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Dios da poderes a Moisés

Moisés respondió, y dijo: ¿Y si no me creen, ni escuchan mi voz(A)? Porque quizá digan: «No se te ha aparecido el Señor(B)». Y el Señor le dijo: ¿Qué es eso que tienes en la mano? Y él respondió: Una vara(C). Entonces Él dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra y se convirtió en una serpiente(D); y Moisés huyó de ella. Pero el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano y agárrala por la cola. Y él extendió la mano, la agarró, y se volvió vara en su mano[a]. Por esto creerán que se te ha aparecido el Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob(E). Y añadió el Señor: Ahora mete la mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno, y cuando la sacó, he aquí, su mano estaba leprosa, blanca como la nieve(F). Entonces Él dijo: Vuelve a meter la mano en tu seno. Y él volvió a meter la mano en su seno, y cuando la sacó de su seno, he aquí, se había vuelto como el resto de su carne(G). Y acontecerá que si no te creen, ni obedecen el testimonio[b] de la primera señal, quizá crean el testimonio[c] de la segunda[d] señal. Y sucederá que si todavía no creen estas dos señales, ni escuchan tu voz, entonces sacarás agua del Nilo y la derramarás sobre la tierra seca; y el agua que saques del Nilo se convertirá en sangre sobre la tierra seca(H).

10 Entonces Moisés dijo al Señor: Por favor, Señor, nunca he sido hombre elocuente[e](I), ni ayer ni en tiempos pasados, ni aun después de[f] que has hablado a tu siervo; porque soy tardo[g] en el habla y torpe[h] de lengua. 11 Y el Señor le dijo: ¿Quién ha hecho la boca del hombre? ¿O quién hace al hombre mudo o sordo, con vista o ciego(J)? ¿No soy yo, el Señor? 12 Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca(K), y te enseñaré lo que has de hablar(L). 13 Pero él dijo: Te ruego, Señor, envía ahora el mensaje por medio de quien tú quieras[i]. 14 Entonces se encendió la ira del Señor contra Moisés, y le dijo: ¿No está allí tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él habla bien[j]. Y además, he aquí, él sale a recibirte(M); al verte, se alegrará en su corazón. 15 Y tú le hablarás, y pondrás las palabras en su boca; y yo estaré con tu boca y con su boca y os enseñaré lo que habéis de hacer(N). 16 Además, él hablará por ti al pueblo(O); y[k] él te servirá como boca y tú serás para él como Dios. 17 Y tomarás en tu mano esta vara(P) con la cual harás las señales(Q).

Moisés regresa a Egipto

18 Moisés se fue y volvió a casa de su suegro Jetro[l](R), y le dijo: Te ruego que me dejes ir para volver a mis hermanos que están en Egipto, y ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz. 19 Y el Señor dijo a Moisés en Madián: Ve, vuelve a Egipto, porque han muerto todos los hombres que buscaban tu vida(S). 20 Moisés tomó su mujer y sus hijos(T), los montó sobre un asno y volvió a la tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano(U). 21 Y el Señor dijo a Moisés: Cuando vuelvas[m] a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano(V); pero yo endureceré su corazón de modo que no dejará ir al pueblo(W). 22 Entonces dirás a Faraón: «Así dice el Señor: “Israel es mi hijo, mi primogénito(X). 23 Y te he dicho: ‘Deja ir a mi hijo para que me sirva(Y)’, pero te has negado a dejarlo ir. He aquí, mataré a tu hijo, a tu primogénito(Z)”».

24 Y aconteció que en una posada en el camino, el Señor le salió al encuentro y quiso matarlo(AA). 25 Entonces Séfora tomó un pedernal, cortó el prepucio de su hijo(AB) y lo echó a los pies de Moisés[n], y dijo: Tú eres, ciertamente, un esposo de sangre para mí. 26 Y Dios lo dejó[o]. Ella había dicho entonces: Eres esposo de sangre, a causa de[p] la circuncisión.

27 Y el Señor dijo a Aarón(AC): Ve al encuentro de Moisés en el desierto. Y él fue y le salió al encuentro en el monte de Dios(AD), y lo besó. 28 Y contó Moisés a Aarón todas las palabras del Señor con las cuales le enviaba, y todas las señales que le había mandado hacer(AE). 29 Entonces fueron Moisés y Aarón y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel(AF); 30 y Aarón habló todas las palabras que Dios había hablado a Moisés(AG). Este hizo entonces las señales en presencia del pueblo(AH), 31 y el pueblo creyó(AI). Y al oír que el Señor había visitado a los hijos de Israel y había visto su aflicción(AJ), se postraron y adoraron(AK).

Moisés y Aarón ante Faraón

Después Moisés y Aarón fueron y dijeron a Faraón: Así dice el Señor, Dios de Israel(AL): «Deja ir a mi pueblo para que me celebre fiesta en el desierto(AM)». Pero Faraón dijo: ¿Quién es el Señor(AN) para que yo escuche su voz y deje ir a Israel? No conozco al Señor, y además, no dejaré ir a Israel(AO). Entonces ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro. Déjanos ir, te rogamos, camino de tres días al desierto para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios(AP), no sea que venga sobre nosotros con pestilencia o con espada. Pero el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué apartáis[q] al pueblo de sus trabajos? Volved[r] a vuestras labores[s](AQ). Y añadió Faraón: Mirad, el pueblo de la tierra es ahora mucho(AR), ¡y vosotros queréis que ellos cesen en sus labores[t]!

Orden despótica de Faraón

Aquel mismo día, dio órdenes Faraón a los capataces[u] que estaban sobre el pueblo(AS), y a sus jefes(AT), diciendo: Ya no daréis, como antes, paja al pueblo para hacer ladrillos; que vayan ellos y recojan paja por sí mismos. Pero exigiréis de[v] ellos la misma cantidad de ladrillos que hacían antes; no la disminuyáis en lo más mínimo. Porque son perezosos[w], por eso claman, diciendo: «Déjanos ir a ofrecer sacrificios a nuestro Dios(AU)». Recárguese el trabajo sobre estos[x] hombres, para que estén ocupados en él y no presten atención a palabras falsas.

10 Salieron, pues, los capataces del pueblo y sus jefes y hablaron al pueblo(AV), diciendo: Así dice Faraón: «No os daré paja. 11 Id vosotros mismos y recoged paja donde la halléis; pero vuestra tarea no será disminuida en lo más mínimo». 12 Entonces el pueblo se dispersó por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojos en lugar de paja. 13 Y los capataces los apremiaban, diciendo: Acabad vuestras tareas, vuestra tarea diaria[y], como cuando teníais[z] paja. 14 Y azotaban a los jefes de los hijos de Israel que los capataces de Faraón habían puesto sobre ellos(AW), diciéndoles(AX): ¿Por qué no habéis terminado, ni ayer ni hoy, la cantidad de ladrillos requerida como antes?

Queja de los jefes hebreos

15 Entonces los jefes de los hijos de Israel fueron y clamaron a Faraón, diciendo: ¿Por qué tratas así a tus siervos? 16 No se da paja a tus siervos, sin embargo siguen diciéndonos: «Haced ladrillos». Y he aquí, tus siervos son azotados; pero la culpa es de tu pueblo. 17 Mas él dijo: Sois perezosos[aa], muy perezosos(AY); por eso decís: «Déjanos ir a ofrecer sacrificios al Señor». 18 Ahora pues, id y trabajad; pero no se os dará paja, sin embargo, debéis entregar la misma cantidad de ladrillos. 19 Los jefes de los hijos de Israel se dieron cuenta de que estaban en dificultades, cuando les dijeron[ab]: No debéis disminuir vuestra cantidad diaria de ladrillos[ac]. 20 Y al salir de la presencia de Faraón, se encontraron con Moisés y Aarón, que los estaban esperando[ad]. 21 Y les dijeron(AZ): Mire el Señor sobre vosotros y os juzgue(BA), pues nos habéis hecho odiosos[ae] ante los ojos de Faraón y ante los ojos de sus siervos(BB), poniéndoles una espada en la mano para que nos maten.

Oración de Moisés

22 Entonces se volvió Moisés al Señor, y dijo: Oh Señor, ¿por qué has hecho mal a este pueblo? ¿Por qué me enviaste(BC)? 23 Pues desde que vine a Faraón a hablar en tu nombre, él ha hecho mal a este pueblo, y tú no has hecho nada por librar a tu pueblo(BD).

Dios confirma su promesa a Moisés

Respondió el Señor a Moisés: Ahora verás lo que haré a Faraón; porque por la fuerza[af] los dejará ir; y por la fuerza[ag] los echará de su tierra(BE).

Footnotes

  1. Éxodo 4:4 Lit., palma
  2. Éxodo 4:8 Lit., escuchan la voz
  3. Éxodo 4:8 Lit., la voz
  4. Éxodo 4:8 Lit., última
  5. Éxodo 4:10 Lit., hombre de palabras
  6. Éxodo 4:10 Lit., desde
  7. Éxodo 4:10 Lit., pesado
  8. Éxodo 4:10 Lit., pesado
  9. Éxodo 4:13 Lit., envía por la mano que envíes
  10. Éxodo 4:14 Lit., hablando, él habla
  11. Éxodo 4:16 Lit., y sucederá que
  12. Éxodo 4:18 Heb., Yezer
  13. Éxodo 4:21 Lit., vayas a regresar
  14. Éxodo 4:25 Lit., e hizo que tocara sus pies
  15. Éxodo 4:26 O, soltó
  16. Éxodo 4:26 Lit., con referencia a
  17. Éxodo 5:4 Lit., soltáis
  18. Éxodo 5:4 Lit., Id
  19. Éxodo 5:4 Lit., cargas
  20. Éxodo 5:5 Lit., cargas
  21. Éxodo 5:6 O, sobrestantes de obras; y así en el resto del cap.
  22. Éxodo 5:8 Lit., impondréis sobre
  23. Éxodo 5:8 O, están ociosos
  24. Éxodo 5:9 Lit., los
  25. Éxodo 5:13 Lit., lo de un día en su día
  26. Éxodo 5:13 Lit., había
  27. Éxodo 5:17 O, Estáis ociosos
  28. Éxodo 5:19 Lit., diciendo
  29. Éxodo 5:19 Lit., de vuestros ladrillos lo de un día en su día
  30. Éxodo 5:20 Lit., estaban de pie para encontrarlos
  31. Éxodo 5:21 Lit., habéis hecho que nuestro olor hieda
  32. Éxodo 6:1 Lit., por mano fuerte
  33. Éxodo 6:1 Lit., por mano fuerte

Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová. Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano. Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.

Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra.

10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. 11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? 12 Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. 13 Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar. 14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón. 15 Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer. 16 Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios. 17 Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.

Moisés vuelve a Egipto

18 Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz. 19 Dijo también Jehová a Moisés en Madián: Ve y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte. 20 Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano. 21 Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo. 22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. 23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.(A)

24 Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo. 25 Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre. 26 Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión.

27 Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó. 28 Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las señales que le había dado. 29 Y fueron Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. 30 Y habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo. 31 Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.

Moisés y Aarón ante Faraón

Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto. Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel. Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora, camino de tres días por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada. Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su trabajo? Volved a vuestras tareas. Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas. Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo: De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja. Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios. Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas.

10 Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus capataces, hablaron al pueblo, diciendo: Así ha dicho Faraón: Yo no os doy paja. 11 Id vosotros y recoged la paja donde la halléis; pero nada se disminuirá de vuestra tarea. 12 Entonces el pueblo se esparció por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja. 13 Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea de cada día en su día, como cuando se os daba paja. 14 Y azotaban a los capataces de los hijos de Israel que los cuadrilleros de Faraón habían puesto sobre ellos, diciendo: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni ayer ni hoy, como antes?

15 Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Faraón y se quejaron a él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos? 16 No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y el pueblo tuyo es el culpable. 17 Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehová. 18 Id pues, ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de entregar la misma tarea de ladrillo. 19 Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción, al decírseles: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día. 20 Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban a la vista de ellos cuando salían de la presencia de Faraón, 21 les dijeron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; pues nos habéis hecho abominables delante de Faraón y de sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten.

Jehová comisiona a Moisés y a Aarón

22 Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? 23 Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.

Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra.