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Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos. Congréguense a una todas las naciones, y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan, y digan: Verdad es. 10 Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. 11 Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. 12 Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios. 13 Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?

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Saquen al pueblo ciego, aunque tiene ojos,
    al pueblo sordo, aunque tiene oídos.
Que se reúnan todas las naciones
    y se congreguen los pueblos.
¿Quién de sus dioses profetizó estas cosas
    y nos anunció lo ocurrido en el pasado?
Que presenten a sus testigos y demuestren tener razón,
    para que otros oigan y digan:
    «Es verdad».
10 «Ustedes son mis testigos», afirma el Señor,
    «y mi siervo a quien he escogido,
para que me conozcan y crean en mí,
    y entiendan que yo soy.
Antes de mí no hubo ningún otro dios
    ni habrá ninguno después de mí.
11 Yo, yo soy el Señor,
    fuera de mí no hay ningún otro salvador.
12 Yo he anunciado, salvado y proclamado;
    yo entre ustedes y no un dios extraño.
Ustedes son mis testigos de que yo soy Dios»,
    afirma el Señor.
13 «Desde los tiempos antiguos, yo soy.
    No hay quien pueda librar de mi mano.
    Lo que yo hago, nadie puede desbaratarlo».

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