El Señor dio a Caleb fuerzas que le duraron hasta la vejez, para poder dominar las alturas del país. Y también sus descendientes recibieron su herencia,
Cuando Caleb llegó a ser viejo, Dios le dio muchas fuerzas para trepar montañas muy altas; esas montañas se las entregó Dios a Caleb y a sus descendientes.