¡Maldita la madera de la que se hace un ídolo! ¡Maldito el ídolo y el que lo hace: éste, por haberlo fabricado, y aquél, porque siendo cosa que se pudre fue llamado dios!
Pero maldito sea el ídolo hecho por manos humanas. Que les vaya mal al ídolo y a quien lo hizo: al ídolo por ser adorado como un dios, a pesar de que se pudre, y al hombre por haberlo fabricado.