Si el que prestó insiste, logrará que le paguen la mitad, y hará de cuenta que tiene mucha suerte. Si no, que dé su dinero por perdido, y se habrá ganado un enemigo gratuito. Le pagará con injurias e insultos, y con ofensas en vez de respeto.
En el mejor de los casos, pagan sólo la mitad y creen que hacen un favor; en el peor de los casos, ¡se pierde el dinero y se gana un enemigo, quien para colmo te ofende!