Los diáconos, igualmente, deben ser honorables, sinceros, no amigos del mucho vino ni codiciosos de las ganancias mal habidas. Deben guardar, con una conciencia limpia, el misterio de la fe. 10 Que primero sean puestos a prueba y después, si no hay nada de qué reprenderlos, que sirvan como diáconos.

Read full chapter

Bible Gateway Recommends