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Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia.
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Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.
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Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.
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Es cierto que al necio lo mata la ira, Y al codicioso lo consume la envidia.
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El camino de los malos
Salmo de David.
No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
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Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos.
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Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, Y contra Aarón, el santo de Jehová.
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El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos.
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No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo;
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No tengas envidia de los hombres malos, Ni desees estar con ellos;
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No te entremetas con los malignos, Ni tengas envidia de los impíos;
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Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?
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He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
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También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.
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Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín;
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Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.
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Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles de Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia.
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¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?
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Porque sabía que por envidia le habían entregado.
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los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.
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Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes.
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Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,
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estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
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Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,
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El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;