Samuel, juez y sacerdote, amado del pueblo y estimado por su Creador, escogido por Dios desde antes de nacer, consagrado al Señor en su oficio de profeta, por encargo de Dios instituyó la monarquía y consagró a los que debían gobernar a la nación.
Tanto amó Dios a Samuel que, desde antes de su nacimiento, lo eligió como su profeta. Y Samuel consagró a Saúl y a David para que fueran reyes de su pueblo;