Ellas hicieron lo que les mandó; cerraron las puertas del jardín y salieron por una puerta lateral para traer lo que les había encargado. Como los ancianos estaban escondidos, no los vieron.
y les dijo a sus sirvientas: «Tráiganme cremas y perfumes, porque voy a bañarme, y cierren bien las puertas del jardín». Las sirvientas cerraron las puertas y fueron a buscar lo que Susana les había pedido, pero no vieron a los dos jueces. Ellos estaban escondidos, espiando a Susana.