Bel y el dragón 37
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Habacuc gritó: —¡Daniel, Daniel! ¡Toma esta comida que Dios te ha mandado!
La gente tomó a Daniel y lo echó a una cueva en donde había siete leones. Todos los días alimentaban a esos leones con dos personas y dos ovejas, pero ese día no les dieron de comer, para que devoraran a Daniel. En ese mismo día, el profeta Habacuc, que vivía en Judea, estaba preparando comida. Él puso unos panes en una canasta para llevárselos a los hombres que estaban en el campo recogiendo la cosecha de trigo. Fue entonces cuando se le apareció un ángel de Dios y le ordenó: —Llévale esa comida a Daniel, que está en Babilonia, en la cueva de los leones. Pero Habacuc le respondió: —Señor, si no conozco dónde está Babilonia, ¿cómo voy a encontrar esa cueva? El ángel de Dios lo agarró de los cabellos, y se lo llevó a Babilonia, justo a donde estaba la cueva. Entonces Habacuc gritó: —¡Daniel, Daniel! Dios te envía esta comida; tómala. Daniel respondió: —¡Dios mío, te acordaste de mí y no me abandonaste, pues yo te amo! Luego se levantó y comió. Mientras tanto, el ángel de Dios tomó al profeta y lo llevó de regreso a Judea. Pasaron seis días,
Dios Habla Hoy (DHH) Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.; Traducción en lenguaje actual (TLA) Copyright © 2000 by United Bible Societies