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Oración matutina de confianza en Dios

Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón[a].

¡Oh Señor, cómo se han multiplicado mis adversarios(A)!
Muchos se levantan contra mí.
Muchos dicen de mí[b]:
Para él no hay salvación[c] en Dios(B). (Selah[d])

Mas tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío(C),
mi gloria(D), y el que levanta mi cabeza(E).
Con mi voz clamé al Señor,
y Él me respondió(F) desde su santo monte(G). (Selah)
Yo me acosté y me dormí(H);
desperté, pues el Señor me sostiene.
No temeré(I) a los diez millares de enemigos[e]
que se han puesto en derredor contra mí(J).

¡Levántate(K), Señor! ¡Sálvame, Dios mío(L)!
Porque tú hieres[f] a todos mis enemigos en la mejilla[g](M);
rompes[h] los dientes de los impíos(N).
La salvación[i] es del Señor(O).
¡Sea sobre tu pueblo tu bendición(P)! (Selah)

Footnotes

  1. Salmos 3:1 Véase 2 Sam. 15:13-17, 29
  2. Salmos 3:2 Lit., a mi alma
  3. Salmos 3:2 O, liberación
  4. Salmos 3:2 Posiblemente, Pausa, Crescendo, o Interludio
  5. Salmos 3:6 Lit., gente
  6. Salmos 3:7 O, has herido
  7. Salmos 3:7 O, quijada
  8. Salmos 3:7 O, has roto
  9. Salmos 3:8 O, liberación

Oración pidiendo la ayuda del Señor

(1) Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón.

(2) Señor,
muchos son mis enemigos,
muchos son los que se han puesto en contra mía,
(3) ¡muchos son los que dicen de mí:
«Dios no va a salvarlo»!
(4) Pero tú, Señor,
eres mi escudo protector,
eres mi gloria,
eres quien me reanima.

(5) A gritos pido ayuda al Señor
y él me contesta desde su monte santo.
(6) Me acuesto y duermo, y vuelvo a despertar,
porque el Señor me da su apoyo.
(7) No me asusta ese enorme ejército
que me rodea dispuesto a atacarme.

(8) ¡Levántate, Señor!
¡Sálvame, Dios mío!
Tú golpearás en la cara a mis enemigos;
¡les romperás los dientes a los malvados!
(9) Tú, Señor, eres quien salva;
¡bendice, pues, a tu pueblo!