Pero Menelao, al presentarse ante el rey, se ganó su favor haciéndose pasar por un personaje importante y, ofreciéndole nueve mil novecientos kilos de plata más que Jasón, logró que le diera a él el cargo de sumo sacerdote.
Menelao se presentó ante el rey como una persona muy distinguida, y pidió al rey que lo nombrara jefe de los sacerdotes en lugar de Jasón. Para conseguir ese puesto, le ofreció más dinero que Jasón, pues le dio nueve mil novecientos kilos de plata de más.