La diadema de oro encima del turbante, y la placa con la inscripción «Consagrado». ¡Esplendor glorioso y gran dignidad! ¡Deleite a la vista y suprema belleza!
Le puso una corona de oro, que decía «Dedicado a Dios», y puso también en sus ropas los nombres de las tribus de Israel, grabados en doce piedras preciosas. ¡Nunca nadie se vistió como Aarón, con tanta elegancia y belleza!