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Al Vencedor: Salmo de David.

¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?

¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con ansiedad en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?

Mira, óyeme, SEÑOR Dios mío: Alumbra mis ojos, para que no duerma en muerte;

para que no diga mi enemigo: Lo vencí; mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare.

Mas yo en tu misericordia he confiado; se alegrará mi corazón en tu salud.

Cantaré al SEÑOR, Porque me ha hecho bien.

¶ Júzgame, oh Dios, y pleitea mi pleito; de gente no misericordiosa, de varón de engaño me libra.

Porque tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?

Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; me conducirán al monte de tu santidad, y a tus tabernáculos.

Y entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.

¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún tengo de alabar a quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.

Salmo de Asaf.

Ciertamente bueno es Dios a Israel, a los limpios de corazón.

En cuanto a mí, casi se apartaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos.

Porque me enojé contra los locos, viendo la paz de los impíos.

Porque no hay ataduras para su muerte; antes su fortaleza está entera.

No pasan trabajos como otros seres humanos; ni son azotados con los hombres.

Por tanto, la soberbia los corona; se cubren de vestido de violencia.

Sus ojos están salidos de gruesos; logran con creces los antojos del corazón.

Se soltaron, y hablan con maldad de hacer violencia; hablan con altanería.

Ponen contra el cielo su boca, y su lengua pasea la tierra.

10 Por eso su pueblo volverá aquí, y aguas de lleno le son exprimidas.

11 Y dirán: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en lo más alto?

12 He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.

13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en limpieza;

14 y he sido azotado todo el día, y castigado por las mañanas:

15 ¶ Si dijera yo, hablaré como ellos; he aquí habría negado la generación de tus hijos:

16 Pensaré pues para entender esto; es a mis ojos duro trabajo.

17 Hasta que venga al santuario de Dios, entonces entenderé la postrimería de ellos.

18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer.

19 ¡Cómo han sido asolados! ¡Cuán en un punto! Se acabaron, fenecieron con turbaciones.

20 Como sueño del que despierta, así, Señor, cuando despertares, menospreciarás sus apariencias.

21 ¶ Se desazonó a la verdad mi corazón, y en mis riñones sentía punzadas.

22 Mas yo era ignorante, y no entendía; era como una bestia acerca de ti.

23 Con todo, yo siempre estuve contigo; trabaste de mi mano derecha.

24 Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás con gloria.

25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

26 Mi carne y mi corazón desfallecen; la fuerza de mi corazón es que mi porción es Dios para siempre.

27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; cortas a todo aquel que fornica de ti.

28 Y en cuanto a mí, el acercarme a Dios me es el bien; he puesto en el Señor DIOS mi esperanza, para contar todas tus obras.

De David.

Bendice, alma mía al SEÑOR; y todas mis entrañas al Nombre de su santidad.

Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios:

el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades,

el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordia;

el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.

¶ El SEÑOR es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia.

Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras.

Misericordioso y clemente es el SEÑOR; lento para la ira, y grande en misericordia.

No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo.

10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades; ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.

11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen.

12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.

13 Como el padre tiene misericordia de los hijos, tiene misericordia el SEÑOR de los que le temen.

14 Porque él conoce nuestra condición; se acuerda que somos polvo.

15 El varón, como la hierba son sus días, florece como la flor del campo,

16 que pasó el viento por ella, y pereció; y su lugar no la conoce más.

17 Mas la misericordia del SEÑOR desde el siglo y hasta el siglo sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos;

18 sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.

19 ¶ El SEÑOR afirmó en los cielos su trono; y su reino domina sobre todos.

20 Bendecid al SEÑOR sus ángeles valientes de fuerza, que efectúan su palabra escuchando la voz de su palabra.

21 Bendecid al SEÑOR todos sus ejércitos, sus ministros, que hacen su voluntad.

22 Bendecid al SEÑOR todas sus obras en todos los lugares de su señorío. Bendice, alma mía al SEÑOR.

Canción de las gradas: de David.

¡Mirad cuán bueno y cuán suave es habitar los hermanos igualmente en uno!

Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende sobre el borde de sus vestiduras;

como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion. Porque allí envía el SEÑOR bendición, y vida eterna.

13 ¶ El hijo sabio toma el castigo del padre; mas el burlador no escucha la reprensión.

¶ Del fruto de su boca el hombre comerá bien; mas el alma de los prevaricadores morirá de hambre.

¶ El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.

¶ El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será engordada.

¶ El justo aborrece la palabra de mentira; mas el impío se hace odioso y abominable.

¶ La justicia guarda al de perfecto camino; mas la impiedad trastornará al pecador.

¶ Hay quienes se hacen ricos, y no tienen nada; y hay quienes se hacen pobres, y tienen muchas riquezas.

¶ El rescate de la vida del hombre son sus riquezas; pero el pobre no oye censuras.

¶ La luz de los justos se alegrará; mas se apagará la lámpara de los impíos.

10 ¶ Ciertamente la soberbia dará a luz contienda; mas con los avisados es la sabiduría.

11 ¶ Las riquezas de vanidad disminuirán; pero el que recoge trabajando las aumentará.

12 ¶ La esperanza que se prolonga, es tormento del corazón; mas árbol de vida es el deseo cumplido.

13 ¶ El que menosprecia la palabra, perecerá por ello; mas el que teme el mandamiento, será recompensado.

14 ¶ La ley al sabio es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte.

15 ¶ El buen entendimiento conciliará gracia; mas el camino de los prevaricadores es duro.

16 ¶ Todo hombre cuerdo obra con sabiduría; mas el loco manifestará su locura.

17 ¶ El mal mensajero caerá en mal; mas el mensajero fiel es medicina.

18 ¶ Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el castigo; mas el que guarda la corrección, será honrado.

19 ¶ El deseo cumplido deleita el alma; pero apartarse del mal es abominación a los locos.

20 ¶ El que anda con los sabios, sabio será; mas el que se allega a los locos, será destruido.

21 ¶ Mal perseguirá a los pecadores; mas a los justos les será retribuido bien.

22 ¶ El bueno dejará herencia a los hijos de los hijos; y el haber del pecador, para el justo está guardado.

23 ¶ En el barbecho de los pobres hay mucho pan; mas se pierde por falta de juicio.

24 ¶ El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, madruga a castigarlo.

25 ¶ El justo come hasta saciar su alma; mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.

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