Por esto fueron heridos de ceguera, como los de Sodoma a la puerta de Lot, hombre justo; quedaron envueltos en tan densa oscuridad que cada cual buscaba a tientas la puerta de su propia casa.
Por eso Dios los dejó ciegos, como había hecho con los de Sodoma. A ellos les mandó una profunda oscuridad, y, aunque estaban frente a la casa de Lot, no pudieron encontrar la puerta.