y se estableció allí. Luego se fue de Siquén y fortificó Peniel. 26 Pero reflexionó: «¿Y qué tal si ahora el reino vuelve a la familia de David? 27 Si la gente sigue subiendo a Jerusalén para ofrecer sacrificios en el Templo del Señor, acabará por reconciliarse con su señor Roboán, rey de Judá. Entonces a mí me matarán y volverán a unirse a él».

28 Después de buscar consejo, el rey hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: «¡Israelitas, no es necesario que sigan subiendo a Jerusalén! Aquí están sus dioses, que los sacaron de Egipto». 29 Así que colocó uno de los becerros en Betel y el otro en Dan. 30 Y esto incitó al pueblo a pecar; muchos incluso iban hasta Dan para adorar al becerro que estaba allí.

31 Jeroboán construyó altares paganos y puso como sacerdotes a gente del pueblo, incluso a quienes no eran levitas. 32 Decretó celebrar una fiesta el día quince del mes octavo, semejante a la que se celebraba en Judá. En el altar de Betel ofreció sacrificios a los becerros que había hecho y estableció también sacerdotes para los altares paganos que había construido. 33 Así pues, el día quince del mes octavo Jeroboán subió al altar que había construido en Betel y quemó incienso.[a] Ese fue el día que arbitrariamente decretó como día de fiesta para los israelitas.

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Footnotes

  1. 12:33 incienso. Alt. sacrificios.

Jeroboam implanta la idolatría

25 Jeroboam reconstruyó la ciudad de Siquem, que está en los montes de Efraín, y se estableció en ella. Luego reconstruyó también Penuel. 26 Pero pensó: «La dinastía de David puede recuperar el reino, 27 si esta gente va a Jerusalén para ofrecer sacrificios en el templo del Señor. Volverán a sentir afecto por Roboam, rey de Judá, y entonces me matarán y se volverán a Roboam, rey de Judá.»

28 Después de haber consultado el asunto, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: «Ustedes, israelitas, ya han ido bastante a Jerusalén. Aquí tienen a sus dioses, que los sacaron de Egipto.» 29 Entonces puso uno en Betel y el otro en Dan. 30 Y esto fue causa de que Israel pecara, pues la gente iba a Betel y a Dan para adorarlos. 31 Construyó también santuarios en lugares altos y nombró sacerdotes a gente del pueblo, que no eran levitas. 32 Además estableció una fiesta religiosa el día quince del mes octavo, como la fiesta que se celebraba en Judá, y él mismo ofreció sacrificios sobre el altar. Esto lo hizo en Betel, ofreciendo sacrificios a los becerros que había fabricado y nombrando sacerdotes para los santuarios paganos que había construido. 33 Así pues, el día quince del mes octavo, Jeroboam ofreció sacrificios sobre el altar que había construido en Betel. Éste era el mes de la fiesta que él inventó a su antojo, declarándola fiesta religiosa para los israelitas, el mismo mes en que subió al altar a quemar incienso.

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