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Old/New Testament

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Duration: 365 days
Nueva Versión Internacional (NVI)
Version
Daniel 1-2

Daniel en Babilonia

En el año tercero del reinado del rey Joacim de Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia vino a Jerusalén y la sitió. El Señor permitió que Joacim cayera en manos de Nabucodonosor. Junto con él, cayeron en sus manos algunos de los utensilios del Templo de Dios, los cuales Nabucodonosor se llevó a Sinar[a] y puso en el tesoro del templo de sus dioses.

Además, el rey ordenó a Aspenaz, jefe de los oficiales[b] de su corte, que llevara a su presencia a algunos de los israelitas pertenecientes a la familia real y a la nobleza. Debían ser jóvenes apuestos y sin ningún defecto físico, que tuvieran aptitudes para aprender de todo y que actuaran con sensatez; jóvenes sabios y aptos para el servicio en el palacio real, a los cuales Aspenaz debía enseñarles la lengua y la literatura de los babilonios.[c] El rey les asignó raciones diarias de la comida y del vino que se servía en la mesa real. Su preparación habría de durar tres años, después de lo cual entrarían al servicio del rey.

Entre estos jóvenes se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de Judá, y a los cuales el oficial en jefe les cambió el nombre: a Daniel lo llamó Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abednego.

Pero Daniel decidió no contaminarse con la comida y el vino del rey, así que pidió permiso al oficial en jefe para no contaminarse. Y Dios había hecho que se ganara el afecto y la simpatía del oficial en jefe. 10 A pesar de eso dijo a Daniel: «Tengo miedo de mi señor el rey, pues fue él quien les asignó la comida y el vino. ¿Qué pasa si los ve más delgados y demacrados que los otros jóvenes de sus edades? Entonces el rey por culpa de ustedes me cortará la cabeza».

11 Entonces Daniel habló con el guardia que el oficial en jefe había designado sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías: 12 «Por favor, haz con tus siervos una prueba de diez días. Danos de comer solo verduras y de beber solo agua. 13 Pasado ese tiempo, compara nuestro semblante con el de los jóvenes que se alimentan con la comida real, y procede a tratarnos de acuerdo con lo que veas en nosotros».

14 El guardia aceptó la propuesta y los sometió a una prueba de diez días. 15 Al cumplirse el plazo, estos jóvenes se veían más sanos y mejor alimentados que cualquiera de los que participaban de la comida real. 16 Así que el guardia les retiró la comida y el vino del rey, en su lugar siguió alimentándolos con verduras.

17 A estos cuatro jóvenes Dios los dotó de sabiduría e inteligencia para entender toda clase de literatura y ciencia. Además, Daniel podía entender toda visión y todo sueño.

18 Cumplido el plazo fijado por el rey Nabucodonosor, y conforme a sus instrucciones, el oficial en jefe los llevó ante su presencia. 19 Luego de hablar el rey con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, no encontró a nadie que los igualara, de modo que los cuatro entraron a su servicio. 20 El rey los interrogó y, en todos los temas que requerían de sabiduría y discernimiento, los halló diez veces más inteligentes que todos los magos y hechiceros de su reino.

21 Fue así como Daniel se quedó en Babilonia hasta el primer año del rey Ciro.

El sueño del rey Nabucodonosor

En el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo varios sueños que lo perturbaban y no lo dejaban dormir. Mandó entonces que se reunieran los magos, hechiceros, adivinos y astrólogos[d] de su reino para que le dijeran lo que había soñado. Una vez reunidos, y ya en presencia del rey, este les dijo:

—Tuve un sueño que me perturba y quiero saber lo que significa.

Los astrólogos respondieron en arameo:[e]

—¡Que viva el rey por siempre! Cuente el sueño a sus siervos y nosotros daremos su interpretación.

Pero el rey respondió a los astrólogos:

—Mi decisión ya está tomada: Si no me dicen lo que soñé ni me dan su interpretación, ordenaré que los corten en pedazos y que sus casas sean reducidas a cenizas. Pero si me dicen lo que soñé y me explican su significado, yo les daré regalos, recompensas y grandes honores. Por tanto, díganme el sueño y su interpretación.

Una vez más ellos contestaron:

—Cuente, oh rey, su sueño a sus siervos y nosotros lo interpretaremos.

Pero el rey contestó:

—Estoy seguro de que ustedes están tratando de ganar tiempo, porque se dan cuenta de que estoy firmemente decidido. Si no me dicen lo que soñé, ya saben lo que les espera. Ustedes se han puesto de acuerdo para salirme con cuestiones engañosas y malintencionadas, esperando que la situación cambie. Díganme lo que soñé y así sabré que son capaces de darme su interpretación.

10 Entonces los astrólogos respondieron:

—¡No hay nadie en la tierra capaz de hacer lo que el rey pide! ¡Jamás a ningún rey se le ha ocurrido pedirle tal cosa a ningún mago, hechicero o astrólogo! 11 Lo que el rey pregunta es muy difícil. Nadie puede revelarlo a no ser los dioses, pero ellos no viven entre nosotros.

12 Tanto enfureció al rey la respuesta de los astrólogos que mandó ejecutar a todos los sabios de Babilonia. 13 Se publicó entonces un edicto que decretaba la muerte de todos los sabios, de modo que se ordenó la búsqueda de Daniel y de sus compañeros para que fueran ejecutados.

14 Cuando el comandante de la guardia real, que se llamaba Arioc, salió para ejecutar a los sabios babilonios, Daniel le habló con mucho tacto y sensatez. 15 Le dijo: «¿Por qué ha emitido el rey un edicto tan violento?». Y una vez que Arioc explicó cuál era el problema, 16 Daniel fue a ver al rey y pidió tiempo para poder interpretarle su sueño.

17 Después volvió a su casa y contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías lo que sucedía. 18 Y les pidió que imploraran misericordia al Dios del cielo sobre este misterio, para que él y sus amigos no fueran ejecutados con el resto de los sabios de Babilonia. 19 Durante la noche, el misterio fue revelado a Daniel en visión. Entonces alabó al Dios del cielo 20 y dijo:

«¡Alabado sea por siempre el nombre de Dios!
    Suyos son la sabiduría y el poder.
21 Él cambia los tiempos y las épocas,
    pone y depone reyes.
A los sabios da sabiduría
    y a los inteligentes, discernimiento.
22 Él revela lo profundo y lo escondido,
    y sabe lo que se oculta en las sombras.
    ¡En él habita la luz!
23 A ti, Dios de mis antepasados,
    te alabo y te doy gracias.
Me has dado sabiduría y poder;
    me has dado a conocer lo que te pedimos.
    ¡Nos has dado a conocer el sueño del rey!».

Daniel interpreta el sueño del rey

24 Entonces Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey había dado la orden de ejecutar a los sabios de Babilonia y dijo:

—No mates a los sabios babilonios. Llévame ante el rey y le interpretaré el sueño que tuvo.

25 Inmediatamente Arioc condujo a Daniel a la presencia del rey y dijo:

—He hallado un hombre, entre los exiliados de Judá, que puede decir al rey lo que significa su sueño.

26 El rey preguntó a Daniel, a quien los babilonios habían puesto por nombre Beltsasar:

—¿Puedes decirme lo que vi en mi sueño y darme su interpretación?

27 A esto Daniel respondió:

—No hay ningún sabio ni hechicero, ni mago o adivino, que pueda explicar al rey el misterio sobre el cual preguntó. 28 Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios. Él mostró al rey Nabucodonosor lo que sucederá en los días venideros. Estos son el sueño y las visiones que pasaron por su mente mientras dormía en su cama:

29 »Cuando estaba en su cama, los pensamientos de Su Majestad se dirigieron a las cosas por venir y el que revela los misterios le mostró lo que está por suceder. 30 Por lo que a mí toca, este misterio me ha sido revelado, no porque yo sea más sabio que el resto de la humanidad, sino para que Su Majestad llegue a conocer su interpretación y entienda lo que pasaba por su mente.

31 »En su sueño, Su Majestad veía una estatua enorme, de tamaño impresionante y de aspecto asombroso. 32 La cabeza de la estatua era de oro puro, el pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos eran de bronce, 33 y las piernas eran de hierro, lo mismo que la mitad de los pies, en tanto que la otra mitad era de barro cocido. 34 De pronto, mientras usted contemplaba la estatua, una roca fue cortada, pero no por manos humanas. Esta golpeó e hizo pedazos los pies de hierro y barro de la estatua. 35 Con ellos se hicieron añicos el hierro y el barro, junto con el bronce, la plata y el oro, que se volvieron como paja en la era del verano. El viento los barrió sin dejar rastro. Pero la roca que golpeó la estatua se convirtió en una montaña enorme que llenó toda la tierra.

36 »Este fue el sueño y ahora lo interpretaremos al rey. 37 Su Majestad es rey entre los reyes; el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la majestad y la gloria. 38 Además, ha puesto en sus manos a la humanidad entera, a las bestias del campo y a las aves del cielo. No importa dónde vivan, Dios lo hizo el gobernante de todos ellos. Usted es la cabeza de oro.

39 »Después surgirá otro reino inferior al suyo. Luego vendrá un tercer reino, que será de bronce y dominará sobre toda la tierra. 40 Finalmente, vendrá un cuarto reino, sólido como el hierro. Y así como el hierro todo lo rompe, destroza y pulveriza, este cuarto reino hará polvo a los otros reinos. 41 Usted veía que los pies y los dedos de la estatua eran mitad hierro y mitad barro cocido, pues será un reino dividido. Sin embargo, tendrá aún la fuerza del hierro, aunque haya visto hierro mezclado con barro. 42 Y como los dedos de los pies eran mitad hierro y mitad barro, este reino será parcialmente fuerte y parcialmente débil. 43 Y como el hierro mezclado con barro, así el pueblo será una mezcla y no permanecerá unido, como tampoco se unen el hierro y el barro.

44 »En los días de estos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos estos reinos. 45 Este es el significado de la roca que fue cortada de la montaña no por manos humanas, que hizo añicos al hierro, al bronce, al barro, a la plata y al oro.

»El gran Dios ha mostrado a Su Majestad lo que tendrá lugar en el futuro. El sueño es verdadero y esta interpretación, digna de confianza».

46 Al oír esto, el rey Nabucodonosor se postró ante Daniel y lo honró; ordenó que se le presentara una ofrenda e incienso 47 y dijo:

—¡Tu Dios es el Dios de dioses y el Soberano de los reyes! ¡Tu Dios revela todos los misterios, pues fuiste capaz de revelarme este sueño misterioso!

48 Luego el rey puso a Daniel en un puesto prominente y lo colmó de regalos; lo nombró gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe de todos sus sabios. 49 Además, a solicitud de Daniel, el rey nombró a Sadrac, Mesac y Abednego administradores de la provincia de Babilonia. Daniel, por su parte, permaneció en la corte real.

1 Juan 4

Los verdaderos creyentes

Queridos hermanos, no crean a cualquier espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas. En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo el que confiese que Jesucristo ha venido en cuerpo humano es de Dios; todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios, sino del anticristo. Ustedes han oído que este viene y, efectivamente, ya está en el mundo.

Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan desde el punto de vista del mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.

Permanezcamos en el amor

Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo único al mundo para que vivamos por medio de él. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. 11 Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. 12 Nadie ha visto jamás a Dios, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros y entre[a] nosotros su amor se ha manifestado plenamente.[b]

13 De esta forma sabemos que permanecemos en él y que él permanece en nosotros: porque nos ha dado de su Espíritu. 14 Y nosotros hemos visto y damos testimonio que el Padre envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo. 15 Si alguien confiesa públicamente que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. 16 Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama.

Dios es amor. El que permanece en amor, en Dios permanece y Dios en él. 17 Ese amor se manifiesta plenamente[c] entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo somos como Jesús. 18 En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.

19 Nosotros amamos[d] porque él nos amó primero. 20 Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. 21 Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.

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