En su larga vestidura estaba representado todo el mundo; en las cuatro hileras de piedras talladas estaban los gloriosos nombres de los antepasados; y sobre el turbante que llevaba en la cabeza estaba tu majestad.
Sus vestiduras sacerdotales tenían cuatro filas de piedras preciosas con los nombres de nuestros antepasados, y eran un símbolo del mundo entero. El turbante que llevaba en su cabeza representaba tu majestad.